Javier Elorrieta-Editores
Podía destacar la necrológica de alguien más cercano y local, como la de Santiago González, que ayer se subió a la pag de la Fundación, pero me ha conmovido, también, el enorme afecto que muestra en la suya Regino García-Badell. Ciertamente la evolución de Mikel Azurmendi, tiene un recorrido que Regino lo sitúa en el amor al prójimo.
Particularmente, y sin pretender ningún contrapunto a ello, estas evoluciones,como la mía propia lo sitúo en la tendencia sacralizadora en la educación de nuestra generación hacia las cosas que íbamos creyendo. De hecho ,algo de eso comenté ayer en mi nota de comentario al artículo de Javier Zarzalejos.
Esta evolución, en un encuentro en Zaragoza de organizaciones cívicas del País Vasco y Cataluña, en el que coincidí, entre otros con Pedro Antonio Heras, lo definí como «estar en la reflexión filosófica de si la vida no era sino una equivocación constante».
Doy fe, que el paso por ETA de Mikel le atormentó de forma especial. En la última vez que coincidimos personalmente con él, en una mesa redonda en Madrid, con Teo Uriarte y Maite Pagazaurtundua, quedó muy evidenciado. Teo y yo comentamos esa mutua percepción.Tormento que sufría muy injustamente, dado que el componente más criminal de ETA se produjo mucho después de «nuestras traiciones».
Hoy en «El Jacobino» en Youtube, al que estoy suscrito, dan una entrevista a Jon Viar por su documental «TRAIDORES». Participamos algunos de esos «traidores». No dejen de verlo.
Pero aviso, el otro día me cortaron la posibilidad de participación por chat en «El Jacobino» Por comentarios críticos a las evidentes barbaridades y apologías de la barbarie comunista. El aviso va en el sentido de apelar a mi libertad y confesar que soy doblemente «Traidor». «Traidor» al Nacionalismo y «Traidor» al Comunismo.
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