ABC 06/06/17
· Rubalcaba dice que los independentistas no han tenido un relato alternativo
Cataluña estuvo en boca de todos o casi todos. Y todos eran seis políticos (alguno, además, periodista) que se han ocupado durante la democracia española de vocear, de transmitir, lo que hacían en cada momento los gobiernos de Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.
Convocados por el director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás, relataron sus experiencias cinco exportavoces, Alfredo Pérez Rubalcaba, Pio Cabanillas, Josep Piqué, Rosa Conde y Eduardo Sotillos, y el actual, íñigo Méndez de Vigo.
El representante del Ejecutivo de Rajoy admitió que Cataluña es el asunto que más le ocupa en sus funciones y sostuvo que en sus intervenciones en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, intenta siempre dirigirse al conjunto de la sociedad catalana, «dado que el presidente de la Generalitat ejerce sólo como el portavoz de los secesionistas».
Desmontar eslóganes
Sin embargo, tanto Rubalcaba como uno de los portavoces de José María Aznar, Josep Piqué, apostaron por la necesidad urgente de construir un relato que se contraponga al de los independentistas. El propio Rubalcaba hizo autocrítica al considerar que «hemos hecho dejación de nuestras responsabilidades» frente a eslóganes como el «derecho a decidir» que es una «fórmula mediáticamente ganadora».
Pero la cita con los portavoces perseguía conocer los «trucos» de los que durante años han dado la cara por sus presidentes. Desde Rosa Conde, que confesó que un compañero de Gobierno le mintió y tuvo que decir algo que no era cierto, hasta Eduardo Sotillos que declaró que un periodista (él lo es) no debe nunca convertirse en portavoz del Gobierno. Rubalcaba admitió que una de sus crisis más graves fue la revuelta estudiantil del «cojo manteca» y bromeó sobre los consejos de un asesor que le animó a «dar buenas noticias a España» mientras el director de la Guardia Civil se había fugado.
Plan de comunicación
La mayor parte de los portavoces reconocieron que «sus compañeros los ministros se guardaban las buenas noticias y a ellos les tocaba defender los marrones». Josep Piqué mantuvo que «lo importante es la pedagogía, la reiteración de los mensajes» y Pío Cabanillas fue más pesimista: «No hay un solo gobierno que haya llegado con una idea clara de plan de comunicación» y se preguntó «¿para qué sirven las ruedas de prensa de los viernes?»
Finalmente, Rubalcaba reconoció que los socialistas, con sus divisiones internas, han facilitado al Gobierno presentarse ante la opinión pública como el partido que es capaz de traer estabilidad a España frente al «lío» que tiene el PSOE. «Pero esto se va a acabar», vaticinó en referencia a la nueva etapa que se abre en el partido tras la elección de Pedro Sánchez.