EL MUNDO – 22/04/16
· El líder de C’s apuesta por un presidente de consenso o independiente.
Ante el vacío de poder por el fracaso de las negociaciones para formar Gobierno, Miguel de Cervantes resucitó ayer para postularse como presidente. O, en su defecto, Quijote. El escritor fue homenajeado ayer en el Congreso, mediante una aplaudida teatralización, con un cante de Miguel Poveda incluido. Sin embargo, no era en Cervantes en quien pensaba Albert Rivera como presidente, cuando ayer pidió a Mariano Rajoy y Pedro Sánchez que den un paso a un lado –«yo, el primero», matizó– para apostar por una persona de consenso o un independiente.
Se trata del último giro estratégico de Ciudadanos, casi en el tiempo de descuento de las posibles negociaciones para la gobernabilidad. «Si los líderes somos el problema, demos un paso atrás para que haya Gobierno. Si el problema es que Sánchez sea presidente según Rajoy o al contrario, o que Ciudadanos esté o no, yo me pongo el primero. Demos un paso atrás. Asumo que estamos fracasando, aceptemos todos que estamos fracasando y seamos capaces de construir un Gobierno de consenso con un presidente y un equipo de consenso que puedan tirar adelante las reformas», reflexionó Rivera en una entrevista en Telecinco. «Podemos intentar un Gobierno presidido por una persona de consenso».
La argumentación de Rivera llevaba directamente a pensar en la figura de un independiente. De hecho, apostó por un «Gobierno de transición, menos partidista y pensando más en España, con gente independiente, con valía, con menos tinte de partido». Sin embargo, desde el partido se esforzaron ayer por rebajar el tono de la propuesta, señalando que fuera una persona de consenso y no necesariamente un independiente.
Los estrategas del partido naranja sabían de antemano que su propuesta sería rechazada de inmediato por Rajoy y Sánchez. «Ocurrencia de última hora», lo calificaron desde el PP. Sánchez, con quien Rivera firmó un acuerdo de gobierno, rechazó de plano la idea: «La tecnocracia no es la solución».
En realidad, este rechazo era lo que perseguían en Ciudadanos. Buscaban protagonizar la iniciativa, toda vez que la política transita por días de agonía a la espera de la nueva convocatoria de elecciones, y contraponer, según las fuentes consultadas, su «sentido de Estado» frente a la preocupación por sillas y cargos de PSOE y PP.
No es la primera vez que Ciudadanos se descuelga sobre la bocina con una propuesta inesperada y «arriesgada», como reconocen fuentes del partido. Durante la campaña del 20-D, el último día la formación rectificó su discurso, proclamando que se abstendría para facilitar un Gobierno del PP o del PSOE.
EL MUNDO – 22/04/16