EL PAÍS 24/10/16
· Los tres ejes de su discurso volverán a ser el empleo, la economía y la integridad territorial
Mariano Rajoy y su equipo siguieron ayer con especial atención todo lo que sucedió en el Comité Federal del PSOE. No hubo contactos directos con interlocutores oficiales socialistas ni tampoco se impartió más doctrina a seguir que extremar la prudencia, evitar las alegrías excesivas y mantener un perfil respetuoso. Empieza ahora una semana clave para Rajoy, de la que todo indica que saldrá de nuevo presidente justo un año después de convocar las elecciones del 20-D, y en la que tendrá que tomar al fin con velocidad decisiones trascendentes para lo que dure la nueva legislatura y que definirán su Gobierno y, probablemente, la sucesión sobre su liderazgo al frente del PP.
“La decisión adoptada por el PSOE facilitará otro Gobierno de Rajoy pero no su funcionamiento ni el transcurrir de una legislatura que se aventura muy compleja”, subrayaron ayer fuentes del PP tras oficializarse el voto del máximo órgano entre congresos del PSOE en favor de una abstención en segunda votación para que gobierne el líder popular. En La Moncloa se reservaron cualquier reacción y no está claro siquiera que el propio Rajoy diga algo al respecto este lunes durante la presentación de un acto informativo del dirigente catalán Xavier García Albiol en Madrid. Rajoy quiere ser muy comedido y dar valor a los tiempos, por lo que entiende que ahora le tocará el turno a la ronda de los partidos políticos con el rey Felipe VI y será el martes por la tarde (15.30) cuando aceptará el encargo del monarca y lanzará los mensajes fundamentales que repetirá en su discurso de investidura: la dificultad de la legislatura puede ser una oportunidad para hacer de la necesidad virtud y afrontar los grandes acuerdos pendientes.
En el PP ya se atreven a aventurar incluso qué tipo de discurso podría lanzar Rajoy en su nueva investidura a finales de esta semana. “La esencia será igual y los objetivos serán los mismos que los que planteó en su intervención del pasado 30 de agosto”, coinciden dos de los dirigentes populares más relevantes. Los matices que el propio Rajoy anunció el pasado viernes en Bruselas tienen que ver más con el tono “conciliador y constructivo” y “la mano tendida permanente” que se consideran ahora necesarios ante el precario respaldo parlamentario.
Rajoy ya marcó en su discurso del 30 de agosto los tres ejes prioritarios de su próximo mandato: la creación de empleo hasta los 20 millones de puestos en 2020 (500.000 nuevos trabajos por año); la recuperación económica y el cumplimiento del déficit y los compromisos con Europa; y la protección de la unidad territorial de España. Luego desgranó una serie de pactos de Estado que flutúan entre cinco y ocho según cómo los divida en cada intervención y que tienen que ver con la educación, energía, I+D+I, el desempleo, la estabilidad presupuestaria, la financiación autonómica o la violencia de género.
«Un Gobierno urgente, eficaz y no estéril»
Mariano Rajoy se aprovechó, en su discurso de investidura del 30 de agosto, de frases enteras del entonces líder socialista, Pedro Sánchez, en su intento de ser investido en marzo, sobre la necesidad de “un Gobierno urgente y eficaz” para encarar las tareas pendientes y ponerse a trabajar “desde el primer día”. Rajoy sostuvo así, y mantiene esa tesis ahora, que la ventaja de un ejecutivo popular era que no tenía que ponerse al día y que podía ser efectivo desde el primer minuto. Lo sigue defendiendo. Y también que la legislatura no debe ser “estéril” ni tendría que ser corta si se encaran los grandes acuerdos de Estado pendientes.
La creación de empleo y la superación de la crisis tienen todo que ver y están entrelazadas. España debe reducir su déficit público por debajo del 3% en 2018 para evitar nuevas sanciones y más recortes desde Bruselas. Esa amenaza ya está pendiente ahora, con los presupuestos de 2016 prorrogados, y una previsión de tijeretazo que varía entre los 5.500 y los 10.000 millones de euros. La negociación más urgente, sobre todo con PSOE y Ciudadanos, será sobre el contenido de las cuentas públicas, las tensiones con la Unión Europea y los diferentes conceptos sobre la aprobada reforma laboral. El primer signo que facilitará Rajoy sobre qué pretende hacer en esas facetas lo dará con la designación de los ministros que ocupen las carteras afectadas: ahora Luis de Guindos (Economía), Cristóbal Montoro (Hacienda) y Empleo (Fátima Báñez).