ABC 27/03/16
«Nosotros vamos a seguir insistiendo». Esa es la premisa de la que parten los colaboradores principales de Albert Rivera de cara a las semanas que quedan para que se agoten los plazos para formar gobierno. Un periodo que afrontan «tranquilos» y con la serenidad que aporta verse reforzados por las encuestas. Existe el convencimiento de que la próxima semana no será tan tediosa como la que termina. En palabras de uno de los dirigentes de la formación, es esperable «algún punto de excitación». Ayer, el vicesecretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, calentaba el ambiente instando a PP y PSOE a sentarse a negociar y «desbloquear» la situación porque los españoles verían como un «fracaso» unas nuevas elecciones.
Su ruta es la que han planteado hasta ahora: sumar al PP al acuerdo que ya han alcanzado con el PSOE. Solo entonces será el momento de hablar sobre el candidato a la presidencia del Gobierno. Pero esa premisa choca con la insistencia del PP de que el candidato ha de ser Rajoy, lo que Rivera rechaza de plano.
Lógica aritmética y política
El número dos del partido, José Manuel Villegas, aseguraba el viernes «que sería más fácil llegar a un consenso con el PP que con Podemos». En las filas naranjas insisten en que no solo se trata de sumar votos para una investidura, sino de generar mayorías estables. «Cualquier acuerdo que no pase por sumar al PP no garantiza la gobernabilidad», señalan. «Responde no solo a la lógica política, sino aritmética».
Esa tranquilidad proviene también del comunicado que emitieron el miércoles Pablo Iglesias y Pedro Sánchez, en el que el socialista ratificó que el acuerdo con C’s «sigue vigente». Desde el partido insisten en que dicha negociación es más en clave electoral que en busca de un acuerdo real. Defienden que el pacto con el PSOE «es incompatible» con Podemos: «Es imposible que apoyemos un acuerdo» con la formación morada.
Su propuesta va a seguir siendo el pacto a tres, con reuniones de los equipos negociadores porque consideran que las reuniones de líderes «no conducen a nada», salvo a «escenificar desencuentros». Aseguran que no piensan en elecciones, pero implícitamente sí lo hacen al valorar los efectos de estas semanas de negociación. Y están convencidos de que el pacto con el PSOE ha vuelto a centrar su imagen, que se había escorado excesivamente a la derecha antes de las elecciones.