F. JIMÉNEZ LOSANTOS – EL MUNDO – 10/06/16
· Casi todo el mundo se ha fijado en el grandioso resultado que el CIS atribuye a Podemikea, naturalmente a costa del PSO, muerto sin la E en Cataluña y con graves síntomas de deshidratación nacional en Andalucía. A mi juicio, sin embargo, lo preocupante para quienes piensan que lo esencial es preservar la democracia del asalto de los ikeos (no pienso comprar una astilla en Ikea mientras le haga el juego al proyecto totalitario podemita) está en el resultado que el CIS, o sea, el PP, le adjudica al propio PP, que bajaría algún escaño pese a que no aumentan los de Ciudadanos ni los del PSOE, que son los dos partidos con los que limita en el espectro electoral.
Aparentemente, la operación desatada hace dos años y absolutamente descarada en los dos últimos meses, de poner las telesorayas al servicio de Podemos para hundir al PSOE es ya un éxito. Y aunque la incoherencia de Snchz, que es la de su partido tras ZP, tenga parte de responsabilidad en el desastre, resulta evidente el poder del duopolio televisivo en una campaña casi sin mítines y con una opinión pública tan teleidiotizada que ve normal que los niños hagan de periodistas con babero de los candidatos y que se celebren debates discriminatorios por sexo, con las politimujeres aparte de los politihombres, como en un concurso de belleza o una piscina marroquí.
Cuando los titiriteros ahora podemitas «defendían la alegría» de votar al PSOE, dijo Gabilondo que era el partido que más se parece a España. Y será verdad, porque con una hegemonía mediática absoluta de la izquierda, facilitada por la derecha, España está irreconocible. Los aprendices de brujo moncloveos han conseguido que, por primera vez en muchos años, la derecha, incluso aliada con el centro, sea incapaz de ganar las elecciones. Porque, insisto, lo grave de la encuesta preelectoral del CIS es que el PP, en su apuesta por la polarización, no gana nada. Hasta perdería escaños sobre los cincuenta y tantos que palmó en las elecciones pasadas.
Tras negociar el orden del debate masculino, Moragas se llevó en el coche oficial a la dipunovia del protodictador. Supongo que el catálogo de Podemikea es el regalo de bodas de Montoro y que Soraya les entrega, llave en mano, la Moncloa a los Pablenin.
O sea, que Rajoy se suicida, pero se nos lleva a todos por delante.