EDITORIAL-EL PAÍS

  • Salvo en Madrid y La Rioja, el partido de Feijóo, que absorbe a todo Ciudadanos, tendrá que pactar con Vox

El mapa del poder territorial se tiñe del color azul con el triunfo el domingo del Partido Popular, que aumenta de forma exponencial su poder institucional, cambia numerosos gobiernos a escala municipal y también autonómica. A primera hora de la madrugada, pasaban a manos del PP la Comunidad Valenciana y los gobiernos autonómicos de Aragón, Baleares, Extremadura y La Rioja. La victoria del PP sobre el PSOE incluye el vuelco en todas las capitales andaluzas, menos Jaén, y muchas otras significativas, como Valencia, o la posibilidad de gobernar en Valladolid. En muchos lugares, como la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid y varias capitales de Andalucía, el triunfo se produce además por mayoría absoluta, una concentración de voto que empieza a ser difícil de ver en España. Es un éxito rotundo aunque en porcentaje global de voto en municipales —donde votan todos los españoles— su distancia con el PSOE es de solo tres puntos y 760.000 votos en toda España, después de engullir totalmente a Ciudadanos, que certifica su desaparición.