El Fiscal General del Estado abordó ayer la renovación en la jefatura de las dos fiscalías políticamente más sensibles. José Manuel Maza escogió para encabezar Anticorrupción a Manuel Moix, ex jefe de Madrid y el único de los siete candidatos sin experiencia en esa fiscalía especializada, encargada de los casos Gürtel, papeles de Bárcenas y Púnica, entre otras muchas investigaciones.
En la Audiencia Nacional, Maza optó por apartar a Javier Zaragoza, que llevaba 11 años en el puesto. Su plaza la ocupará Jesús Alonso, hasta ahora número dos de esa fiscalía, competente para gestionar el terrorismo (yihadismoy presos de ETA) y que también ha actuado en el desafío soberanista. Los dos nombramientos corresponden a candidatos bien vistos por el Gobierno.
Las de Anticorrupción y la Audiencia son las dos propuestas de nombramiento más relevantes de la larga lista abordada por Maza en la extensa reunión que el Consejo Fiscal –órgano que representa a la carrera– mantuvo hasta última hora de la tarde. Los 11 fiscales que acompañan al fiscal general en el Consejo (nueve elegidos por la carrera y dos natos) hacen sus propuestas, pero es el máximo responsable de la Fiscalía quien decide qué nombres lleva al Consejo de Ministros. Éste es el que formalmente hace los nombramientos.
Manuel Moix era hasta ahora fiscal de lo Contencioso-Administrativo en el Tribunal Supremo. Sin embargo, la baza técnica que más ha pesado a su favor son sus 12 años como máximo responsable de la Fiscalía de Madrid, una tarea particularmente compleja. Por contra, no tiene experiencia alguna en Anticorrupción, desventaja a la que sus partidarios dan la vuelta para presentarla como una ventaja para encauzar el trabajo de la unidad políticamente más delicada del Ministerio Público.
Al margen de las motivaciones técnicas, Manuel Moix ha mantenido tradicionalmente buenas relaciones con el PP y el Ministerio de Justicia. Ahora le corresponderá supervisar todas las causas de Anticorrupción, desde las que afectan al presidente de Murcia, el popular Pedro Antonio Sánchez, hasta la que afecta a la contabilidad opaca del partido en el Gobierno. También el resto de Gürtel, el caso Nóos, la investigación del 3%, los ERE…
El nombramiento de Moix supone que el fiscal general del Estado ha relegado la candidatura de Alejandro Luzón, teniente fiscal de la Secretaría Técnica (el órgano que asesora al fiscal general) y el fiscal Anticorrupción de mayor renombre. También optaba al puesto la teniente fiscal (número dos) de Anticorrupción, Belén Suárez, que ejercía como jefa en funciones desde la jubilación de Antonio Salinas.
Moix logró el apoyo de los seis fiscales elegidos en la lista de la Asociación de Fiscales (AF, de orientación conservadora y mayoritaria en la carrera). Por su parte, Luzón consiguió dos de los tres votos de la Unión Progresista de Fiscales (UPF) y los dos de los miembros natos del Consejo Fiscal (teniente fiscal del Supremo y jefe de Inspección). Finalmente, el fiscal de Anticorrupción Antonio Romeral (responsable de los papeles de Bárcenas) obtuvo uno de los votos de la UPF.
En la Audiencia Nacional ha sido el hasta ahora número dos el que sustituirá a su jefe. Jesús Alonso es un histórico de la casa al que en 2013 el entonces fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, eligió para teniente fiscal en contra del criterio de Zaragoza. La falta de confianza entre Alonso y su superior derivó en que, en la práctica y hasta donde podía, Zaragoza se apoyara en otros fiscales para los asuntos más importantes.
Entre los aspirantes se encontraba el teniente fiscal del Tribunal de Cuentas, Luis Rueda, al que el fiscal general veía como buen candidato pero que no ha obtenido ningún voto de los nueve fiscales electos del Consejo Fiscal. Maza tenía provisto nombrarlo si conseguía algún voto, ya que adelantó que no haría ningún nombramiento sin apoyos. Finalmente, Zaragoza obtuvo cinco (tres de la UPF y dos natos) y Alonso, los seis de la Asociación de Fiscales, de la que es portavoz.
Así pues, los nombrados para Anticorrupción y la Audiencia corresponden a los que han obtenido más votos, en ambos casos con el respaldo de la Asociación de Fiscales.
El Consejo Fiscal tenía delante otra treintena de puestos por cubrir. Los cambios han alcanzado al fiscal superior de Murcia, Manuel López Bernal, responsable de la acusación al presidente de esa Comunidad, Pedro Antonio Sánchez, en el caso Auditorio. Obtuvo cinco votos (los tres de la UPF y los dos natos), pero Maza optó por José Luis Díaz Manzaneda (respaldado por la AF), precisamente el fiscal que lleva directamente el caso.
Otro cambio relevante es el del fiscal superior del País Vasco. Juan Calparsoro, responsable de polémicas declaraciones más escoradas hacia la izquierda abertzale de lo previsible, no renovará. Le sustituirá Carmen Adán, hasta ahora fiscal jefe de Vizcaya.
También ha habido cambio en otra Fiscalía relevante. El Ministerio Público en Andalucía (caso ERE) tendrá ahora al mando a Ana Tárrago, ex fiscal jefe de Granada y miembro del Consejo Fiscal en la lista de la Asociación de Fiscales.
Por otra parte, Maza ha renovado a la mayor parte de los fiscales de Sala que optaban a la reelección. Entre ellos, al de Medio Ambiente y Urbanismo, Antonio Vercher, cuya sustitución se había barajado. También prosiguen los responsables de Antidroga, Seguridad Vial, Extranjería, Criminalidad Informática y Cooperación Internacional. En estas fiscalías, Maza sí ha cumplido con su intención declarada de hacer los menos cambios posibles.