EL ECONOMISTA 26/03/14
ENTREVISTA ALBERT RIVERA
Hijo de un comerciante barcelonés y de madre malagueña, Albert Rivera fue campeón de Cataluña de natación con 16 años. Licenciado en Derecho y con un postgrado en Derecho Constitucional trabajó en los servicios jurídicos de La Caixa hasta el año 2006, en que dio el paso a la política activa presentándose como candidato de Ciutadans a las elecciones autonómicas.
Actualmente su formación tiene nueve diputados en el Parlament de Catalunya y las últimas encuestas le sitúan ya como tercera fuerza política, con 15 escaños, por encima del Partido Popular y el PSC. Su próximo reto son las elecciones europeas.
Artur Mas ha declinado defender el referéndum en el Congreso el día 8 de abril. ¿Se está enfriando el desafío soberanista?
Más bien creo que Mas está buscando una salida, aunque pone como condición convocar un referéndum de algún tipo. Mas se ha puesto una bomba política en el pecho con día y hora, el 9 de noviembre, y ahí se la juega todo a una carta. Entonces, cuando uno es el artífice de su propio suicidio político, luego pedir ayuda es complicado.
Pero, ¿piensa que finalmente se va a celebrar el referéndum?
Yo estoy a favor de que se pueda revisar la financiación autonómica, pero para eso uno no puede poner en jaque el tablero de ajedrez que es España. El problema de Artur Mas es que ha puesto unas condiciones inaceptables para la mayoría de los españoles e inasumibles para el presidente. Porque Rajoy, aunque quisiera, no debe ni puede, ni Rubalcaba tampoco. Por eso vaticino que es más probable que haya elecciones anticipadas que un referéndum.
Y, en ese caso de elecciones anticipadas, ¿ve factible un acuerdo de Ciutadans con el PP y el PSC?
Yo lo veo necesario, porque en Cataluña hace falta sumar. A mí me gustaría más trabajar con mayoría absoluta y llevar mi programa electoral a cabo, pero sé que eso no va a pasar a corto plazo. Por eso me conformo con influir y gobernar de otra manera, para que puedan cambiar las cosas. Sí creo que este tripartito entre Ciutadans el PP y el PSC podría ser un Gobierno estable, que respetara la Constitución y el Estatuto y que se pusiera a gobernar, dejando ya de hablar de identidad, lo que también sería revolucionario en Cataluña.
Cambiemos de escenario. Desde el Gobierno se ha iniciado una ofensiva para vender que la economía ha iniciado ya la recuperación. ¿Comparte usted este optimismo?
Es verdad que la macroeconomía está mejor, no porque esté bien, sino porque antes estaba fatal. A partir de ahí, la nación tiene muchos problemas económicos, sociales, de falta de financiación, de economías rescatadas con dinero público y, lo más importante, seis millones de parados que no ven en el horizonte ningún optimismo. Creo que nos quedan todavía meses de mucho sufrimiento, especialmente para las familias y para las clases medias.
¿Qué medidas serían, a su juicio, necesarias ahora para que los resultados macroeconómicos se trasladen a la calle?
Si el primer problema de España es el paro quiere decir que faltan contratos, por tanto yo pondría todo el foco de las reformas no en los despidos, sino en la contratación. Y el principal problema que tienen hoy muchos empresarios, especialmente los pequeños y medianos es que es muy caro contratar. Para llegar a pagar a una persona mil euros que es un sueldo bajo, una empresa acaba pagando mil seiscientos euros, aproximadamente. En esto no se han hecho esfuerzos suficientes.
¿Defiende, entonces, una rebaja en las cotizaciones sociales?
Claro. Yo estoy absolutamente a favor, y esa es nuestra propuesta, de que durante los dos primeros años de una contratación nueva a alguien a quién se saque del paro, el empresario se ahorre las cotizaciones sociales. Es verdad que aporta menos a la caja en cuanto a cotización, pero lo que hace es sacarnos de la caja común a un desempleado y además le da un trabajo, con lo que eso supone socialmente y… también un consumidor más.
¿Puede ayudar la «Tarifa Plana» para nuevos contratos indefinidos que ha aprobado el Ejecutivo?
Esto de la tarifa plana, con todos los requisitos ponen, al finan va a acabar siendo sólo para un cinco o diez por ciento de las empresas, por tanto es claramente insuficiente.
¿Y la reforma fiscal?
Me parece también una estafa vender una reforma fiscal que libera a las clases medias cuando realmente la reforma que se anuncia es muy tibia, afecta sólo a personas que tienen una renta inferior a 12.000 euros, y lo que van a hacer es subir la presión fiscal por los impuestos sobre hidrocarburos y otros que son de demanda inelástica. Por tanto la clase media española no va a ver a final de mes realmente una mejora. Yo creo que habría que moderar los impuestos y volver a cuotas de IRPF e IVA de antes de la crisis sería lo razonable para crear empleo y reactivar la economía.
Pero desde Bruselas aprietan con el déficit.
No es incompatible tener tipos más bajos con recaudar más, al contrario, algunos pensamos que son absolutamente complementarios. Es verdad que la UE está exigiendo una consolidación fiscal y eso implica una subida de impuestos. Pero también es verdad que si de algo sirve tener todavía gobiernos nacionales debiera ser para explicar a la Comisión Europea la coyuntura de cada país, y España no es Alemania, ni es Francia, ni es Italia. Entonces habría que explicar a nuestros socios europeos que si quieren que les devolvamos el dinero tienen que dejarnos sobrevivir. Hay que refinanciar, hay que dar margen y dar tiempo.
¿Son estas las propuestas que defenderán en el Parlamento Europeo si consiguen representación?
Si, por supuesto. Ya hemos presentado la candidatura que lidera Javier Nart y tenemos un gran equipo de gente independiente que no es militante de Ciutadans y que va a defender estas ideas, es decir que queremos hacer complementaria en Europa la economía de mercado y la riqueza con el reparto de la misma. Estamos convencidos de que amplias cotas de libertad, si redistribuyes la riqueza, garantiza la igualdad de oportunidades.