Las fricciones entre Ciudadanos y el PP, a cuenta de la priorización del PSOE por parte del Gobierno en la negociación de las cuentas públicas, ha requerido la intervención de los principales líderes. Durante los últimos días de contactos, especialmente intensos durante el pasado fin de semana, se implicaron personalmente la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el presidente, Mariano Rajoy. Por parte de Ciudadanos, Albert Rivera supervisó la negociación, a pesar de que estaba de viaje en Polonia.
A última hora del domingo, los presidentes de los partidos cerraron finalmente un compromiso que permite a los populares seguir contando con los naranjas como socios preferentes: Rajoy se comprometió a destinar 3.850 millones para las medidas pactadas con Ciudadanos en el acuerdo de investidura.
Se trata de un compromiso del Ejecutivo y, por tanto, no hay un acuerdo firmado. Ciudadanos, con la cicatriz aún reciente del desmentido gubernamental de su anuncio de que se subiría el techo de gasto, no compromete su voto a favor en los Presupuestos hasta que no vea por escrito que se destinan estos 3.850 millones.
De momento, el compromiso de Rajoy sí conlleva que Ciudadanos respalde el techo de gasto. En cambio, Rivera votará en contra de la subida de impuestos especiales (alcohol, tabaco y bebidas azucaradas), como muestra de protesta y disconformidad por el hecho de que el Gobierno obviase su posición de no subir los impuestos y primara la postura del PSOE, que sí lo quería; así como porque Hacienda no haya comenzado la recuperación del dinero de la amnistía fiscal.
Con todo, el Ejecutivo busca mantener presto y dispuesto a Ciudadanos de cara a la gobernabilidad de la legislatura. Firmaron un pacto de 150 medidas y ninguna de las dos partes, pese a la incomodidad de la convivencia y la asunción de las propuestas, plantea su ruptura. El partido de Rivera mantiene además que pueden ser una de las llaves para sacar adelante los Presupuestos, si el PSOE decide no respaldarlos.
Ante las banderas que han enarbolado los socialistas en los últimos días –subida del salario mínimo, por ejemplo–, Ciudadanos necesitaba colgarse alguna medalla. De ahí que Rivera aceptara tomar parte en las conversaciones y tratar directamente con Rajoy.
El partido tenía asumido desde hace días que no conseguirían los 5.000 millones de gasto público pactados en agosto. La cifra final supone un mordisco del Gobierno de 1.150 millones. Un recorte considerable que obligará a menguar el alcance de las medidas y deja fuera la creación de un nuevo fondo sanitario. La menor intensidad de la aplicación se refleja en que, por ejemplo, el complemento salarial –medida estrella de Ciudadanos– quedará reducido a los menores de 30 años y se buscará que sea financiado con fondos europeos; o que en las bajas de maternidad y paternidad de momento sólo se contemple aumentar esta última dos semanas. «Es un acuerdo satisfactorio porque estas políticas verán la luz en los Presupuestos», dijo ayer Rivera tras la Ejecutiva naranja.