EL MUNDO – 03/02/16
· El líder del PP admite por segunda vez ante el Rey que «aún» no tiene apoyos para gobernar.
Mariano Rajoy se mantiene en sus trece. Reservándose tras el burladero en la confianza de que Pedro Sánchez fracasará. El Rey encomendó ayer al líder socialista el intento de formar Gobierno y el presidente del Congreso, en contacto con el aspirante, ha decidido abrir un plazo de entre tres semanas y un mes para comprobar si el entendimiento fructifica. El presidente en funciones, mientras tanto, aguardará.
No quiere tirar la toalla. Ayer, tras entrevistarse con Felipe VI, insistió en su primera estrategia, la que explicó hace 10 días cuando declinó la oferta que, en primer lugar, le hizo a él el Monarca. «Hoy no tengo los apoyos para formar un Gobierno estable; esperaré a los acontecimientos del futuro, pero no renunciamos –dijo hablando en plural– a presentarnos en su momento». En definitiva, no hay retirada de Rajoy, sólo parapeto.
Empecinado en su convencimiento de que al final se impondrá la única fórmula que en su opinión es sensata –un Gobierno a tres de PP, PSOE y Ciudadanos bajo su presidencia–, Rajoy se dispone a ver pasar las hojas del calendario.
Él mismo insistió en que sin la aquiescencia de los socialistas su proyecto de gobernabilidad es imposible, pero también sugirió que no hará nuevos intentos por dialogar con Sánchez.
«¿Para qué?», preguntó retóricamente a los periodistas tras la rueda de prensa que ofreció anoche en La Moncloa minutos antes de que se anunciara la decisión de Felipe VI de proponer al socialista la formación de Gobierno.
El presidente en funciones –que compareció nuevamente acompañado por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal– dijo «no entender» la reiterada negativa del PSOE a hablar con el PP, cuando en los asuntos más importantes que tiene el Estado ante sí –según Rajoy– las dos fuerzas mantienen posiciones compatibles, y en las «cuestiones menores», afirmó, no debería ser difícil pactar «poniendo todos de nuestra parte».
El líder popular rechazó de plano la hipótesis de dejar paso a otro nombre del PP porque, en su opinión, más de siete millones de votantes han optado por su partido con él, y no con otro, al frente, y aseguró estar convencido de que «sí» tiene posibilidades de «repetir como presidente del Gobierno». Por eso, recalcó, mantiene su candidatura. Y, además, acusó a Sánchez de tener «ganas de confundir» a los ciudadanos cuando ahora asegura su disposición a dialogar con todos «a izquierda y derecha», incluido el Partido Popular.
Rajoy insistió por enésima vez en que la propuesta que él lanza –la gran coalición con él de presidente– sería la mejor para los intereses de España porque permitiría activar las grandes reformas que el país necesita y trasladaría un mensaje claro de estabilidad, certidumbre y seguridad dentro y fuera de nuestras fronteras. Sin embargo, y pese a estas virtudes y beneficios, él no aceptaría el acuerdo si el principal sillón del mismo no le estuviera reservado.
En otras palabras, la fórmula perfecta del trío perdería todo su encanto si la presidencia la ocuparan Sánchez o Rivera. En esa tesitura, Rajoy la rechazaría. «En ningún caso aceptaré», dijo contundente, «un Gobierno así que no esté encabezado por el PP». Ni siquiera cabría pensar en una abstención.
En realidad, esta hipótesis Rajoy ni la considera. Frente a su propuesta sólo caben, insiste, dos alternativas: o ir a nuevas elecciones o el camino que pretende emprender Pedro Sánchez, es decir, intentar un Gobierno de PSOE con Podemos y el apoyo implícito o explícito de los independentistas. Para el líder popular, esta sería una opción nefasta, una «alianza», advirtió anoche, «que no sería de progreso, sino contradictoria y experimental», alejada de la «moderación y sensatez» que él asegura tener como bandera.
EL MUNDO – 03/02/16