ABC 08/12/15
· Santamaría reprocha a sus adversarios la falta de experiencia: «Es fácil hablar y muy difícil gobernar»
La ausencia de Mariano Rajoy en el debate televisado de anoche en Atresmedia protagonizó comentarios aislados de sus adversarios, como Pablo Iglesias, que envió un saludo al presidente, «que nos estará viendo desde Doñana». A partir de ahí, todo fue un cruce de acusaciones entre los cuatro partidos que están a la cabeza de las encuestas ante las elecciones del 20D: Podemos contra Pedro Sánchez, al que acusó de no haber logrado renovar al PSOE; Sánchez contra Soraya Sáenz de Santamaría y Albert Rivera contra el bipartidismo y la vieja política. La vicepresidenta del Gobierno arremetió desde el principio contra la falta de experiencia de sus adversarios: «Cómo se nota que no estuvieron aquí hace cuatro años, cuando estábamos al borde del rescate».
Uno de los momentos más clarificadores de este debate a cuatro fue cuando se pronunciaron sobre los pactos postelectorales, y eso que casi todos se movieron en la ambigüedad. La vicepresidenta se comprometió ante sus adversarios a que el PP solo tratará de formar Gobierno si gana el 20-D. Pero todos los ojos se posaron en el candidato Rivera cuando se le preguntó, y se le repreguntó, si debe gobernar la lista más votada. Tras decir lo obvio, que si gana él intentará formar Gobierno, aceptó que si el vencedor es otro también debe tomar la iniciativa. Eso sí, introdujo esta advertencia, que abre la puerta de par en par a coaliciones de perdedores tras el 20-D frente al PP: «Si no puede formar Gobierno, puede haber alternativas». Añadió que un Ejecutivo presidido por él será «de apertura, con independientes y personas de otros partidos».
«Calma, Pedro»
El candidato socialista tuvo la primera intervención, por sorteo, para valorar las encuestas que reflejan el desplome de su partido. Pero Sánchez no respondió, y se limitó a defender que el único partido que representa el cambio es el suyo. Tuvo alguna mención aislada a Rajoy («nos estará viendo muy cómodo en Doñana»), y se le vio nervioso, como le comentó el candidato de Ciudadanos: «No te pongas nervioso». «No lo estoy», contestó con una sonrisa fría. Lo peor para él es que Iglesias le dijo lo mismo unos minutos después: «No te pongas nervioso, Pedro». «Calma, Pedro», le repitió varias veces, y logró callarle. Sánchez llamó la atención de todos cuando aseguró que «no se pueden bajar los impuestos, y quien diga lo contrario, miente».
Mujeres en los debates
La vicepresidenta explicó que la ausencia de Rajoy se debía a que el PP «es un equipo amplio, con un líder seguro, una número dos y una responsabilidad compartida. Un partido en el que las mujeres van a los debates». A partir de ahí, dirigió sucesivos mensajes a la inexperiencia de sus adversarios: «Es muy fácil hablar y muy difícil gobernar. Me hubiera gustado verlos sentados en el Consejo de Ministros hace cuatro años, cuando había 1.500 nuevos parados cada día».
Uno de los momentos tensos entre Rivera y Sáenz de Santamaría se produjo al hablar de la Educación en Cataluña, y el uso del catalán y el castellano. «Déjeme, que yo sé de qué hablo», le dijo Rivera. «¿Me está diciendo que yo no?», respondió Santamaría, que defendió que su Gobierno es el primero que ha garantizado el uso del castellano. «Bueno, pero yo soy catalán y
tengo una hija en Cataluña». «Y yo soy vicepresidenta y gobierno para todos los españoles, incluidos los catalanes».
Pablo Iglesias y Santamaría chocaron cuando se habló de corrupción. «Los casos de corrupción nos ha indignado y avergonzado, pero hemos tomado medidas desde el Gobierno», dijo la vicepresidenta. Iglesias se remangó en su tema preferido: «Debería pedir perdón, por haber sido el partido de la corrupción. No se ponga nerviosa, que no la acuso de estar detrás de la corrupción». «Es que no lo estoy. Y no le autorizo a decir que el PP es el partido de la corrupción. En su partido hay quien no paga los impuestos y yo no digo que sea un partido de defraudadores», replicó Santamaría. «Sé fuerte, Luis, sé fuerte», añadió Iglesias, en referencia a los SMS de Rajoy a Bárcenas. «Paga, Monedero, paga», replicó la vicepresidenta.
En los minutos previos del debate, Sánchez (43 años) se retrasó para la foto de familia por un problema en el micrófono y el PSOE tuvo que emitir un comunicado para aclararlo. Hasta ahí llegaban los nervios. Fue con camisa blanca y corbata roja, mientras que Rivera (36 años) también llevó camisa blanca y corbata granate. Iglesias (37 años), sin corbata, abandonó el blanco y se puso una camisa gris. La vicepresidenta (44 años) participó con pantalones azul marino y una chaqueta de terciopelo oscura (su equipo aclaró que era azul noche).
Antes de entrar en el plató, tuvieron una curiosa bienvenida, ya que les esperaba el portavoz de UPyD, Andrés Herzog, quien no había sido invitado y pidió, sin éxito, poder debatir.