ABC – 30/07/16
· El candidato a la Presidencia cita a los líderes del PSOE y Ciudadanos la próxima semana en el Congreso para intensificar los contactos.
· Candidato reforzado: El presidente del PP se ha visto reforzado con el encargo del Monarca de intentar recabar apoyos para formar gobierno.
Rajoy sigue moviendo ficha. Tal y como anunció el jueves, tras informar que había aceptado el encargo del Rey de buscar apoyos para la investidura –aunque su presencia en esta todavía no esté confirmada–, se ha puesto inmediatamente manos a la obra y ayer mismo ya llamó a los líderes del PSOE y de Ciudadanos, Pedro Sánchez y Albert Rivera, con quienes mantendrá sendas reuniones el martes y el miércoles de la próxima semana en el Congreso de los Diputados.
El objetivo es intentar un acercamiento para obtener, al menos, la abstención del primero y el «sí» del segundo en el debate de investidura. La vía para conseguirlo es, según manifestó el propio presidente y ayer repitió toda la cúpula popular, ceder en aquellos puntos en que se puedan negociar acuerdos. «Todo está abierto», aseguraba el presidente en funciones.
En el PP son conscientes de la dificultad de la empresa: será complicado, entienden, convencer al PSOE de que cambie de rumbo, tras meses de un Sánchez anclado en el «no es no». Hasta los 17 «noes».
«Que Rajoy se humille»
De hecho, las primeras reacciones socialistas tras el anuncio de Rajoy de que aceptaba –con matices– el encargo del Rey fueron tan viscerales que «nos llevan a pensar que más que un gobierno, lo que quieren es hacer sangre, que Rajoy se humille en una investidura fallida», se lamentaba un dirigente popular. Ayer, la diputada socialista y exmagistrada del Tribunal Supremo Margarita Robles sostuvo que, si finalmente Rajoy decidiera no concurrir a la investidura tras aceptar el encargo del Rey, «tendría que presentar su dimisión».
Sin embargo, el PP tiene la impresión de que en Ciudadanos la reacción puede serles más favorable. Aunque nada más conocerse la cita entre Rajoy y Rivera en la formación naranja aclararon que tampoco estaban dispuestos a cambiar su voto, los populares confían en poder alcanzar acuerdos con Rivera. Saben que si él convierte su abstención en un «sí» la gobernabilidad está asegurada.
Por eso, ayer todos los vicesecretarios populares y algunos otros cargos institucionales del partido salieron en tromba a explicar públicamente que no era ya Mariano Rajoy el que se ofrecía, sino que el cabeza de lista del PP se había visto reforzado con el encargo del Monarca de que intentara recabar apoyos para formar gobierno.
Los populares saben que este hecho marca una diferencia en Ciudadanos, o debería hacerlo, porque –según recuerdan– fue uno de los argumentos en que la formación de Rivera basó su pacto con el PSOE en la pasada legislatura: Sánchez estaba legitimado por el encargo del Rey como candidato. Si Rajoy obtuviera el «sí» de C’s, tendría asegurados 169 votos a favor en su investidura, a los que se podría sumar el de Coalición Canaria. Con 170 «síes», muy pocos creen en el Congreso que el PSOE bloquearía la formación de un Gobierno.
Contactos a la carta
En cuanto acabó la reunión del Consejo de Ministros, Rajoy informó a Sánchez, Rivera e Iglesias de las actuaciones que acababa de aprobar el Gobierno contra el último paso dado por los independentistas en el Parlamento catalán. En esas conversaciones aprovechó para cerrar sendas citas con los líderes del PSOE y Ciudadanos la próxima semana. Fueron estos quienes lo anunciaron. Rajoy dejará que sean sus interlocutores los que decidan el nivel de transparencia y el formato de los contactos que se mantengan.
En La Moncloa todo está preparado para pasar un agosto «intenso». La negociación no va a ser nada fácil y habrá momentos en los que parezca que es imposible el acuerdo, según admiten en el entorno del presidente. Pero cuentan a su favor con que Rajoy ya es el candidato «oficial», y también confían en que la «responsabilidad» se impondrá. En ese sentido, en Presidencia están convencidos de que el último giro dado por los secesionistas, en una actitud de abierto desacato al Tribunal Constitucional, une más a los demócratas y constitucionalistas, y urge la formación de un Gobierno «con plenos poderes». Es otro motivo, y no menor, para favorecer el acuerdo, al menos entre el PP y Ciudadanos. De hecho, Rajoy utilizará como argumento, para tratar de convencer a Rivera, la necesidad de tener un Gobierno fuerte lo antes posible para frenar desde todos los frentes al secesionismo.
Rajoy está dispuesto a acudir a esas conversaciones con una agenda totalmente abierta, salvo las líneas rojas que obviamente existen, y que son las relacionadas con la unidad de España y la soberanía nacional. Sobre todo lo demás, está dispuesto a hablar. Como punto de partida sigue mostrando el documento de 53 páginas que ya entregó a los líderes, y que recoge puntos del programa del PP, junto a numerosos guiños a sus potenciales sociales en aquellos asuntos donde ve más posible el acuerdo. No se cierra a introducir modificaciones en la reforma laboral ni a acometer un pacto por la Educación, y tampoco a hablar de una reforma electoral o de nuevas medidas de regeneración democrática, como la supresión de aforamientos.
Los Presupuestos de 2017 tienen que estar aprobados por el Gobierno y presentados en el Congreso antes del 1 de octubre, mientras que los compromisos europeos sobre el déficit deben estar listos antes del 15 de octubre. Los ministerios no se han quedado de brazos cruzados y ya han empezado a preparar sus fichas presupuestarias. Las cuentas se aprobarían en tiempo récord si la investidura fuese en septiembre.
El encargo del Rey
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, apuntó ayer que el tiempo para que se produzca un debate de investidura «no tiene por qué ser mucho». Eso sí, no es tanto una cuestión de tiempo como de «voluntad política», y esta es la que ha faltado hasta ahora para negociar con el PP. Por eso, hizo un llamamiento al resto de partidos para que asuman su responsabilidad, como ha hecho, señaló, Rajoy. A su juicio, «el encargo del Rey es para intentar formar Gobierno después de dos elecciones generales», y no para celebrar un debate sin más.
ABC – 30/07/16