EL CORREO 20/01/14
· Quiroga gestiona con La Moncloa el viaje del presidente, que permitiría acabar con la «injusta» imagen inmovilista de su partido en el proceso.
El Partido Popular del País Vasco ha intensificado las gestiones con La Moncloa para intentar que Mariano Rajoy realice en las próximas semanas una visita a Euskadi, centrada en la desaparición definitiva de ETA y la consolidación de la paz. El PP de Arantza Quiroga está convencido de que este viaje servirá para proyectar una imagen de liderazgo del presidente del Gobierno en la gestión del final del terrorismo, una cuestión que considera imprescindible» para que la izquierda abertzale «no marque la agenda».
Quiroga apuesta por ir de la mano del lehendakari Iñigo Urkullu en la búsqueda del desarme y la disolución de la banda, en un reto compartido con el PNV y el PSE. En ese sentido, según su diagnóstico, el Ejecutivo central debe asumir una mayor presencia en el escenario abierto por el cese definitivo de la violencia, del que se han cumplido ya más de dos años, y ofrecer «un apoyo explícito» a los populares vascos en su intento por reivindicarse como artífices de la pacificación.
La ejecutiva que lidera Quiroga utiliza estos argumentos para justificar la necesidad de que el jefe del Gobierno se implique públicamente con mayor determinación en el final de ETA. Este liderazgo, demandado por la dirigente de los populares el miércoles pasado en su reunión con Rajoy en La Moncloa, es clave para afrontar «con sosiego» el reto de cerrar «bien» la página de la violencia y evitar «las angustias» que le puedan entrar al PNV en ese recorrido pendiente, según los populares.
Desde Aiete
El equipo de Quiroga aspira a que el Ejecutivo central resitúe su política en la agenda vasca en la medida que lo permitan las urgencias económicas. El PP vasco quiere aprovechar la aparente mejora de la economía que el Gobierno ya dibuja en el horizonte más próximo –sin tanta presión de los mercados y con datos optimistas sobre la reactivación industrial, pese al drama del paro– para que Rajoy «lidere» la consolidación de la desaparición del terrorismo. Mejor aún si consigue el respaldo del gabinete de Iñigo Urkullu, aunque esta pretensión es harto complicada si se parte del simple hecho de que el lehendakari le ha reclamado «pasos» hacia la normalización y un cambio en la política penitenciaria que el jefe del Ejecutivo ya ha asegurado que no está dispuesto a atender.
Quiroga ultima con La Moncloa el desplazamiento de Rajoy, que confía en que se produzca en próximas fechas. Hasta ahora, las visitas a Euskadi del presidente del Gobierno y líder del PP han estado marcadas por la economía, las campañas electorales, los congresos y los atentados. «Siempre nos ha apoyado en los peores momentos, cosa que todos le agradecemos. Pero ahora nos gustaría un apoyo nítido sobre el final de ETA», explican en la ejecutiva autonómica. La última vez que Rajoy se refirió en Euskadi al proceso de desaparición del terrorismo tuvo lugar el 18 de octubre de 2011. El día anterior, los promotores de la Conferencia de Aiete habían expuesto su informe sobre la paz, conclusiones que, en la práctica, sirvieron a ETA para anunciar el «cese definitivo» de la violencia en un comunicado difundido el 20 de octubre.
En aquel viaje, en el que visitó una fábrica de automoción en la localidad vizcaína de Abadiño, el líder del PP aprovechó para ofrecer sus primeras declaraciones sobre Aiete. El entonces candidato a La Moncloa evitó descalificar frontalmente las conclusiones de la Conferencia de Paz. «Lo importante» es el comunicado en el que ETA anuncie el «abandono incondicional y definitivo de su actividad criminal», señaló Rajoy, quien, no obstante, advirtió que «también se puede derrotar» a los terroristas «desde la ley, el Estado de Derecho y la fuerza de la democracia».
Labor de pedagogia
El mensaje de prudencia ha dado paso a una actitud «inmovilista» como jefe del Gobierno español, según le critican el PNV y el PSE, que le exigen una política penitenciaria más flexible. Precisamente, el PP de Euskadi busca el modo de intentar acabar con esa acusación «injusta» y por evitar que el Ejecutivo y el partido sean vistos más como trabas para la normalización que como uno de sus impulsores, lo que, entre otras consecuencias, podría lastrar sus opciones electorales.
El equipo de Quiroga quiere que «se vea que el PP también empuja en el final de ETA» y que sus cargos están dispuestos a «hacer política» en este momento. «Tenemos que hacer pedagogía entre nuestra gente y explicarles bien las cosas. ETA ha sido derrotada, no hay negociación y el Estado de Derecho debe seguir funcionando», remarcó ya Quiroga en un mensaje a raíz de la convulsión generada en sus filas por la excarcelación de etarras tras el final de la ‘doctrina Parot’.
La ejecutiva vasca del PP y La Moncloa buscan la fecha más idónea para que Rajoy trate de proyectar ese liderazgo. Con la agenda cargada y pendiente de recibir a Iñigo Urkullu en un encuentro para el que todavía no se ha cerrado una fecha, el presidente del Gobierno podría visitar Euskadi en las próximas semanas. El 3 de marzo ya tiene confirmado un desplazamiento a Bilbao para participar en la cumbre económica mundial que se celebrará en el museo Guggenheim.
EL CORREO 20/01/14