Silencio calculado en el PP tras la decisión del Comité Federal del PSOE de abstenerse. Nada de echar las campanas al vuelo ante la inminente investidura de Mariano Rajoy. Los populares se mantienen en la posición de «discreción» y «prudencia» en la que llevan instalados desde el estallido de la crisis interna del PSOE, para facilitar a los socialistas el cambio de posición. El presidente de la Gestora del PSOE, Javier Fernández, pidió tiempo a los populares y en Génova pretenden cumplir con su promesa hasta el final. El bipartidismo ha entrado en una fase de protección mutua, cuya duración es incierta.
A expensas de lo que hoy puede transmitir Rajoy a la dirección del partido, en la reunión matutina en Génova, o de las declaraciones que pueda realizar en el desayuno informativo que comparte con el dirigente catalán Xavier García Albiol, la consigna es insistir en el respeto hacia las decisiones del PSOE, sobre todo porque queda pendiente el paso final de la votación, con riesgos evidentes de ruptura en el Grupo Socialista. Esta circunstancia es la que, según fuentes populares, les obliga a continuar con la cautela. «Sabemos lo que le está costando al PSOE y no queremos hurgar en la herida», aseguran fuentes del partido.
Fue el propio Rajoy el que impuso esta postura y zanjó el debate en el PP sobre las condiciones de la abstención. Desde ese momento no ha habido un solo reproche a los socialistas. Al contrario, han abundado los mensajes de conciliación, sobre todo del presidente, que ha admitido que modificará su discurso de investidura para ayudar al PSOE en su histórico viraje.
Desde que Pedro Sánchez fuera defenestrado el PP ha tenido claro que habría Gobierno. Es cierto que han atravesado por momentos puntuales de dudas, pero lo daban por seguro desde el principio de la semana pasada. «Parece que está hecho», señalaban los populares en los pasillos del Congreso. Esa certeza es la que ha precipitado las cábalas para la formación de Gobierno y también el debate interno sobre cómo será la legislatura.
La opinión mayoritaria en el PP es que los socialistas necesitan tiempo para recomponerse –para coser el partido, que diría la lideresa Susana Díaz– y, por eso, creen que sostendrán la entente con Rajoy un mínimo de dos años. Explican que no tendría sentido abstenerse ahora para hacer inviable el Gobierno del PP y que haya elecciones en seis meses. Por ello, piensan que les van a facilitar un mínimo de sustento que permita algunos acuerdos. Fuentes populares apuntan a que en este sentido se producirá un «pacto entre caballeros» entre Rajoy y Fernández. Al final, recuerdan, Rajoy es quien tiene la sartén por el mango y ante una situación de ingobernabilidad puede convocar elecciones.
La resolución aprobada por el PSOE apunta ya a una serie de condiciones que van en la línea de lo esperado por el PP: cambios en la reforma laboral, revisión del sistema de pensiones y pacto educativo. A falta de que el PP marque una posición oficial, nada fuera de tiesto.