EL MUNDO 16/10/14
La guerra abierta entre Rosa Díez y su portavoz en Bruselas, Francisco Sosa Wagner, se saldó ayer con una víctima: el líder de UPyD en Europa, que fue relegado en Bruselas y sustituido por la también eurodiputada Maite Pagazaurtundua. El Consejo de Dirección lo decidió el sábado, pero hasta anoche lo mantuvo en secreto.
Tras varios meses de discrepancias abiertas de Rosa Díez y sus personas más próximas con el portavoz de UPyD en Bruselas, Francisco Sosa Wagner, el Consejo de Dirección de Unión Progreso y Democracia decidió el pasado sábado fulminarlo y nombrar a una sustituta, que pasará a ser la líder de los cuatro eurodiputados de esta formación: Maite Pagazaurtundua.
Aunque el Consejo de Dirección adoptó su decisión el sábado, UPyD decidió mantenerlo en secreto hasta ayer por la noche para que la noticia tuviera la menor trascendencia posible. La portavoz del partido magenta, Rosa Díez, no atendió a las llamadas ni a los mensajes de este diario para que explicara su decisión, anunciada ayer pasadas las 21.30 horas en una nota oficial.
El partido explicó en esa misma nota pública que el relevo se ha producido después de la «ausencia de interlocución con la dirección del partido» y tras los «múltiples intentos en este sentido» por parte de UPyD. Fuentes de la formación explicaron a EL MUNDO que la gota que colmó el vaso de la paciencia de Díez cayó el viernes.
El responsable de instituciones de UPyD, Ramón Marcos, convocó ese día a los cuatro eurodiputados de su formación a una reunión de coordinación en Madrid. Pero ni Sosa Wagner ni Fernando Maura, eurodiputado próximo al primero, acudieron. Sólo estuvieron Maite Pagazaurtundua y Beatriz Becerra, ambas muy cercanas a Rosa Díez.
Tras ese encuentro, Díez decidió relevar definitivamente a Sosa Wagner, ya que perdió toda su confianza en él.
La primera gran polémica entre Sosa Wagner y la dirección de UPyD tuvo lugar el pasado mes de agosto. Fue en EL MUNDO donde se destapó la caja de los truenos, cuando el eurodiputado publicó en este diario el 19 de agosto un artículo en el que reclamaba abrir el diálogo con Ciudadanos para «unir esfuerzos y lograr un acuerdo entre los pequeños partidos constitucionales».
Sosa Wagner hizo autocrítica, reconoció que los resultados de las europeas no habían sido buenos y denunció que en UPyD hay «prácticas autoritarias».
Aquel artículo fue el principio del fin de Sosa Wagner como portavoz parlamentario de UPyD en Bruselas. Al día siguiente, la diputada en el Congreso Irene Lozano, muy cercana a Díez, le contestó también en este periódico que era «difícil» que alguien le igualara «en mezquindad». «Quienes no comparten el criterio de la dirección lo pudieron decir hace nueve meses en el congreso de UPyD», le dijo.
Para rematar, el número dos de Rosa Díez en la formación magenta, Carlos Martínez Gorriarán, afirmó en Twitter sin cortarse nada que Sosa Wagner «es corrupción política pura. Ha engañado masivamente. Mentiroso 100%».
Tal fue la agresividad que la Oficina de Buenas Prácticas de UPyD se vio obligada a abrirles expediente a todos. Su dictamen, que está pendiente, no es vinculante, porque se trata de un órgano consultivo. Sus conclusiones serán después elevadas al Consejo de Dirección, que es quien tomaría medidas disciplinarias, si las hay.
Antes de hacer pública su decisión, UPyD comunicó ayer el relevo a los cuatro eurodiputados, al presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, y al presidente del Grupo de los Liberales y Demócratas Europeos (ALDE), donde están los eurodiputados de Díez.
Fuentes de UPyD calificaron ayer como «insostenible» la relación tanto política como personal entre Sosa Wagner y Rosa Díez. Sobre todo después de que el catedrático la forzara a rectificar y a mantener encuentros con Ciudadanos para explorar posibles alianzas futuras.