Rajoy calibró hace semanas la probabilidad de no poder aprobar los Presupuestos de 2017. Lo hizo después de que el líder de la Gestora, Javier Fernández, le confirmara que ni siquiera con una abstención el PSOE podría apoyarle porque ello daría alas a Pedro Sánchez en perjuicio de Susana Díaz. La única vía ahora para el Gobierno pasa por lograr el respaldo casi hecho del PNV y sumar un último voto, el de Nueva Canarias.
El presidente es consciente de que presionar ahora a los socialistas en busca de su apoyo sólo serviría para alimentar los argumentos de Sánchez en la batalla por hacerse con el sillón de Ferraz. Y ni Rajoy ni la Gestora quieren el regreso del ex secretario general que hizo bandera del no es no y bloqueó durante meses la gobernabilidad del país. Tanto es así, que el presidente incluso ha analizado las derivadas de un posible fracaso a la hora de sacar adelante las cuentas para 2017: sería un golpe duro pero no insuperable, al menos no tanto como para justificar un adelanto electoral.
En cualquier caso, el horizonte sin el PSOE se ha despejado en los últimos días. Las negociaciones con el PNV prosperan, más aún después de que ayer mismo el PP suscribiera el apoyo a los Presupuestos vascos, y sobre todo se ha abierto una línea de contacto con Nueva Canarias (NC), apéndice del PSOE en el Congreso, que puede aportar al PP el último voto necesario para alcanzar la cifra mágica de 176 síes suficientes para que el proyecto de Presupuestos para 2017 pase el corte de la aprobación.
El diputado de NC, Pedro Quevedo, que se presentó a las elecciones en coalición con el PSOE, ha informado puntualmente al presidente de la Gestora de su intención de negociar con el Gobierno. Lo ha hecho, dice, «por lealtad y honradez» y «no para pedir permiso» porque, aunque son aliados en la Cámara Baja, mantiene autonomía a la hora de tomar decisiones. Más aún, asegura que en ningún momento ha recibido «ni una sola presión» de la dirección socialista sobre lo que debe hacer. «Les informaremos de todo por lealtad pero no les pediremos permiso para nada», explicó ayer en una entrevista en TVE.
No obstante, Quevedo sabe que si al final permite con su voto la aprobación de los Presupuestos sin que el PSOE se tenga que mojar les estará haciendo «el favor del siglo». Los contactos entre el representante canario y el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, son inminentes y, de partida, no pintan mal.
La posibilidad de que NC apoye las cuentas de Rajoy abre un escenario nuevo en beneficio del Gobierno y del propio PSOE, que podría mantener su rechazo formal a los Presupuestos neutralizando las sospechas de connivencia con el PP que el precandidato Sánchez podría explotar en su beneficio.
Una victoria de Sánchez en las primarias socialistas dibujaría un panorama realmente negro para la estabilidad y la continuidad de la legislatura. En este punto coinciden todas las fuentes consultadas tanto en el Gobierno como en el PP y en el propio PSOE.
En las filas socialistas incluso se felicitan por la aprobación del techo de gasto porque eso ofrece al Gobierno el margen de maniobra suficiente para, aun sin conseguir sacar adelante las cuentas de 2017, poder gestionar el país sin demasiadas dificultades basándose en el Presupuesto prorrogado de 2016.
El Gobierno ya ha anunciado el cumplimiento del objetivo de déficit de 2016 y asegura que lo mismo sucederá con el de 2017, al tiempo que anticipa una revisión al alza por parte de Bruselas de las previsiones de crecimiento para este año. Y ello aun viviendo con las cuentas aplazadas.
Barajando estos datos, el Ejecutivo ha restado incluso trascendencia a la posibilidad de que el proyecto de Presupuestos que el Consejo de Ministros tiene previsto aprobar el 31 de marzo acabe siendo rechazado. Al fin y al cabo, explican en Moncloa, para cuando viera la luz el ejercicio estaría ya mediado y el Gobierno debería empezar a preparar los objetivos y las plantillas de ingresos y gastos para 2018 y, sobre todo, el techo de gasto del año que viene, que debe recibir luz verde en julio. La no aprobación de las cuentas de 2018 sí sería, en opinión de las fuentes consultadas, un golpe inasumible que acarrearía el adelanto electoral.
Sin embargo, la actitud abierta de Nueva Canarias a considerar su voto a favor del proyecto de cuentas para 2017 arroja luz sobre el escenario. En el Gobierno ya no ven imposible el acuerdo. Tendrá coste, sí, pero podría asumirse.
Nueva Canarias aún no ha puesto sus demandas sobre la mesa, pero las mismas no se distanciarán mucho de las anotadas en la llamada agenda canaria recogidas en el acuerdo de investidura que suscribieron el PP y Coalición Canaria.
Pedro Quevedo se reserva las peticiones para el encuentro que mantendrá con Montoro, aunque ya ofrece alguna pista. Ayer, en la entrevista en Los Desayunos de TVE, hizo mención expresa a los 750 millones de euros en que se ha visto mermado el convenio de carreteras firmado entre Canarias y el Gobierno a lo largo de los últimos cinco años, así como la eterna demanda del archipiélago de situar las inversiones que recibe del Estado en la media del resto de las comunidades autónomas.
El diputado canario asegura que Montoro conoce las peticiones que se plantearán porque se han repetido muchas veces. «No pediremos la luna», asegura, «pero no nos conformaremos con tres perras».
SANTAMARíA REPASA CON CLAVIJO LA ‘AGENDA CANARIA’
La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría, mantuvo ayer un encuentro con el jefe del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, para repasar y dar un impulso a los acuerdos comprometidos en la llamada ‘agenda canaria’. En la reunión se abordó la demanda del Gobierno regional de aprobar de manera inminente los aspectos económicos del llamado Régimen Económico y Fiscal. Coalición Canaria espera que en esta ocasión las cuestiones que han permanecido bloqueadas puedan encontrar un cauce, especialmente porque el Gobierno del PP necesita de su apoyo en el Congreso para sumar los votos necesarios que permitan la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2017. El Partido Popular insiste en que su voluntad es dar cumplimiento pleno a todo lo incluido en la agenda, aunque pide tiempo para ello. Los ‘populares’ aseguran que todos los puntos se verán satisfechos a lo largo de la legislatura.