Entrevista a REGINA OTAOLA, EL IMPARCIAL 21/01/13
· La ex alcaldesa popular en el conflictivo municipio de Lizarza atiende a EL IMPARCIAL para analizar la actualidad política en el País Vasco. Regina Otaola se lamenta del cambio de rumbo que ha experimentado su formación en materia de lucha antiterrorista, defiende la unidad en torno al Estado de Derecho y se muestra tajante: «Los terroristas no pueden estar en las instituciones democráticas».
Cuando uno habla con Regina Otaola (Eibar, 1952) tiene la sensación de que su discurso suena igual de claro en la oficina pública de la Comunidad de Madrid que dirige de lo que lo haría en un txoko de Lizarza, localidad donde ejerció como alcaldesa por el Partido Popular. Sus palabras, contundentes, no guardan rencor, aunque sí cierta tristeza por lo que ella considera un cambio de rumbo en la política de su formación, de la que decidió desvincularse hace año y medio, en el País Vasco.
Serena, concreta y de frases envenenadas para la intolerancia y la hipocresía de la izquierda abertzale representada en EH Bildu, la ex regidora eibarresa, que acaba de publicar su libro ‘El precio de la libertad’ (La Esfera de los Libros) en colaboración con el periodista Jorge Mendiola, recibe a EL IMPARCIAL para mantener una amena charla sobre el conflicto vasco, sus vivencias en un territorio y en un ambiente que le eran hostiles y su desencanto con la actual lucha antiterrorista.
Tras año y medio ejerciendo profesionalmente fuera del País Vasco, donde siempre se mantuvo en la primera línea, ¿cómo se ve todo lo que está pasando desde la distancia?
Aunque ya no vivo allí, voy todos los meses y mantengo relación con mucha gente, también con ex cargos del Partido Popular. La verdad es que lo veo con preocupación por todo lo que está sucediendo. No de ahora, sino desde que se permitió a EH Bildu comparecer en las instituciones y desde que entraron en el sistema democrático. Eso a un demócrata no le asusta, pero sí le preocupa.
¿Qué lleva peor, ver al etarra Bolinaga pasear libre por la calle o tener a Bildu en los parlamentos nacional y regional?
Es lo mismo, todo está relacionado. Es una vergüenza que a Bolinaga se le permita estar campando a sus anchas y que Bildu tenga representación en las instituciones democráticas. Son las dos caras de la misma moneda. Ambas tienen su razón de ser en esa huida hacia adelante.
¿Quién le ha defraudado más: el PP vasco, el Gobierno de Mariano Rajoy o la Justicia con determinadas decisiones?
¿La verdad? Zapatero, sin duda.
¿Cree que los años de lucha democrática que le tocó vivir han quedado difuminados en una nueva estrategia política más permisiva con los abertzales?
Sí, es una pena, pero es lo que hay. No me siento traicionada, sí es verdad, pero ha habido un cambio de dirección y de estrategia. Allá ellos, pero desde luego lo que hicimos está bien hecho, así lo han reconocido millones de españoles que están con esas ideas y con esos mismos valores.
Las últimas elecciones autonómicas han puesto de manifiesto que el PP vasco ha vuelto a perder votos y eso responde a una falta de conexión con la sociedad vasca. Se ha bajado un poco el pistón en favor de una estrategia para ganar votos y se ha conseguido todo lo contrario. Me imagino que habrá que plantearse un plan y una vuelta a los principios de antes.
Hoy en día se dan acciones y se dicen comentarios que no son propios de miembros del Partido Popular y que a muchos nos duelen y no acabamos de entender, como que se diga que EH Bildu no es Eta o estar con ellos codo con codo yendo a tomar un café porque están legalizados.
Sus palabras destilan cierto desencanto, por decir algo, con la línea del PP vasco…
No es novedad. Yo no encajaba en la actual estrategia y por eso me fui.
Sin embargo, ¿comulga con la actual política antiterrorista puesta en marcha por el Ejecutivo y el Ministerio del Interior?
A mi me gustaría que se fuera un poco más contundente en el País Vasco, en especial en esto que menciona de la política antiterrorista, sobre todo desde aquí, desde Madrid. Que se dijeran las cosas con mayor claridad y que se dijera por activa y por pasiva que lo que se está buscando es la derrota de Eta, no vender una paz que no existe, porque nunca ha habido una guerra. Hay personas que aún usan el vocabulario de Eta-Batasuna y eso ya es el colmo.
La estrategia de la vía política les ha servido a los terroristas, a través de EH Bildu, para entrar en las instituciones vascas, ¿cree usted que están ganando la partida a los defensores del Estado de derecho? ¿Qué debería cambiarse?
Se deben tomar las riendas de manera tajante en este asunto. Por citar un ejemplo: ayer me alegré mucho de la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que sentenciaba que la marca ANV era ilegal. Viene a decir que era lo mismo que Batasuna y que el resto de siglas. Al final hay una coincidencia de nomenclatura bajo la misma estrategia e ideología: no condenan la violencia, ni los atentados y siguen con los mismos objetivos de siempre.
Creo que hay suficientes razones y hechos como para comenzar desde ya la ilegalización de EH Bildu, y no se nos tienen que caer los anillos por ello. Un terrorista no puede estar jamás en una institución democrática y creo que entre todos debemos defender la democracia, porque se la está contaminando y no podemos permitirlo. No por ello vamos a ser unos fascistas, como nos llaman. Yo soy demócrata y no quiero que esta gente pervierta el Estado de Derecho y la libertad. Los demócratas y los terroristas somos incompatibles, así de claro, y Bolinaga y el resto deberán cumplir sus penas y sus condenas, que es lo que debería pasar.
¿Y qué haría con las 276.000 personas que les respaldan?
Me da igual, como si son 80.000 o medio millón. Me da lo mismo. Ellos representan el terror y la independencia de España a través de la vía terrorista, mediante más de 800 asesinados, chantajes, personas mutiladas, etc. Luego somos millones los que queremos todo lo contrario y millones que apostamos por la democracia, con lo cual no tenemos que tener ningún prurito. ¿Por ese número de votos tenemos que dejarnos comer? Pues no, ni mucho menos.
Hay un libro muy bueno de José Varela Ortega, ‘Contra la violencia’, que hace un paralelismo entre la Alemania nazi y el País Vasco. ¡Ay que ver lo que dice y las conclusiones que saca! ¿Qué queremos, que Batasuna gobierne en el Parlamento vasco, que logren la escisión de España y que haya otra limpieza étnica como hubo entonces? Pues podría pasar perfectamente, pero yo soy muy optimista y creo que hay que luchar.
¿Cómo valora que dos formaciones secesionistas como son EH Bildu y ERC tengan las llaves de sendos gobiernos en el País Vasco y en Cataluña, respectivamente, con el antecedente histórico que supuso el Pacto de Perpiñán?
Es lo mismo, más nacionalismo independentista y rupturista. Lo único que en el País Vasco se sirvió de Eta y en Cataluña, en principio, no hubo violencia, pero sí un acuerdo para que no les tocaran un pelo. Vamos, que son lo mismo.
¿Se considera, como muchos no dudan en calificarla, una «heroína de la democracia española»?
Vivimos en un país con una Constitución estupenda, si se la respetara en todas partes al cien por cien, y tenemos un sistema democrático, y resulta que por ir a ejercer una responsabilidad de alcaldesa en Lizarza te tachan, a mí y a mis compañeros, de heroína. No puede ser. Esto ya te demuestra en qué situación se ha vivido y se vive en el País Vasco. No, ni yo ni mis colegas nos consideramos héroes, ni ahora ni antes.
Eso sí, me considero una ciudadana de España responsable. Tengo unos derechos y unas obligaciones y quiero ejercerlos y quiero que me dejen cumplir con ellos. Tenía un cargo político y me dije: «Tengo una responsabilidad y hay que sacarla adelante, Lizarza es un pueblo más de España y tenemos que gobernar con la justicia en la mano». Pero eso no es ser un héroe, en absoluto.
Con la fama que le precede, ¿se siente a gusto y libre de poder pasear por el País Vasco? En ese sentido, ¿ha cambiado algo?
Para nada, todo sigue igual. Lo único que ha cambiado es que, por ahora, ya no matan. Por lo demás, todo es lo mismo. Aunque vete tú a saber lo que pueden llegar a hacer después, porque en su comunicado pusieron una serie de requisitos al alto el fuego. Pero la gente de los pueblos no es libre, sigue habiendo fotos en las paredes, pintadas… Todo sigue como nosotros lo dejamos. ¿Quién se cree que un matón de Eta vaya a cambiar alguna vez? Ahora llevan la pegatina de la democracia, pero es todo falso, son unos totalitarios y someten a la gente.
Unos totalitarios, como usted los califica, que han logrado entrar en el Congreso de los Diputados y que esta semana lograban el apoyo público de personalidades como Willy Toledo o Pilar Bardem…
Se les está dando una especie de premio. Se les dice: «Has dejado de matar y te damos esto a ver si sigues por el buen camino y Eta se disuelve». Creo que todo esto viene de las negociaciones que se mantuvieron durante la etapa de Zapatero. A saber a qué pactos llegaron, pero me los imagino.
¿Se refiere a un Ejecutivo cómplice con el terrorismo?
No diría tanto, pero ellos hablan de ir hacia la derrota de Eta bajo una serie de contrapartidas, como pasó en Irlanda y eso que allí sí había una guerra. Un toma y daca que no comparto ni creo que sea el camino a seguir, porque ni es justo ni es deseable.
Pero esas políticas de Zapatero que denuncia no tiene por qué haberlas heredado el actual Gobierno, ¿no cree?
No, es verdad. El actual Ejecutivo niega de forma tajante que esté negociando con los terroristas y yo no voy a decir lo contrario.
Pero está la vía Nanclares y otra serie de políticas que se han adoptado que a mí me descorazonan totalmente.
¿Cree usted que Urkullu y el PNV son un mal menor frente a la opción abertzale?
Hombre, siempre es la misma disyuntiva. Si me pregunta a quién prefiero, lo tengo claro: a Urkullu, sin duda. Pero lo que de verdad se necesita es un partido fuerte, que realmente vaya hacia la derrota de Eta y no le ría las gracias. Por desgracia, con el PNV vamos a ver muchas actuaciones en connivencia con EH Bildu.
¿Y puede ser el PSE esa otra opción?
En estos cuatro años en los que ellos han estado gobernando tampoco creo que hayan hecho mucho, la verdad. De vez en cuando hacían algo bien, pero luego todo lo contrario. Una de cal y otra de arena. Seguirán con su ruta de diálogo, no sé cómo.
Patxi López está ahí por Zapatero, igual que Jesús María Eguiguren, que ha sido el que ha encabezado las negociaciones con los abertzales e incluso hace poco visitó a Otegui en la cárcel. ¿Para qué le visitan él y su mujer? ¿De qué tienen que hablar? Dice que son amigos. Desde luego no creo que vayan a tomar un chocolate con churros.
¿Se imagina el poder pasear por Bilbao o por San Sebastián con total tranquilidad y sin que nadie la prejuzgue por sus ideales políticos?
Yo espero que sí, aunque igual me coge con bastón. Eso nos lo tenemos que plantear nosotros. No se trata de una lucha, pero se puede conseguir si todos los demócratas nos ponemos a ello, si exigimos que los presos no salgan a la calle, que se ilegalicen sus partidos, que nadie se quede pasivo.
No se trata de que cuatro valientes se pongan a hacerlo todo, porque el País Vasco es parte de España y, por tanto, es también un problema del conjunto del país. O todos trabajamos en ese sentido, o ni con bastón podré pasear tranquila.
Y ese paseo siempre sería con los abertzales fuera de las instituciones…
Absolutamente. Ahora bien, si Eta se disuelve, si entrega las armas, si reconoce todos sus delitos, si pide perdón y si cumple todas las condenas, entonces podremos hablar. Nada de «pobrecito Bolinaga, está enfermo, pues a la calle unos meses». Vaya vacaciones se está cogiendo, se está poniendo ciego, no sé si a vinos, a chiquitos o a no sé qué, pero desde luego está engordando y tiene un aspecto que no tenía en la cárcel.
Hoy por hoy, cuando la mayoría de los miembros de Bildu no condena la violencia, no condena el terrorismo, no pueden estar en la democracia ni en una institución del Estado. No puede ser, pero no va a pasar porque es como si yo me condeno a mí misma, va en contra de su naturaleza.
¿Ha vuelto a Lizarza después de dejar la Alcaldía?
La verdad es que no, pero me han escrito y me ha llegado algún comentario y le sorprendería saber que con palabras muy amables. Deben de echarnos de menos.