EL MUNDO – 19/11/16
· Critica la proliferación de fuerzas políticas que acaban creando muchos problemas para los ciudadanos.
· La canciller Angela Merkel ha abierto a España las puertas del núcleo de la Unión Europea ante la necesidad de reforzar y hasta recomponer su engranaje tras la salida del Reino Unido y la incertidumbre que planea sobre Italia –a las puertas de un referéndum que podría provocar la dimisión del premier Matteo Renzi– y sobre Francia –con unas elecciones a la vista que auguran un repunte del populista y euroescéptico Frente Nacional de Marine Le Pen, lo que supondría el fin del eje franco-alemán–.
«España es un socio muy importante de Alemania ante los desafíos que planean en el futuro inmediato», afirmó Merkel tras el encuentro bilateral que mantuvo en Berlín con el presidente Mariano Rajoy, ante quien mostró su satisfacción por que España «vuelva a tener Gobierno» y haya podido regresar al terreno de la diplomacia internacional y europea tras un limbo de 10 meses.
Rajoy viajó a la capital alemana invitado por la canciller a la minicumbre que organizó con los líderes del Reino Unido, Francia e Italia para despedir al presidente Barack Obama, un gesto inusual hacia España y que según Merkel se explica en la importancia que Alemania otorga a esa relación bilateral, a los importantes logros obtenidos en materia económica por su socio del sur, a su experiencia en materia de migración, uno de los desafíos a los que ella y toda la UE se enfrentan y a «su profundo sentir europeísta».
Merkel, con Renzi, Hollande y la primera ministra británica, Theresa May aún en suelo alemán evitó apuntar a España como el nuevo gran aliado de Berlín en el sostenimiento de una UE en crisis que obligará a recomponer alianzas. El año próximo, como dijo Rajoy, será muy importante para una Europa con importantes elecciones en el calendario. «No podemos hablar de jerarquías entre países aliados», afirmó Merkel, pero «necesitamos más países que alimenten el proyecto europeo porque la unión hace la fuerza» y una persona o un país solo no puede, reconoció.
Salvo en España y Portugal, en todos los parlamentos de la UE hay fuerzas que cuestionan la UE, si bien y pese a las críticas de partidos políticos populistas y emergentes a los que Rajoy englobó bajo el epígrafe de sui géneris –«crean muchos problemas a los ciudadanos», dijo– el espacio europeo construido por las formaciones tradicionales socialdemócrata, liberal y populares «representa el 25% del PIB mundial».
«Es la región del mundo con mayor nivel de libertades, democracia y respeto de los derechos humanos, además de ser ejemplo de bienestar», advirtió el jefe del Gobierno español. «Soy europeo, pero creo que no exagero si afirmo que aquí es donde mejor se vive en el mundo», agregó Rajoy para destacar luego la necesidad de preservar esos logros y elogiar el papel desempeñado por Alemania en su consecución. Y es por ello por lo que Rajoy consideró «esencial para Europa que las cosas en Alemania vayan bien», por ser la principal potencia del grupo, y ante el avance de fuerzas centrífugas contra las que el jumbo de Merkel vuela con las alas de Francia e Italia debilitadas. Tanto que Obama se refirió a ella durante la que ha sido su última visita a Europa como «último baluarte de los valores occidentales», elogio que Rajoy compartió.
En su comparecencia con Rajoy ante la prensa, el único líder europeo invitado a la minicumbre con el que tuvo esa deferencia, Merkel pasó revista a los avances registrados en España y valoró muy positivamente que después de «años muy difíciles, sobre todo el pasado y éste, se hayan creado muchos puestos de trabajo y recuperado el crecimiento».
«Tenemos un gran interés en que el desarrollo de España vaya por el buen camino», pues Alemania tiene muchos lazos económicos con España, puerta también de entrada de productos alemanes a América Latina, destacó Merkel y añadió que «Alemania quiere que la voz de España sea escuchada con más fuerza en Europa». La canciller insistió en el «alto grado de coincidencias, ambiciones y posiciones» entre Alemania y España, país que calificó de «socio muy importante y con el que Alemania ha desarrollado unas relaciones presididas por la confianza».
La sintonía entre Merkel y Rajoy fue asimismo notoria en los grandes temas de política internacional tratados durante el encuentro a seis con el presidente Obama, que se despidió de los aliados europeos con un pronunciamiento común a favor de mantener la presión sobre Rusia, con cuyo presidente, Vladimir Putin, coquetea peligrosamente el futuro inquilino de la Casa Blanca.
La lucha contra el terrorismo yihadista, la ofensiva en marcha para recuperar la ciudad iraquí de Mosul formaron parte asimismo de las últimas conversaciones entre un Obama que no puede garantizar la continuidad en las relaciones transatlánticas y cinco líderes europeos de los que uno gobierna en minoría, otro sacará a su país de la UE y tres se someten el año próximo a elecciones.
Los líderes de Alemania, Francia, Italia, España y Reino Unido, así como el presidente de EEUU, Barack Obama, acordaron ayer en la cumbre que celebraron en Berlín mantener las sanciones impuestas a Rusia por el conflicto de Ucrania. Los seis líderes consideran que las medidas deben persistir hasta que se implementen los acuerdos de Minsk y se consiga un alto el fuego estable en el este de Ucrania.
Moscú «no tiene planes de iniciar discusiones sobre el levantamiento de las sanciones», dijo ayer a Interfax el portavoz presidencial, Dmitri Peskov, que recordó que el que desencadenó estos vetos no fue Rusia. El Kremlin espera que esta renovación del castigo a Rusia «no interfiera con nuestro país para construir y continuar el diálogo sobre temas de interés mutuo». Pero Moscú ha advertido recientemente de que responderá de manera simétrica a nuevas sanciones de la UE contra los diputados de la Duma Estatal rusa. Así lo advirtió el embajador ruso ante la UE, Vladmir Chizhov cuando el pasado día 9 se informó sobre la ampliación de las sanciones de la UE contra Rusia, que afectó a seis diputados de Crimea en la Duma Estatal.
El mantenimiento de las sanciones a Moscú fue uno de los puntos estrella de la cumbre, que se celebra dos meses antes de la llegada de un nuevo presidente a la Casa Blanca, Donald Trump, que ha abierto la puerta a levantar las sanciones a Rusia. La visita a Alemania de Obama ha estado marcada por la incertidumbre en las relaciones transatlánticas y los cambios que puede llevar a cabo Trump en política exterior. La postura oficial de Rusia es no negociar, ni siquiera mencionar, el asunto de las sanciones. Pero su economía se resiente ya por estos castigos y algunos embajadores rusos han mostrado su convicción de que pronto haya un cambio que sobre todo permita a la economía rusa acceder con más facilidad al crédito europeo.
Europa también está a la espera. Ya en su comparecencia conjunta de anteayer, tras una primera reunión bilateral, Merkel y Obama destacaron el valor de la relación transatlántica y expresaron su confianza en que Trump siga ese mismo camino. Obama mantiene su compromiso con el pueblo de Ucrania y dejó claro que en su opinión las sanciones a Moscú se mantendrán mientras no cumpla lo acordado respecto a la pacificación de los territorios sublevados y recuperación por parte del ejército ucraniano del control de la frontera. Pero ahora lo que importa es qué opina Donald Trump, sobre el que los medios rusos han escrito estos días que podría reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, a principios del año que viene.
EL MUNDO – 19/11/16