EL MUNDO 01/10/14
· El presidente recalca que hoy por hoy no es su prioridad una reforma de la Constitución
Rajoy empieza a perder la paciencia. La insistencia de los nacionalistas catalanes por hacer pasar como legal y legítima su aspiración a celebrar un referéndum de autodeterminación que ha sido suspendido por el Tribunal Constitucional y rechazado por el Consejo de Estado y el Congreso exaspera al presidente.
La voluntad de Rajoy, cuando el reto independentista entró en su fase definitiva, fue la de argumentar punto por punto las razones de la imposibilibidad de celebrar tal consulta. Hacerlo exhaustivamente para intentar convencer y para demostrar que su Gobierno no menosprecia los sentimientos de buena parte de la ciudadanía catalana. Pero el presidente está comprobando que se estrella contra un muro.
Tanto es así que ayer llegó a expresar su «tristeza» ante la intervención del portavoz de CiU en el Senado, Josep Lluís Cleries, empeñado en que Cataluña votará porque cuenta con un mandato democrático surgido de las últimas elecciones y con una ley –la de Consultas– que, pese a la suspensión del TC, ellos sentencian como «democrática, legítima, constitucional y estatutaria». Cleries llegó a acusarle de pretender una «involución democrática» y desacreditar al TC «dictando sentencia antes de que se reuniera»
Para Rajoy resulta asombroso que parlamentarios elegidos en virtud de la Constitución pretendan violentar sus fundamentos y defiendan, e incluso animen, a incumplir la ley. «Eso sí que es claramente incompatible con la democracia», afirmó.
«No se trata de votar o no votar», recalcó el presidente, «sino de que todos los gobernantes tienen obligación de cumplir la ley, de no hacer cosas que la ley no les permite y no atentar contra los derechos del resto de los ciudadanos. Un gobernante», añadió con tono airado, «no puede hacer lo que quiera, un gobernante tiene que ajustarse a la ley».
«La Constitución», recordó, «es la garantía de los derechos y libertades fundamentales de los españoles. Y lo que ha hecho algún responsable político es saltarse la Constitución, pues según ésta la Generalitat no tiene competencia para llevar a cabo ese referéndum; tiene otras competencias, pero ésa no». Por ello, apuntó, el Gobierno ha recurrido la ley y el decreto de Mas; «para garantizar que se cumple la ley, para defender la vigencia de la ley democrática y lo acordado por todos: la Constitución, las reglas del juego, la distribución competencial y los derechos de los ciudadanos. Si los gobernantes incumplen la ley, no hay democracia», concluyó, y sus palabras fueron recibidas con una salva de aplausos de los diputados del PP puestos en pie.
Pero Rajoy dijo más cosas. Por ejemplo, le aclaró a la nueva portavoz socialista, María Chivite, que «hoy no es prioridad del Gobierno reformar la Constitución». No obstante, el presidente urgió al PSOE, una vez más, a que si desea revisar la Carta Magna presente una propuesta detallada definiendo el objeto del cambio y los apoyos con los que cuenta.