EL CONFIDENCIAL 18/07/17
· Los socialistas defienden una salida que pase por una reforma constitucional, afianzada en la ‘Declaración de Barcelona’, pero el grupo confederal mantiene la bandera de la consulta pactada
El modelo territorial y, sobre todo, la solución a la situación que vive Cataluña siguen suponiendo el principal escollo para el entendimiento entre PSOE y Unidos Podemos, como se constató en la primera reunión que mantuvieron en el Congreso los equipos negociadores de ambas formaciones, encabezada por sus respectivos líderes, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Los socialistas defienden una salida que pase por una reforma constitucional en sentido federal, en línea con la ‘Declaración de Barcelona’, acordada con el PSC el pasado viernes, mientras que el grupo confederal mantiene la bandera del referéndum, aunque pactado y con las garantías legales y el reconocimiento internacional del que carece la consulta anunciada por el Govern para el próximo 1 de octubre.
Que la cuestión catalana sigue lastrando las relaciones de los morados y los socialistas —ya ocurrió lo mismo con las negociaciones de investidura— lo ponía en evidencia el relato que, tras la reunión de más de dos horas entre las dos amplias delegaciones, hizo la portavoz parlamentaria de Sánchez, Margarita Robles. Ella se centró en la importancia del acuerdo para trabajar juntos en iniciativas de corte social y tardó en tocar el palo de Cataluña, consciente de que eso entraba en el capítulo de las diferencias, y no menores. Simplemente reconoció lo obvio, que las «discrepancias son evidentes» y que el punto en común es el análisis en que la situación es preocupante y de «especial gravedad», y en que no esconder la cabeza «como el avestruz» como, a juicio de ambos, hace Mariano Rajoy. A partir de ahí, «la posición del PSOE es clara y conocida«.
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Los socialistas defienden la reforma constitucional para hacer de España un Estado federal desde julio de 2013, desde que Alfredo Pérez Rubalcaba impulsara la ‘Declaración de Granada’. Ese corpus sigue vigente hoy día, aunque Sánchez, primero en el 39º Congreso Federal, los pasados 17 y 18 de junio, y luego el viernes pasado, en una reunión bilateral de las ejecutivas de PSOE y PSC en Barcelona, introdujo la concepción de la España «plurinacional«, que supone el reconocimiento del carácter de «nación» para Cataluña, pero en un sentido cultural, puesto que entiende que la soberanía es única, y recae en todo el pueblo español. Por eso no acepta ni aceptará el derecho a decidir, que supone que una parte del territorio decide sobre un futuro que afecta al conjunto.
«Lo respetamos, pero no compartimos la posición de soberanías compartidas de Unidos Podemos», dice Robles sobre el plan de referéndum pactado
«Lo respetamos, pero no compartimos la posición de soberanías compartidas de Unidos Podemos«, dijo Robles después de que los portavoces de Unidos Podemos, y en particular el líder de En Comú Podem, Xavier Domènech, defendiera la necesidad de un referéndum pactado.
Los ejes y la «plurinacionalidad»
La actualización de la propuesta del PSOE para Cataluña se halla contenida en la ‘Declaración de Barcelona’, que contiene varios ejes esenciales. El más sensible es la promesa de pedir la creación, en el próximo periodo de sesiones, de una subcomisión en el Congreso que estudie la reforma de la Carta Magna. Además, los socialistas defienden que se recupere lo que el Tribunal Constitucional anuló en 2010 del Estatut, que haya más inversiones para la comunidad, que se blinden elementos simbólicos o se acuerde una nueva financiación autonómica. Incluso ve «razonable» una quita de la deuda pública catalana para compensar el déficit inversor del Estado.
· Los socialistas se ciñen a su última hoja de ruta y también creen «razonable» estudiar una quita de la deuda pública catalana para aliviar presión
Sánchez, por tanto, planteó en la reunión la necesidad de abrir esa subcomisión de reforma, aunque como señaló Robles estaría dispuesto a abordar esta cuestión en otra instancia parlamentaria, pero no comparte que se discuta en foros informales. A lo que también se abre el secretario general, como ya anticipó el viernes pasado, es a que los trabajos comiencen después del 1-O si ese retraso produce consenso. Con ese gesto, los socialistas no quieren perder por el camino a Ciudadanos, un grupo al que necesitan para que la Mesa acepte la tramitación de la propuesta y luego el pleno dé la preceptiva luz verde. «Si hay que esperar para lograr un mayor consenso, esperaremos», aseguró la portavoz, tras insistir en que la ‘Declaración de Barcelona’ no es un texto «fruto de la improvisación». «Ellos tienen sus propuestas, y nosotros las nuestras, y no vamos a bajarnos del tren, porque son muy serias», razonó.
Unidos Podemos tilda de «insuficiente» la solución que pone en la mesa el PSOE, apostando por el «reconocimiento de varias soberanías», en base a su concepción del Estado plurinacional, y el derecho a decidir, de los catalanes, como salida inmediata al conflicto territorial. Los ‘comuns’, liderados en el Congreso por Xavier Domènech, proponen asimismo la creación de una subcomisión, pero con el objetivo de desarrollar las reformas necesarias para que pueda realizarse un referéndum con garantías legales. Un hecho que, según apuntan desde Unidos Podemos, citando para ello estudios de expertos constitucionalistas, podría encauzarse regulando mediante ley orgánica las modalidades de los referéndums.
La vía planteada por los ‘comuns’ se justifica tanto por la demanda «mayoritaria», dicen, de la sociedad catalana como por la «urgencia» del momento actual, tras el ultimátum del Govern al plantear una consulta independentista de forma unilateral para el 1-O. Sin menospreciar la necesidad de plantear una reforma constitucional, como propone el PSOE para dar un nuevo encaje federal a la España de las autonomías, Domènech entiende que este proceso se dilataría mucho más en el tiempo y no estaría «a la altura de la urgencia que está viviendo Cataluña». «Lo que propone el PSOE no activa espacios para la resolución», valoró Domènech. Las dos partes coinciden por tanto en la necesidad de abrir un «espacio de diálogo» que busque vías de salida al conflicto territorial, pero no tienen una fórmula común.
Podemos valora las posibilidades abiertas por la «mesa de colaboración parlamentaria» entre ambos y la «interlocución preferente» que supondrá
El PSOE ha asumido la plurinacionalidad que hasta ahora había enarbolado Unidos Podemos en solitario, pero ambas formaciones no coinciden en su concreción. Para Sánchez, no hay más que una soberanía y solo admite que las «naciones» que conforman el Estado son «culturales», sin derechos políticos. El hecho de asumir esta tesis sobre el modelo territorial fue calificado por la formación liderada por Pablo Iglesias como un primer paso de cara a buscar posiciones conjuntas que siguen sin resignarse a no encontrar. El propio Domèmech adelantaba este lunes tras el encuentro que seguirán trabajando conjuntamente con el PSOE para intentar concretar un acuerdo de mínimos. Pero es difícil que el PSOE pueda ir más allá. No solo porque su posición ya está muy asentada, sino porque incluso el salto hacia la «plurinacionalidad» ha sido controvertido internamente.
La portavoz del grupo confederal, Irene Montero, también fue optimista a este respecto, valorando las posibilidades abiertas por la «mesa de colaboración parlamentaria» entre ambas formaciones y la «interlocución preferente» que supondrá. De hecho, su objetivo no solo será la búsqueda de acuerdos, que ya han sido esbozados en una agenda social en diferentes materias, sino también «gestionar los desacuerdos«.
¿Qué tipo de diálogo?
El PSOE, aunque valora los avances del último encuentro, rehúye incluso la denominación de «relación preferente» con Podemos. Robles especificó que los morados son «socios prioritarios» en la medida en que comparten su inquietud por temas sociales. Tampoco compartió la portavoz la observación de que la interlocución entre las dos fuerzas, que a partir de ahora será más sostenida y se vehiculará a través de esa «mesa de colaboración parlamentaria», suponga «prefigurar un Gobierno alternativo».
Montero sostiene que la relación más intensa «prefigura un Gobierno alternativo», pero Robles no va tan lejos y se centra en el trabajo parlamentario
De nuevo, la portavoz socialista rebajó las expectativas calentadas por el grupo confederal. Ferraz toma como «prioridad» el desmantelamiento de las políticas más regresivas del PP y los acuerdos en cuestiones como la desigualdad, los derechos laborales o el rescate de los jóvenes. «Lo que preconfigura es un trabajo parlamentario y después ya veremos», sancionó, alejando otra vez la posibilidad de una moción de censura que Ferraz no descarta pero que no ve viable ahora mismo. Robles dejó ver que no le había gustado demasiado que Montero subrayara que Unidos Podemos está convencido de que hay que «sacar ya al PP» de La Moncloa, mientras que para los de Sánchez los ritmos son «más lentos». La portavoz mostró la herida por la que sigue sangrando el PSOE y que es motivo de su desconfianza: «No sé si tiene un aparato para medir las prisas o no, pero me sorprende que haya dicho eso porque si Rajoy es presidente es porque su grupo no apoyó la investidura de Sánchez. Si hubieran tenido tantas prisas como dice» no habrían obstruido «la investidura de Pedro Sánchez» en marzo de 2016.
La nueva fase de entendimiento abierta entre PSOE y Podemos ha tenido su principal materialización práctica en su primer pacto de Gobierno autonómico, en Castilla-La Mancha, que las bases de la formación morada todavía deberán debatir y ratificar o no mediante una consulta, e igual tendrán que hacer los militantes socialistas, según exige Ferraz al presidente regional, Emiliano García-Page. Ese es un principio de acuerdo que supondrá un laboratorio de ensayo, abriendo las puertas a otros posibles gobiernos de coalición autonómicos y que mira a La Moncloa. Por eso Montero remarcaba tras la reunión de este lunes que la «mesa de colaboración parlamentaria» también servirá para «prefigurar de forma dinámica el proceso de construcción de un Gobierno alternativo» a Mariano Rajoy. Sin embargo, para ello, será fundamental que ambas formaciones encuentren puntos de encuentro respecto al modelo territorial y desarrollen una solución pactada para Cataluña que, de momento, está lejos de producirse.