ABC – 01/09/16
· Le pide su abstención para una legislatura en la que el PP tendría minoría.
Era un día difícil. Albert Rivera tuvo que hacer ayer un complejo ejercicio de equilibrismo. El «sí» a Rajoy ha sido un ejercicio muy comprometedor para Ciudadanos. No están cómodos con su socio, y se nota. Es más, si Rivera quiso atribuirle a alguien el papel de su socio fue a Pedro Sánchez.
El presidente de Ciudadanos apeló al secretario general de los socialistas a no convertirse en «un obstáculo», y trató de convencerle de los beneficios para España y para el PSOE de que no bloquee la legislatura: «Podemos legislar, controlar a un Gobierno que no tiene mayoría», y le aconsejó que «valore la dimensión de esos 85 escaños si el PP gobierna en minoría». Pero también quiso dejarle un reproche: «Se equivocan los que piensan solo en las urnas. En sus intereses de partido, o lo que es peor, en intereses de partido».
No se fía de Rajoy
Rivera no disimuló el rechazo que le genera a Rajoy, incluso llegó a asegurar que «no nos fiamos», y criticó su «conformismo» por su análisis sobre la situación económica: «El conformismo no es la solución para que los españoles se involucren en su país. Quien quiere a su país tiene que ser más crítico».
Pero cuando más quiso confrontar con Rajoy fue a cuenta de la corrupción y le espetó que ««hicieron pocas o ninguna cosa contra la corrupción. Empezando por su partido. Todos los tesoreros del PP han acabado imputados».
No fue sin duda el discurso que se espera de quien horas después va a votar a favor de una candidatura, pero Rivera demostró que su pacto con Rajoy es fruto del sentido del deber y no de una convicción profunda. El líder de Ciudadanos advirtió a Rajoy de que «si lo cumple puede ser un gran acuerdo. Si no, esto puede durar muy poco». El pasado lunes en una reunión de su grupo parlamentario Rivera llamó a sus diputados a controlar al PP si la legislatura comienza con todas las herramientas «o incluso con una moción contra un candidato que no cumple con su programa de investidura».
Como si se tratara del primer capítulo de la serie «Borgen», Albert Rivera, se subió a la tribuna de oradores, proclamó que «en el centro está la virtud», mostró su disgusto por el «tono» empleado en el debate entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez y buscó el espacio en el que se siente más cómodo: el de de hombre de pactos y grandes consensos. Destacó los «100 puntos en común» de los acuerdos que ha firmado con el PP y con el PSOE: «Estoy orgulloso de llegar a acuerdos con los que piensan distinto. Hay quien juega a buscar las diferencias. Yo prefiero jugar a unir los puntos y acabar haciendo un dibujo que es el proyecto común español».
Rivera no se olvidó de Pablo Iglesias, con quien cualquier afinidad es cosa del pasado. Reprochó al líder de Podemos a razón de las medidas sociales que él ha conseguido arrancar al PP: «La dación en pago. Tome nota señor Iglesias. Ustedes son más de CNI, nosotros somos más de dación en pago».
ABC – 01/09/16