EL CORREO, 15/8/12
La izquierda abertzale critica al PNV por su «silencio atronador» y Ortuzar sugiere a los reclusos que ayunen por el «daño causado»
El ‘caso Uribetxebarria’ lleva camino de convertirse en el culebrón político del verano. Las crecientes protestas de los presos de ETA y su entorno -ayer 225 internos continuaban en huelga de hambre según Instituciones Penitenciarias, una cifra que Herrira elevó a 430- para exigir la excarcelación del recluso condenado por el secuestro de José Antonio Ortega Lara, gravemente enfermo de cáncer, provocaron una nueva exhibición de firmeza del Gobierno central. El presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy, aprovechó un corrillo informal con periodistas tras reunirse con el Rey en el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca para advertir de que es «absurdo» que el colectivo de presos etarras intente hacer «chantaje» al Gobierno. El presidente dejó claro que su gabinete no cederá, sino que se limitará a cumplir la ley y a «atender lo que digan los médicos».
El Ejecutivo del PP se anticipa así a que una eventual concesión de la libertad condicional a Josu Uribetxebarria pudiera interpretarse como una cesión ante ETA y la izquierda abertzale, debido a la previsible gravedad de los informes médicos que determinarán el avance del cáncer de riñón que padece el secuestrador del exfuncionario de prisiones. Por el momento, y según el último parte médico, el interno se encuentra «estable» pese a cumplir casi una semana sin ingerir alimentos sólidos. El resultado de las pruebas diagnósticas a las que Uribetxebarria se sometió el lunes en el hospital Donostia podría ser definitivo el próximo jueves, según Osakidetza, aunque no se descarta que la familia pueda conocer hoy mismo el pronóstico de la enfermedad.
A partir de ahí, y si se constata que la dolencia del preso es ya incurable, será el juez central de Vigilancia Penitenciaria el que adopte una decisión definitiva sobre la concesión del tercer grado. No obstante, el Gobierno quiere dejar claro que si es excarcelado será «en estricta aplicación de la ley» y no «por cesión a huelgas de hambre y chantajes». Dirigentes del PP como el presidente del Congreso, Jesús Posada, y representantes gubernamentales como el director de Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, se esforzaron en subrayar que «bajo ningún concepto» se doblegarán ante las protestas; a su juicio, una estrategia «impuesta» por ETA a sus reclusos. Yuste, además, advirtió en Radio Euskadi que la izquierda abertzale intentará «capitalizar» el desenlace del polémico caso, sea cual sea: si se solventa con la excarcelación lo achacará a su presión, dijo, y si no, lo aprovechará para «disfrazarse de víctimas».
Por el momento, lo que sí está haciendo es empezar a orientar sus dardos hacia su principal rival en las urnas, el PNV, por su «silencio atronador» sobre la situación del preso de Mondragón. En un comunicado, la dirigente Maribi Ugarteburu denunció que, frente a las diversas voces que han reclamado la puesta en libertad de Uribetxebarria, «el PNV de Urkullu» guarda un mutismo «denunciable y políticamente muy clarificador». Por ello, exigió al líder del EBB que «se deje de falsedades» y abandone «su habitual teatro de gestor discreto y recadista con el PP». La portavoz abertzale acabó pidiendo al Ejecutivo del PP que cese ya en la aplicación de medidas «de total excepción» que le hacen adquirir «la traza de un nuevo Mengele».
Cicatrizar heridas
Pese a su supuesto silencio, el PNV sí habló ayer, por boca de su presidente en Bizkaia, Andoni Ortuzar, que pidió que en el caso de Uribetxebarria se aplique la ley «como se le aplicaría a cualquier otro recluso» porque además, en su opinión, gestos de ese tipo pueden ir ayudando a «cicatrizar heridas». «Pero también le diría a la izquierda abertzale que todavía está a tiempo de demostrar la misma sensibilidad con las víctimas», apuntó, antes de sugerir que los presos en huelga de hambre conviertan esta protesta en un ayuno «de reconocimiento de sus errores y de sus acciones, del daño que han causado».
Mientras tanto, los gestos reivindicativos continuaron multiplicándose en Euskadi y Navarra de la mano del colectivo de apoyo a los presos Herrira, que ayer inició concentraciones diarias frente a las subdelegaciones del Gobierno y habló de una «ola gigante» y «espontánea» de solidaridad que, en las cárceles, solo tiene parangón en Palestina, según sus responsables. Uno de los miembros del colectivo fue detenido en Pamplona por su negativa a identificarse ante la Policía aunque fue puesto en libertad tras procederse a verificar su identidad en comisaría. Mientras, el Ararteko, Iñigo Lamarca, pidió la puesta en libertad del preso y la revisión de la situación de todos aquellos que se encuentren gravemente enfermos, aunque instó también a Uribetxebarria a abandonar el ayuno. La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, en cambio, se limitó a pedir la estricta aplicación de la ley sin tener en cuenta «declaraciones de compasión».
EL CORREO, 15/8/12