EL MUNDO – 01/02/16
· PARTIDO POPULAR: Crecen las voces internas que reclaman que el presidente decida en persona dar un paso al lado porque son conscientes de que no hay margen para sustituirlo.
· PARTIDO SOCIALISTA: Los ‘históricos’ consideran que el líder socialista es «el caballo de Troya» que puede acabar pactando con Podemos «un Gobierno con respiración asistida».
· Crecen las voces que piensan que no debería repetir como candidato.
· El partido se ve abocado a una regeneración integral que está pendiente sólo de la decisión personal del presidente de irse.
Se impone en el PP la sensación de fin de ciclo, de estar a las puertas de una transformación que permitirá alumbrar un nuevo partido, con otras reglas y otro proyecto. A un paso de encarar una «refundación» que nadie se atreve a situar en el tiempo porque, aseguran, depende de los deseos de Mariano Rajoy.
Superado el Comité Federal del PSOE la división de opiniones sobre qué sucederá con el Gobierno se mantiene como al principio: la dirección popular siguesosteniendo que Pedro Sánchez no podrá alcanzar un acuerdo (ni con Podemos ni con Ciudadanos) y los dirigentes territoriales continúan convencidos de lo contrario. El futuro inmediato del PP está pendiente de este resultado.
Si hay Gobierno de izquierdas, distintas fuentes del PP consultadas por este diario coinciden en que el partido está abocado a un congreso con varios candidatos en el que, apuntan, «tendrán ventaja quienes sean diputados». Por supuesto, nadie cree que se vaya a presentar Mariano Rajoy, aunque lo haya dicho.
En el caso de que finalmente haya elecciones el camino es más difuso. En las últimas semanas han crecido las voces que defienden en privado la conveniencia de que el presidente no sea candidato. Gente de peso en el partido que «agradece» a Rajoy su trabajo, que le reconoce su «aportación» a la salida de la crisis, pero que piensa que le ha llegado el momento de «echarse a un lado». Fuentes de toda solvencia consultadas por este diario confirman que no hay unanimidad respecto a que repita como cabeza de cartel. Destacados dirigentes territoriales coinciden en que ante otras elecciones el PP necesitaría buscar un «golpe de efecto» y sólo se podría conseguir con otro candidato. Sería el modo, mantienen fuentes del partido, de «recuperar votos en la abstención» del centro derecha.
El problema al que se enfrenta el partido, explican, es que Rajoy carece de un relevo claro. No hay «sustituto», indican fuentes populares, «volverá a ser él porque no habría tiempo para hacer un congreso y designar a otro aspirante a la presidencia del Gobierno».
Su continuidad se produciría, por tanto, más por resignación que por convicción. Rajoy cuenta, además, con otras circunstancias a favor. El partido, apuntan, «está muerto». Nadie de quienes en privado piensan que el relevo de Rajoy ha llegado, señalan, va a defenderlo en público. Probablemente, añaden, «tampoco se lo van a decir a él abiertamente». En el PP la discrepancia siempre se ha entendido como una deslealtad y esto es lo que explica que nadie suela hablar nunca en los comités o las juntas directivas. Se cerraría filas, aseguran, «aunque a regañadientes».
Y, además, prosiguen distintas fuentes del partido, la organización está en sus primeras líneas «descapitalizada». Los ministros totalmente «debilitados», los barones de referencia están «de salida», y los nuevos aún tienen que consolidarse, algunos incluso con el agravante de que ni siquiera gobiernan.
En la dirección no niegan que en el partido «en estos momentos haya mar de fondo» pero aseguran que todo va a quedar «en nada» como en «el congreso de 2008». No obstante el entorno de Rajoy está dando en los últimos días señales de un importante nerviosismo ante cualquier información que cuestione su continuidad o su liderazgo.
En este contexto, donde tampoco faltan quienes piensan que Rajoy debe seguir «porque se lo ha ganado», la sensación general es que nada sucederá salvo que el presidente se aparte voluntariamente. Y de hacerlo –algo con lo que no se cuenta– tampoco hay claridad respecto a los pasos a seguir. Hay dirigentes del PP que sí creen que sería posible celebrar un congreso y designar nuevo presidente del PP y candidato ante unas elecciones en junio. «El PSOE lo va a hacer. Por qué no nosotros», preguntan. Otros en cambio abogan por una «salida sin congreso» y un «candidato de consenso» que después se presentaría a liderar el PP en función de los resultados.
Esta solución se antoja difícil. En el PP es un clamor que el próximo líder popular se debería escoger en un congreso abierto –un militante, un voto–, que ya no cabe, otro dedazo. Hasta José María Aznar, que eligió a Rajoy con este sistema, defiende ahora el congreso abierto.
Cargos públicos y cuadros medios del PP ratifican la necesidad de regeneración profunda del proyecto. «Las clases urbanas se nos han ido. Tenemos que recuperarlas», señalan fuentes del partido. «Necesitamos un relato. Centrado, liberal y moderado», añade otro dirigente. Y, a falta de una reflexión en voz alta tras el resultado obtenido el 20-D, un cargo de primer nivel recuerda: «¿Dónde están los que decían que ganaríamos gracias a la recuperación económica?».
GÉNOVA SE PONE A LA DEFENSIVA
La cúpula sospecha. Saliendo al paso, Génova lanza una advertencia directa a quienes quieren trasladar «las divisiones internas del PSOE al seno del PP». Barruntando de hecho que hay voces entre los ‘populares’ que ya empiezan a dudar de la idoneidad del liderazgo, lanzan su aviso en un argumentario elaborado este fin de semana: «Pinchan en hueso».
Cierre de filas. Para que el mensaje quede claro entre los cuadros medios del partido, la dirección del PP no duda en adoctrinar a los suyos: «Nosotros sí tenemos un líder al que respetamos; nosotros sí nos enorgullecemos de su figura y de todo lo que representa para nuestras siglas y para España; nosotros sí estamos unidos y lo seguiremos estando en torno a él».
Un ‘caballo de Troya’ en el PSOE
· Los históricos creen que Sánchez ‘podemiza’ el partido y lleva la fractura hasta los cimientos
«Arduo», «increíble», «penoso». Con estos calificativos definen los históricos, los nombres que aún son referente en el PSOE, el Comité Federal del sábado, un órgano, el máximo entre Congresos, que este fin de semana ha visto cómo la propia dirección federal abría fuego contra su línea de flotación.
«Pensábamos que lo nuestro era democracia representativa y hemos visto cómo el secretario general prefiere otra dinámica, la de los círculos, la asamblearia, la que define a un partido como Podemos». Es la conclusión de un miembro del Comité Federal con tres décadas de militancia y puestos orgánicos e institucionales a la espalda tras escuchar la decisión de Pedro Sánchez de someter a las bases sus eventuales pactos para intentar formar Gobierno.
«Tenemos el caballo de Troya dentro. Esto es un intento de demolición de la estructura del PSOE. Lo peor de todo es que el propio secretario general quiere extender la fractura hasta los cimientos, hasta las bases», lamenta otra de las fuentes consultadas, que describe el resultado de la reunión del sábado en Ferraz como una «locura».
Todos los miembros del Comité contactados por EL MUNDO aprecian en la decisión de Pedro Sánchez conexiones claras con el discurso y las políticas «pseudopopulistas» que desgrana Pablo Iglesias porque, en definitiva, lo que viene a trasladar es que «los dirigentes del partido no representan a sus bases, que son una casta que preferiría gobernar con el PP».
Hubo quien en la reunión pidió la palabra para alertar de esa deriva «peligrosa». «¿Desde cuándo los que decimos que la izquierda no suma lo suficiente para formar Gobierno, pretendemos que gobierne la derecha?», vino a argumentar Eduardo Madina, según las fuentes consultadas.
O la ex portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, cuando parafraseó a Dante: «Abandonad toda esperanza», dijo repitiendo la recomendación labrada sobre las puertas del infierno, «eso es lo que hay que decirle al PP y a Podemos; el PSOE es la izquierda y debemos defenderlo por encima de todo frente a quien quiere fagocitarnos».
Ellos no fueron los únicos. Más allá de las intervenciones publicitadas de los barones –Susana Díaz, Guillermo Fernández Vara, Javier Fernández, Ximo Puig…– hubo más voces que apuntaron la inconveniencia de buscar una alianza insuficiente con Podemos e intentar completarla con fuerzas nacionalistas. «Seríamos un Gobierno con respiración asistida», concluye otra voz reputada del PSOE para quien el único camino que se podría explorar es el de alcanzar un acuerdo con Ciudadanos que contara con la abstención del PP. Y como esta vía se antoja casi imposible, admite, como muchos otros, que la opción más realista apunta a nuevas elecciones y con otro liderazgo. «Con 90 diputados no hay más. Nuestra primera apuesta, la reforma de la Constitución, sería imposible sin contar con el PP. Hay quien no quiere verlo, pero es así».
Sánchez y su dirección son conscientes de que no cuentan con el apoyo del Comité Federal y también ven, cada vez más claro, que todo apunta a nuevas elecciones. De ahí, explican las fuentes, la batalla que libraron hasta el último minuto intentando retrasar al máximo la fecha del Congreso para blindarse.
Sánchez intenta trasladar la idea de que cuenta con el respaldo cerrado de las bases del partido pero eso, como señalan los consultados, «no está escrito en ninguna parte». «La bala que ha disparado se puede volver en su contra porque los barones y los dirigentes territoriales no son ceros a la izquierda para la militancia», argumentan.
El secretario general, en su última intervención, muy breve, ante el Comité garantizó que no pedirá «nada» a los nacionalistas; dijo estar «dolido» porque algunos piensen que se puede echar en brazos de Pablo Iglesias y remató: «Que se prepare Podemos cuando empecemos a negociar». Pese a ello, no logró calmar el profundo recelo de muchos.