Agapito Maestre-Libertad Digital
Tres opciones constitucionalistas hay para Cataluña, las tres son necesarias, pero solo una persona podrá presidir la Generalidad. Por muchas razones, y algunos motivos emocionales de corte autonómico, PSC y PP tendrían que apoyar la candidatura de C´s, si obtiene más votos que ellos. Todos los partidos políticos ya han asumido que es Inés Arrimadas la única salida sensata para Cataluña. Es la verdadera ganadora antes de celebrarse las elecciones del 21-D, pues que en el Gobierno o en la Oposición ella será la principal protagonista para regenerar el tejido político de Cataluña. Inés Arrimadas no es, pues, una ilusión. Es una realidad. Tiene un historial en la oposición impecable. Defiende con convicción la legitimidad de las reivindicaciones de Cataluña en España y, sobre todo, tiene detrás un partido con una única seña de identidad: es imprescindible la estabilidad política para solucionar todos los problemas de España, naturalmente incluido la cuestión planteada por los independentistas.
Ningún partido político en España tiene tantas credenciales como C’s para defender la estabilidad de la democracia. Hay dos que saltan a la vista: PP y PSOE se mantienen, e incluso podrían recuperarse, gracias a la estabilidad política que les da C’s en Andalucía y Madrid. Es de nota y mucho mérito que C’s sin formar parte de esos mesogobiernos les esté dando sosiego democrático a esas grandes regiones. Susana Díaz, en Andalucía, gobierna con el apoyo de los compañeros de Inés Arrimadas. Cristina Cifuentes, en Madrid, tiene asegurada la gobernabilidad con el apoyo de C’s. Es, por tanto, natural que PP y PSOE apoyen a la señora Arrimadas en Cataluña. No es gratuito el apoyo que recibiría C’s. Se lo ha ganado con el sudor de su frente cada día y soportando todos los sinsabores de no estar en el poder en Andalucía ni en Madrid.
Sin embargo, gran parte de la campaña electoral de PP y PSC está planteada contra C’s en general y su candidata en particular. Rajoy no ve con buenos ojos la victoria de C’s; más aún, su apuesta es por Iceta, sencillamente, porque ve peligrar su puesto en unas próximas elecciones generales ante el joven Rivera; tampoco es clara la posición del candidato socialista frente al triunfo que todas las encuestas le auguran a Inés Arrimadas. La campaña, pues, será dura y, a veces, plagada de miserias contra C’s. No les darán ni agua. Ya han comenzado a ponerles vetos en todos los medios de comunicación pública y pocos de los privados les concederán lo que ofrecen a sus jefes de La Moncloa o de la calle Ferraz.
Quizá, por eso, para desactivar esa amenaza del Gobierno del PP contra Arrimadas, Albert Rivera ha vislumbrado y sugerido un pacto solo entre dos partidos: C’s y PSC. Nadie vería con malos ojos un Gobierno que tuviera a Arrimadas como presidente y a Iceta como vicepresidente. La idea es magnífica y, además, está avalada por la realidad. No es una carta a los reyes magos para celebrar el día de la Constitución, sino está basada en un estudio concienzudo de las actuales condiciones históricas. En fin, Arrimadas es la única salida para que Cataluña recupere el prestigio perdido en las últimas décadas. Es imposible hallar para ese puesto una persona con mejores cualidades que ella. Es el arquetipo del político del siglo XXI: ideas claras, inteligente y con los pies sobre la tierra. Tiene tanto prudencia como coraje. Creo que le sobraría genio y capacidad para unir los contrarios.