EL MUNDO – 22/05/16
· Acude a la comunidad para presidir la entrega de un premio a los ediles por su lucha ante ETA.
Acostumbrado a entregar premios, Mariano Rajoy quiso poner en valor que el de ayer era especial. «Pocos me satisfacen y reconfortan más que éste», destacó sobre el galardón Jesús Mari Pedrosa, en memoria del concejal del PP de Durango (Vizcaya) asesinado por ETA en 2000 y que este año ha distinguido a todos los concejales del PP vasco por su lucha y valentía en los «tiempos duros» de la violencia terrorista.
La presencia del presidente del Gobierno en funciones y candidato del PP a las elecciones generales del 26-J en este municipio vizcaíno para abanderar la entrega de este galardón, en el marco del foroLibertad y Convivencia en la Euskadi actual organizado por los populares vascos, no fue casual. Estaba muy pensada desde Génova.
La cercanía de la cita con las urnas y el temor que existe en las filas del PP a un descenso del apoyo electoral por la desmovilización de las bases llevó a Rajoy a viajar al País Vasco para tratar de activar a ese voto tradicional del PP, muy activo en la comunidad, que acompañó al partido en los años duros de terrorismo.
Los elogios a la labor de los ediles del partido en el País Vasco fueron constantes. A ellos les achacó de forma especial el logro de haber conseguido «doblegar» a ETA y que España haya quedado «vacunada para siempre ante la intimidación de terroristas y radicales que vuelven a aparecer» en la política. «Gracias a ellos, la democracia española ha podido avanzar a hombros de gigante», resaltó entre la ovación de la sala.
Rajoy quiso convertir el foro de libertad del PP vasco celebrado en el recinto ferial Landako de Durango en un reconocimiento no sólo a un colectivo, el de los ediles del PP, sino «sobre todo» a «la altura política y moral de tantas personas» en el País Vasco que «quisieron dar un paso adelante» en defensa de la «libertad y la convivencia» al sumarse al proyecto popular.
Con su gesto, el aspirante a regresar a La Moncloa, que estuvo arropado por la plana mayor del PP vasco, busca volver a rodearse de este voto tradicional que permita frenar la prolongada caída en el País Vasco y movilizar a sus electores en el resto de España.
En la campaña del 20-D, Rajoy no acudió al País Vasco tras cancelar su única cita prevista, una comida-mitin en Bilbao, para asistir a los funerales por los dos policías nacionales fallecidos en un ataque yihadista contra la embajada española en Kabul. Ahora, a las primeras de cambio, antes del arranque de la campaña, no ha dudado en acudir a la comunidad para lograr apoyo social. Para ello, lideró un acto de homenaje a todas las víctimas, similar a aquellos que durante los largos años de plomo motivaron la continua presencia de los gobiernos populares y las altas instancias de Génova en el País Vasco, como medio de mostrarles su apoyo incondicional ante algunas críticas por su falta de contundencia con el brazo político de ETA. «El enorme patrimonio que tenemos todos los vascos son las víctimas del terrorismo», sentenció el presidente.
En esta línea, arremetió duramente contra los parlamentos catalán y vasco por «jalear y aplaudir» a los dirigentes de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi y Hasier Arraiz y «reírse» de los ciudadanos. «Podrán aplaudirles, jalearles, podrán reunirse y reírse de mucha gente, pero no tendrán nunca la razón legal ni la razón moral», aseveró. Ante estos homenajes a personas que «tanto daño y sufrimiento han causado», advirtió de que «ni los cómplices ni los terroristas se verán legitimados nunca».
La amenaza de que el proceso independentista cobre fuerza en el País Vasco en el nuevo escenario que se ha abierto por el auge de Podemos y su sintonía con EH Bildu –lo que puede obligar al PNV a avanzar en su discurso soberanista con las elecciones autonómicas de otoño en el horizonte–, llevó a Rajoy a mostrar su firme compromiso con la unidad de España. Así, situó como uno de los «grandes objetivos» para la próxima legislatura «la defensa de la nación española», que, según garantizó, «será la que decidan todos los españoles y no sólo una parte».
EL MUNDO – 22/05/16