Hasta el momento, Ciudadanos vivía con dos prioridades estratégicas: presencia mediática para darse a conocer y llegar a todos los públicos, y activo trabajo parlamentario para intentar visibilizar la utilidad de su voto. Ahora, con el fantasma de nuevas elecciones digerido y la vida política retomando sus constantes vitales normales, Albert Rivera reestructura sus objetivos. Sí, prioridad absoluta al trabajo parlamentario, pero no sólo eso: el líder de la formación naranja tiene decidido estar también en la calle, en contacto con la sociedad civil, con el objetivo de afianzar la implantación de Ciudadanos y no perder de vista las demandas de la gente.
Rivera será reelegido presidente de Ciudadanos –salvo hecatombe inesperada– la próxima semana. Tanto el líder político como su equipo ya trabajan en la estrategia a seguir en los próximos meses, a la espera de que la Asamblea General apruebe el documento definitivo de estrategia política que, por ejemplo, fija como meta entrar en gobiernos en el próximo ciclo electoral, algo que un sector de la militancia lleva tiempo pidiendo y que será uno de los puntos que se debatirán en el cónclave.
Con todo, y al margen de las líneas maestras que deba seguir el partido, Rivera tiene decidido delegar funciones en su equipo para tener más tiempo para reunirse tanto con agrupaciones de militantes como con representantes de la sociedad civil, tal y como afirman a este diario fuentes próximas al presidente de Ciudadanos.
«El trabajo de un líder político no es sólo estar en el Parlamento, también relaciones con la sociedad civil. La política también se hace en los territorios, con reuniones sectoriales», explican desde el equipo de Rivera. Una muestra de ello es la cita que mantuvo hace unos días en Valladolid con el pleno del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda –incluida una visita a las Bodegas Cuatro Rayas–, o el acto de ayer en Barcelona en el auditorio de una universidad.
Ya en la campaña electoral del 26-J, los estrategas de Ciudadanos apostaron por actos sectoriales más que por los clásicos mítines de campaña. Una estrategia que, sin embargo, entonces se quedó a medio gas. Eso sí, Rivera visitó desde una explotación ganadera a centros de innovación, ofreciendo una imagen muy distinta a la de la campaña anterior de diciembre.
Desde su gabinete recuerdan que cuentan con muchas peticiones de organizaciones para reunirse con Rivera que no han podido atender debido al ritmo frenético obligado por las dos últimas elecciones generales. Para ello, con el objeto de liberarse y arañar horas al reloj, Rivera delegará más funciones en su equipo, tanto en la Ejecutiva como en la nueva Comisión Permanente que tiene previsto crear. Un órgano ideado en los nuevos Estatutos propuestos por la dirección, a imagen del que opera en el PSOE y que estará compuesta por el presidente, el secretario general y hasta 15 miembros más nombrados por el presidente de entre los integrantes de la Ejecutiva. Ello conformará el equipo de confianza y acción rápida de Rivera. Un órgano para tomar decisiones que requieran de premura sin la necesidad de consultar a toda la Ejecutiva.
Además de esa función de relaciones públicas, la decisión de Rivera de salir a la calle tiene como objetivo colaborar en el proceso de implantación de Ciudadanos. Uno de los asuntos pendientes de rematar y consolidar. Por ejemplo, el partido no cuenta con representación parlamentaria en Galicia, Castilla-La Mancha, País Vasco, Navarra o Canarias.
El líder naranja ha dado órdenes de impulsar un plan de actuación, de implantación, y de trabajo que tiene como meta afianzar al partido e incrementar su presencia donde no tienen representación. Como muestra de ello están sus últimas visitas a Sevilla, Valencia o Valladolid, donde ha mantenido encuentros con afiliados. Su ruta por España se intensificará, con la idea de viajar al menos una vez cada dos semanas para buscar ese contacto directo. «Nos tocan dos o tres años de estar mucho en la calle porque eso es lo que nos va a dar la capacidad de gobierno», resumen desde su equipo.
Eso sí, en un sector de las bases de Ciudadanos hay cierto malestar con estos últimos viajes de Rivera, pues consideran que se enmarcan dentro de una campaña con motivo de la Asamblea de Ciudadanos para ratificar apoyos en la militancia, algo que, objetan, un candidato que quiera optar a la presidencia no puede hacer. Desde el gabinete de Rivera señalan que estos viajes estaban ya previstos con antelación.