EL MUNDO 04/02/16
· El PP asume que vive un momento crítico y que el encargo del Rey a Sánchez es un «mazazo»
El PP se consumió ayer en un nuevo debate interno sobre si Mariano Rajoy actuó bien al declinar la propuesta del Rey de formar Gobierno y sobre si tendrían ahora más margen de maniobra en caso de haber negociado de otra manera. Génova se ha visto obligada a hacer el mismo esfuerzo de explicación interna que hace 10 días, cuando Rajoy rechazó el encargo de Felipe VI.
El no de Rajoy al Rey y la consiguiente nominación del líder socialista, Pedro Sánchez, 10 días después ha producido en el Partido Popular un enorme desconcierto, que no ha hecho más que incrementar el cuestionamiento interno al presidente por lo que se califica como inmovilismo a la hora de intentar fraguar un acuerdo. «No hemos liderado ni la victoria» en las elecciones del 20-D, señalan fuentes del grupo parlamentario. «Rajoy ha estado con los brazos cruzados», apuntan. Varias fuentes populares coinciden en que pudo nombrar un comité negociador para mantener el diálogo abierto con el PSOE, armar un pacto previo con Ciudadanos basado en un ambicioso «plan de reformas» y presentarse a la investidura con el apoyo de casi 170 diputados. «Presionar al PSOE y evidenciar que son ellos quienes impiden el acuerdo», insisten. Fiel a su estilo, Rajoy «prefirió no hacer nada», denuncian.
Fuentes populares cercanas a la dirección reconocen que el partido atraviesa ahora «su peor momento» y que la jornada del martes, con Rajoy asumiendo que no tiene apoyos y el Rey encargando a Pedro Sánchez formar Gobierno, fue un «mazazo». Pero sostienen que la situación sería la misma si el presidente hubiera acudido a la investidura. Sin embargo, admiten que es difícil contestar a la pregunta de «¿por qué no hemos hecho nada?».
En las últimas horas, Génova está haciendo un nuevo esfuerzo de explicación tanto dentro como fuera del partido. Ayer, los vicesecretarios del PP volvieron a multiplicarse en radios y televisiones. La dirección sigue confiando en que Sánchez no pueda formar Gobierno y haya unas nuevas elecciones generales, pero los ánimos flaquean. Cada vez son más quienes consideran posible que cuaje una alternativa. Incluso que haya un acuerdo PSOE-Ciudadanos-Podemos.
Mientras, distintas fuentes del Partido Popular confirman que Rajoy escuchó opiniones diversas a su alrededor sobre cuál debía ser su postura. Incluso consultó con Pedro Arriola, asesor personal suyo en el partido. Personas de su máxima confianza defendieron ante el presidente las dos opciones contrapuestas: que estaba «obligado» a enfrentarse a la votación en el Congreso unos y, otros, que era una «locura» que acudiera únicamente para recibir las críticas de los grupos parlamentarios y recibir después el no. Pero quien realmente dirimió la decisión final de Rajoy fue el Rey.
Fuentes populares aseguran que el presidente no esperaba que Felipe VI le propusiera tras la primera ronda de consultas. A pesar de que en todas sus declaraciones públicas Rajoy se había mostrado partidario de someterse a la investidura y había defendido la legitimidad para hacerlo por haber sido el candidato más votado, lo que realmente pensaban en La Moncloa ese día es que el Rey no se lo ofrecería. Desde el partido lo justifican en que el presidente le transmitió «que no tenía los apoyos» y que, ante esa tesitura, la salida que ellos aguardaban es que Felipe VI «no propusiera a nadie». Al recibir la inesperada propuesta, Rajoy optó por declinar su ofrecimiento a configurar Gobierno.
Las mismas fuentes insisten en que en el Ejecutivo y en el partido lo que se buscaba era tiempo para que continuara madurando la idea de un pacto PP-PSOE-Ciudadanos como única opción posible. En consecuencia, la actuación del Rey, ratifican, ha provocado una gran «malestar» en el PP. Fuentes del partido aseguran que nada de lo que sucedió ese día se «pactó» con el Rey Felipe VI, como se había sugerido desde distintos ámbitos. Al contrario, de algún modo que no concretan se dejó caer en La Zarzuela que la salida era no proponer a nadie. No obstante, en la Casa Real mantienen que no tienen constancia de que en el PP existan «quejas».