ABC – 23/06/15
· El presidente de C’s no se presentará en Cataluña para liderar la «segunda transición» en España.
· Principales medidas: Modificar la ley electoral, un pacto educativo y cambiar la ley del poder judicial serían sus primeras prioridades
· Mensaje a Podemos: «Yo no quiero, como dicen otros, que el miedo cambie de bando. No queremos que haya miedo ni que haya bandos».
Paso a un lado y paso al frente. Albert Rivera confirmó ayer que tras más de ocho años como diputado autonómico en Cataluña ha llegado el momento de dar el salto definitivo a la política nacional, una decisión esperada. El presidente de Ciudadanos anunció ayer que concurrirá a las primarias que su partido celebrará el próximo 4 de julio para elegir a su candidato a las elecciones generales. «He llegado a la conclusión de que las reformas que necesita España hay que tomarlas desde el Congreso y La Moncloa».
Aunque la Ejecutiva del partido ha reducido al 2% el número de avales necesario para concurrir al proceso, pocos esperan que alguien compita por ser el cabeza de cartel. La decisión de Rivera de no presentarse a las elecciones en Cataluña coloca a Inés Arrimadas como su sucesora natural. Después de ser promocionada la pasada semana como portavoz del partido en el Parlamento catalán, la diputada autonómica anunció este fin de semana su candidatura.
Rivera argumentó su decisión por la «dificultad» de construir un relato coherente, dado que se presentaría a las catalanas para dejar el escaño a las pocas semanas. El partido sabe que su presidente es su mejor activo, pero creen que en Cataluña su marca está suficientemente implantada como para que sus resultados no se vean lastrados al no estar Rivera en la papeleta. Porque en la campaña estará y mucho. «Voy a hacer de telonero de Inés o de quien sea», señaló, además de proyectar a Arrimadas como «una de las mujeres con más futuro en política».
A los que piensan que Ciudadanos defraudó las expectativas en las elecciones del 24-M, Rivera les replicó que fue «un resultado magnífico que demuestra que somos un proyecto para toda España». Y volvió a llevar al máximo las expectativas del partido. «Creo que puedo ganar la batalla a PP y PSOE». Rivera predica la necesidad de una «segunda transición», un proceso que debe liderar su partido porque «el cambio no se puede hacer desde el inmovilismo del PP o el PSOE, pero tampoco desde el odio, la venganza y el sectarismo que proponen otros. Hay que gobernar de otra manera, sin dar la espalda a los españoles», señaló. Algo que se traduciría en la necesidad de impulsar unos nuevos pactos de la Moncloa que aborden la reforma de la ley electoral, un pacto educativo o un cambio en la ley del poder judicial.
Unos acuerdos para los que serán necesarios más de dos partidos. Rivera justificó su política de pactos, pese a la polémica que ha suscitado su decisión de apoyar al PP y al PSOE. «Desgraciadamente si no pudiéramos hablar con los partidos que tienen corrupción no podríamos hablar con casi nadie. No creo solo en la alternancia y en desalojar gobiernos –en referencia a la actitud de Podemos– creo en un cambio profundo y asumo el reto de explicar esos logros». El líder de la formación hizo gala de su capacidad para fomentar el pacto a la vez que carga con dureza contra el resto de partidos. Pese a haber llegado a múltiples acuerdos territoriales, Rivera fue especialmente duro con el PP. A Mariano Rajoy lo criticó por «conformarse» y vender como un éxito dejar al país con el mismo nivel de paro que dejó Zapatero. Además, calificó de mero «cambio de imagen» la renovación orgánica en el PP.
Cuando el resto de partidos amagan con virar hacia el centro, Rivera dijo no querer «patrimonializar» el cambio, pero entiende que su partido es el único que puede garantizarlo con «moderación y sensatez». También defendió su origen catalán para ayudar a sentar las bases de «una España diversa y unida». «Yo no quiero, como dicen, que el miedo cambie de bando. Nosotros no queremos que haya miedo ni que haya bandos», aseguró.
ABC – 23/06/15