EL CORREO, 23/9/12
El presidente del Gobierno pide a Mas que recapacite porque aún es posible hallar «puntos de encuentro»
Artur Mas tenía claro que se lo jugaría todo a una carta: u obtenía un compromiso por parte del Gobierno de Mariano Rajoy que le permitiera sacar a Cataluña del régimen fiscal común en el plazo de unos pocos años o rompía la baraja. Y eso hizo. Ahora el jefe del Ejecutivo, inquieto ante la idea de sumar a la crisis económica una de las más graves crisis institucionales que nunca haya vivido la España democrática, pide al presidente de la Generalitat que recapacite. «Estoy dispuesto a hablar, quiero dialogar y escuchar porque las cosas no son blancas o negras; hay tonos», dijo ayer durante un acto de la precampaña gallega en Orense.
Es la primera vez que Rajoy habla en público sobre este asunto, desde que el jueves recibió a Mas en La Moncloa. No acostumbra a comparecer ante la prensa tras sus entrevistas, salvo que en la reunión participen mandatarios extranjeros, y esta vez no quiso hacer una excepción. Así que solo por boca del propio presidente catalán, y por un comunicado posterior de la secretaría de Estado de Comunicación, se supo que le había trasladado el mensaje de que no hay margen alguno para conceder a Cataluña una Hacienda propia como las de Euskadi y Navarra. Pero la escalada soberanista que a todas luces se avecina, llevó al líder del PP a romper su mutismo.
El viernes ya aprovechó una charla con los periodistas que se desplazaron hasta Roma a cubrir su encuentro con el presidente italiano, Mario Monti, para mostrar su cara más afable y explicar que él había conminado al presidente de la Generalitat a seguir los cauces legislativos habituales y a remitir la propuesta de pacto fiscal, aprobada por el Parlamento de Cataluña, a las Cortes Generales. La oferta no resulta tentadora para los nacionalistas: eso mismo hizo el exlehendakari Juan José Ibarretxe con su plan y obtuvo un no estrepitoso por parte de PP y PSOE.
Rajoy aseguró, sin embargo, ayer que considera posible «crear puntos de encuentro». «Por mí -prometió- no va faltar». Las diferencias entre Mas e Ibarretxe son amplias. Los populares siempre consideraron imposible entenderse con el gobernante del PNV, en cambio -y pese la época negra del debate del Estatut y su promesa ante notario, en 2006, de que no haría pactos estables o permanentes con el PP- la colaboración con CiU ha sido una constante durante esta legislatura.
La mano que ahora tiende el presidente del Gobierno viene, en todo caso, acompañada de una posición clara. En el mitin remarcó que su partido es fiel a principios como «la libertad individual, los derechos humanos, la Constitución española y la cohesión territorial y social». «La solidaridad -insistió- es uno de los principios más importantes que anima al PP».
EL CORREO, 23/9/12