El Gobierno está dispuesto a ralentizar hasta principios de verano la tramitación de los Presupuestos del Estado para que el PSOE no tenga que votarlos antes de celebrar su congreso el 18 de junio, según han confirmado a EL MUNDO fuentes del Ejecutivo.
Mariano Rajoy y el titular de Hacienda, Cristóbal Montoro, rechazan prorrogar las cuentas de 2016, pero sí barajan un calendario lento de tramitación de las nuevas mientras el PSOE celebra sus primarias y el congreso de junio que entronizará a un nuevo secretario general.
En el Gobierno existe la convicción de que si ese nuevo líder socialista es Susana Díaz será posible conseguir acuerdos y una abstención final que facilite la aprobación de los Presupuestos. Por contra, «si el que gana es Pedro Sánchez será difícil ya pactar nada con el PSOE», indican las fuentes consultadas.
En caso de una victoria de Pedro Sánchez, en el Gobierno explican que incluso «es posible que sea necesaria una convocatoria de elecciones anticipadas por la imposibilidad de gobernar».
El presidente del Gobierno señaló el pasado 9 de enero ante el Comité Ejecutivo del PP que la intención es presentar unos nuevos Presupuestos a finales de marzo. En el Ejecutivo dan por segura una enmienda a la totalidad del PSOE en una primera fase de tramitación. En ese momento, bastaría el apoyo de Ciudadanos, Coalición Canaria y el PNV para sortear este primer obstáculo.
Se pasaría entonces a una lenta negociación de enmiendas tanto en el Congreso como en el Senado que permitiría superar el cónclave del PSOE e intentar llegar a acuerdos finales con los socialistas en las semanas posteriores a la entronización de su nuevo líder.
En el Gobierno restan importancia a la cercanía en fechas de ese voto final de los Presupuestos para 2017 con el inicio de la tramitación en julio del llamado techo de gasto. Lo importante, en su opinión, es que en una Eurozona convulsa por elecciones generales en Holanda, Francia, Alemania y, posiblemente, Italia, Rajoy ofrezca una señal de estabilidad.
Días después de ese Comité Ejecutivo del PP, el ex ministro de Trabajo socialista Valeriano Gómez y el portavoz económico parlamentario del partido, Pedro Saura, se reunieron con Montoro y, según la versión que ha trasladado este último, el resultado fue que el PSOE quería prórroga de los Presupuestos en 2017 y abría la puerta a apoyar los de 2018. Rajoy se niega. «Decir que vamos a prorrogar los Presupuestos de 2016 para 2017, pero que en 2018 tendremos seguro Presupuestos nuevos porque entonces ya habremos pasado no sé cuántos cónclaves de partido, pues no es un argumento muy sostenible», afirmó Montoro subliminalmente en su comparecencia ante la Comisión de Hacienda del Congreso el pasado día 25.
Según Montoro, «la situación actual de Presupuestos prorrogados tiene que acabar lo antes posible». «Si no tuviéramos unos Presupuestos actualizados cuesta entender qué clase de legislatura ni a qué clase de estabilidad política estamos refiriéndonos», dijo.
El ministro maneja en privado que es una cuestión política más que económica, porque la prórroga presupuestaria asegura el cumplimiento del objetivo de déficit más fácilmente que teniendo que negociar probables nuevas partidas de gasto con el PSOE en una eventual negociación para lograr su abstención.
Montoro ya ha advertido a las comunidades autónomas de que sin nuevos Presupuestos no podrá repartirles 4.000 millones por liquidaciones pasadas al carecer de habilitación legal. También el sindicato de funcionarios teme que si no hay cuentas para 2017 se quedarán sin subida salarial este año.
Por su parte, el secretario general de C’s, José Manuel Villegas, mostró su sorpresa por el retraso del Gobierno en presentar los Presupuestos. Sin este proyecto, C’s no puede empezar a negociar las medidas que pactó con el PP. Villegas desliza la posibilidad de que el Ejecutivo no presente las cuentas de este año, una vez que están prorrogadas y avaladas por Bruselas, pero advierte de que sería «difícil de entender» para los españoles que no lo hiciera.