Regeneración Democrática

JAVIER RUPÉREZ, EL IMPARCIAL 08/11/13

Javier Rupérez
Javier Rupérez

· El Círculo Cívico de Opinión, que a pesar de su corta vida ha ido jalonando la vida española con aportaciones razonables y razonadas sobre diversos aspectos de la vida nacional, acaba de dar a luz, en el marco de sus “Posiciones”, el texto titulado “Por un compromiso nacional de regeneración democrática: lo que pide la sociedad española”. No es un documento breve ni ligero y la mejor manera de comprender su alcance seria digerirlo en su integridad. Para aquellos a los que el tema merezca curiosidad o interés lo pueden encontrar en www.circulocivicodeopinion.es.

Parte el documento de una constatación: España no está bien pero “tiene Estado y Administración, tiene sistemas de seguridad social, tiene empresas, tiene infraestructuras, tiene capital humano”. Los problemas españoles, según el CCO, se compendian en tres crisis superpuestas: la económica, la del modelo de Estado y una tercera de “liderazgo político y de credibilidad”. No ahorra crudeza el texto en la descripción de cada una de ellas, trátese de la referencia al horrendo problema del desempleo, a la carencia de adecuada gobernabilidad “con un Estado fragmentado en 17 unidades, un legislativo esclerótico, politizada la cúspide del judicial y todo ello monopolizado por los partidos políticos, que segregan una democracia de muy baja calidad”, o a la enorme “brecha de desafección que se ha abierto entre políticos y ciudadanos”. En el análisis de las tres crisis el documento señala que “la crisis de modelo de Estado y la crisis de liderazgo político precedían al derrumbe económico y le sucederán, por lo que no cabe confiar (como pareciera creer el gobierno) en que recuperada la economía todo lo demás se solucionará. Sería una salida en falso”.

Encuentra esperanza el documento en el hecho de que, a pesar de los malos momentos por los que atraviesa la vida nacional, los españoles no han dejado de moverse dentro del espectro democrático, al que ciertamente exigen más calidad representativa, hoy puesta en duda por las “profunda falta de credibilidad de la clase política”, hasta el extremo de que “los políticos son rechazados en nombre de la democracia, no como crítica a ella”.
Y desemboca el texto en una propuesta que denomina “un compromiso nacional de regeneración democrática” y que idealmente debería reunir la voluntad de las principales fuerzas políticas españolas en cuatro direcciones preliminares: tolerancia cero contra la corrupción, austeridad en el manejo de los fondos públicos, una nueva ley de partidos políticos que contenga la obligatoriedad de elecciones primarias o fórmulas alternativas y una nueva ley electoral que prescinda de las listas cerradas y bloqueadas.

Muchos pensarán que el CCO se empeña en esperar peras del olmo. Otros discutirán el alcance de las reformas propuestas, la descripción del ánimo colectivo o la puesta en duda del vigente modelo de Estado. Más allá no faltarán quienes se interroguen por el momento en que el CCO ose abordar el tema de las reivindicaciones independentistas de los nacionalistas catalanes y vascos. De momento, sin embargo, y de nuevo, es esta una voz a la que conviene prestar atención. No es la única pero si una de las más razonables. En momentos en que el raciocinio no abunda y cuando su utilización resulta más urgente y valiosa.

Javier Rupérez, Embajador de España, es socio del CCO

JAVIER RUPÉREZ, EL IMPARCIAL 08/11/13