LIBERTAD DIGITAL 29/09/16
· Ciudadanos asegura que «ninguna silla está por encima del país».
Ciudadanos mantiene un perfil bajo en reacción a la noticia de la defenestración de Pedro Sánchez a manos de los críticos. Al contrario que en Podemos, ningún dirigente centrista ha salido a valorar los acontecimientos que se suceden este miércoles en el PSOE. En una escueta comunicación, el partido naranja afirma: «No comentamos las crisis internas de otros partidos pero en todo caso esperamos que el PSOE solucione sus problemas y se pueda desbloquear España, porque ninguna silla está por encima del país».
Pocos minutos después, el propio Albert Rivera se manifestaba a través de Twitter diciendo no alegrarse de la crisis de «un partido constitucionalista» pero asegurando a continuación: «Peor sería que toda España continuara en crisis por el bloqueo institucional».
El pasado lunes, nada más conocerse la intención de Pedro Sánchez de convocar un Congreso en octubre y de presentarse al mismo, Albert Rivera apelaba una vez más a los críticos socialistas, fundamentalmente los barones. «Espero que en lo referente a España acierten» decía el líder centrista, quien se mostraba muy crítico con el secretario general de los socialistas por el anuncio del conclave: «Anunciar eso para esas fechas nos pone, lógicamente, más cerca del bloqueo institucional que de la solución. Otra cosa es que eso se produzca, que el Comité Federal asuma o acate ese debate interno o realmente se pongan a pensar en primero desbloquear España y luego elegir a su secretario general».
Al día siguiente, martes, durante la reunión del Grupo Parlamentario de Ciudadanos, Rivera decía que a los españoles «les importa mucho más» el desbloqueo de la situación que «el nombre del secretario general del PSOE».
No es no con Podemos
El presidente de Ciudadanos y sus principales colaboradores han dejado claro a Sánchez (de quien al final no han recibido llamada alguna dentro de su «ronda de contactos») que en ningún caso sumarían con Podemos y que su opción ideal sigue siendo una mesa a tres PP, PSOE y Ciudadanos o, en su defecto, un Gobierno en minoría de Mariano Rajoy, al que los treinta dos diputados naranja votaron sí en la investidura fallida de principios de septiembre, en virtud al acuerdo suscrito con el PP.