EL MUNDO – 25/04/16
· El presidente desiste de un último llamamiento al acuerdo y arranca la precampaña Contesta a los reproches de inmovilista: «Hicimos lo que teníamos que hacer sin caer en la ansiedad».
El PP comienza una nueva fase en su relación política con Ciudadanos. De posible socio en los prolegómenos del 20-D a enemigo a batir en las elecciones del 26 de junio. Crítica sin contemplaciones, cuestionamiento abierto de Albert Rivera y asimilación de la formación naranja con el PSOE. Los titubeos del meses atrás han pasado a mejor vida. El presidente del Gobierno en funciones y líder del PP ha trasladado a su equipo que es fundamental transmitir la cercanía de Ciudadanos con los socialistas, tal y como han demostrado estos meses de negociaciones.
Él mismo comenzó a hacerlo ayer en Córdoba, apenas unas horas antes de la nueva ronda de contactos con el Rey. Rajoy inició la carrera del 26-J culpando a PSOE y C’s de la repetición de las elecciones. El presidente eludió hacer un último llamamiento al acuerdo con esos partidos porque ha decidido entrar en el cuerpo a cuerpo con Rivera en la próxima campaña.
A sólo unas horas de la nueva ronda de contactos que el Rey mantendrá con los partidos políticos, Rajoy eludió ayer lanzar un último llamamiento a un acuerdo con PSOE y Ciudadanos y optó por responsabilizar a estos dos partidos de la repetición de los comicios. En los dos próximos meses, señaló, se hablará mucho de por qué se convocan nuevas elecciones y habrá que explicar a los españoles algunas cosas. Ahora, añadió, tenemos más información.
En su opinión, la «foto final de estos cuatro meses» ha sido ver a «PSOE y Ciudadanos juntos» y por último a «PSOE, Ciudadanos y Podemos en una reunión a 18 intentando llegar a un acuerdo de Gobierno».
Ante esto, el presidente en funciones recordó que él realizó una propuesta «sensata», una coalición «moderada», que no fue debatida porque PSOE y Ciudadanos «no quisieron». Hemos asistido, relató, a una sucesión de «reuniones, dimes y diretes, fotos y ocurrencias» y hemos comprobado que hay «un partido entregado al candidato de otro partido y su programa», dijo en referencia a Albert Rivera y Ciudadanos.
La contundencia de sus críticas fue percibida ayer como el comienzo formal del camino hacia el 26-J, en el que por primera vez Rajoy tiene intención de asumir las críticas explícitas a Rivera. En una entrevista publicada ayer en EL MUNDO, el líder de Ciudadanos aseguraba que el presidente «está fingiendo» y que «no ha movido un dedo» para intentar formar Gobierno. En el acto de ayer en Córdoba, Rajoy pareció contestarle y defendió que el PP puede estar «tranquilo» y que durante este tiempo «hicimos lo que teníamos que hacer sin caer en la ansiedad o en actitudes peores». «No nos equivocamos», dijo. Su pronunciamiento también podría entenderse como un intento de apagar las críticas internas, surgidas después de que no aceptara el encargo del Rey de formar Gobierno, que en privado le han recriminado no haber hecho lo suficiente.
Desde la consolidación de Ciudadanos como nueva fuerza política en las elecciones andaluzas, al PP le ha resultado muy difícil establecer unas reglas de juego respecto a ellos. El PSOE siempre ha sido su adversario pero Ciudadanos, lejos de ser un enemigo, podía significar el comodín para retener La Moncloa. En los meses previos al 20-D, los ataques hacia ellos siempre fueron muy puntuales. Más acerados cuando las encuestas apuntaban a un trasvase de votantes y sólo indiferencia si la situación se estabilizaba. Pero Mariano Rajoy siempre estuvo al margen de estos vaivenes. Al comienzo de la campaña el PP daba casi por hecho que con los escaños de Ciudadanos alcanzaría la mayoría absoluta.
La segunda vuelta electoral del 26-J será diferente. El discurso de Rajoy ayer puso de manifiesto los caminos que piensa recorrer el PP. Por un lado, responsabilizar directamente a PSOE y Ciudadanos de las nuevas elecciones y, por otro, abrir la veda contra Albert Rivera.
Fuentes del partido confirman que van a «explotar la coalición entre PSOE y Ciudadanos» y sostienen que Rivera cometió un «error» al llevar su acuerdo con Sánchez más allá de la «fallida investidura». Se han retratado, insisten las mismas fuentes, con su «pertinaz pacto» con el PSOE, «haciendo lo contrario que dijeron en la campaña». Los populares empiezan a pertrecharse con argumentos en contra del dirigente de Ciudadanos: «Lo que diga Rivera tiene poco valor», cambia de opinión como de camisa».
En la dirección del PP piensan que Ciudadanos se mantiene en las encuestas e incluso mejora porque se alimenta de voto moderado de los socialistas. Algunos votantes del PSOE se han dado cuenta, explican, de que Rivera no es tan de derechas. Pero Génova confía en que en esta ocasión pierda el apoyo de quienes antes respaldaron a Rajoy y el 20-D se decantaron por Rivera. «Queremos recuperar el voto del PP que se ha ido a Ciudadanos». Y, aunque ahora no tienen dudas sobre el mensaje, asumen que se enfrentan a «equilibrio difícil». «Atacar a Ciudadanos, pero sin que se desplome, para que con sus escaños sea posible sumar una mayoría absoluta».
En el partido ratifican que las críticas se acentuarán en cuanto las elecciones se convoquen de manera oficial. El presidente del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, se empleó ayer a fondo con Ciudadanos y aseguró que «no son lo que parecen». «Les gusta la política del PSOE. ¿Me puede alguien explicar qué hacen con Pedro Sánchez». Moreno afeó a la formación naranja que vaya a entregar a la izquierda la Alcaldía de Granada y sus reproches fueron más intensos que los que lanzó contra el PSOE y Podemos. El dirigente andaluz fue el único ayer que se refirió a la corrupción, aunque sólo fuera para defender que el PP ha actuado con «diligencia» al suspender de militancia al alcalde imputado. Ni la presidenta de NNGG, Beatriz Jurado, ni el responsable regional, Luis Paniagua, mencionaron este tema a pesar de que es un tema que preocupa a los jóvenes del PP, tal y como el sábado pusieron de manifiesto con sus preguntas en la convención.
Moreno hizo también una reflexión sobre la pérdida del voto joven y su predilección por Ciudadanos y Podemos. «Parece que algunos votantes jóvenes se han distanciado de nuestro partido», señaló, para reclamar a continuación «un esfuerzo».Tampoco nadie más abordó este tema. El presidente le premió al inicio de su intervención con el reconocimiento a su trabajo en Andalucía.
Rajoy aprovechó ayer para rechazar que el dirigente de la izquierda abertzale Arnaldo Otegi acuda el miércoles a Bruselas, invitado por IU y Podemos, para pronunciar un discurso en la reunión del grupo parlamentario de la Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, donde también está Bildu.
El presidente en funciones dijo que que lo único que quiere oír del dirigente de la izquierda abertzale es que «diga que condena el terrorismo de ETA y pida perdón a las víctimas del terrorismo». «Lo demás», añadió, «no nos interesa».
DEMANDA DE MILITANTES POR NO CONVOCAR EL CONGRESO
Una plataforma de militantes del PP ha presentado una demanda contra el partido de Mariano Rajoy por no convocar su congreso ordinario en las fechas previstas por los estatutos. El Foro de Pensamiento y Desarrollo, que aglutina a más de 1.000 afiliados ‘populares’, considera que los responsables de la formación tienen «secuestrado» al partido y se oponen a la regeneración del mismo en aras de volver a conectar con sus electores. Los responsables de este colectivo, Joaquín Vázquez y María Fuster, que llegaron a tener cargos de relevancia en la estructura nacional de Nuevas Generaciones, mandaron varios burofaxes a Génova exigiendo la celebración del cónclave del PP y recibieron una negativa rotunda por parte de la dirección del partido.