EL MUNDO 28/12/12
· Se reunirán antes del Comité Federal y le ofrecerá una amplia reforma constitucional
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, tiene muy claras las líneas rojas que no va a traspasar en su proyecto político ni en sus relaciones con el PSC. Y una de ellas es que no cabe, ni cabrá en ningún caso, el llamado derecho a decidir en consultas independentistas.
Así se lo comunicará al primer secretario del PSC, Pere Navarro, en un próximo encuentro que ambos mantendrán antes del próximo Comité Federal del PSOE del 12 de enero. Por ello, Rubalcaba le pedirá a Navarro que deje de hacer bandera de esta causa, aunque lo haga de forma pasiva y con su propuesta abstencionista.
Rubalcaba, según fuentes de la dirección socialista, no quiere con ello abrir una confrontación con el PSC, pero sí poner todas las cartas encima de la mesa de forma nítida y sin malentendidos, e intentar buscar vías para llegar a acuerdos, que no provoquen la ruptura ni el enfrentamiento con los socialistas catalanes.
El líder del PSOE cree que ya ha arriesgado mucho con su clara apuesta por una vía federal y la propuesta de una reforma en profundidad de la Constitución, que pasa por revisar de arriba abajo el Título VIII de la Carta Magna, y que el partido ha asumido de forma casi sorprendente y sin apenas críticas internas.
Cree que ése puede ser el campo de juego, el lugar de encuentro y una vía que se puede desarrollar con tranquilidad, tanto para el PSOE como para el PSC.
Eso sí, en dicha reforma constitucional el PSOE no aceptará en ningún caso el llamado derecho a decidir, aunque si fórmulas parecidas a los estados federales más avanzados de Europa, es decir, reflejando el modelo alemán, que siempre le ha gustado al líder socialista.
Fuentes de la dirección del PSOE confían en que pueda llegarse a un consenso. Si esto no fuera así, Rubalcaba no se va a mover ni un ápice de la postura política acordada con la dirección socialista y los máximos dirigentes del partido, que la han apoyado casi por unanimidad.
Los riesgos también están claros, y el PSOE no descarta momentos de tensión, sin ir más lejos, en la reunión del Comité Federal del 12 de enero, donde no son pocas las federaciones que quieren pasar cuentas a las posiciones del PSC. También se puede trasladar esta tensión al Congreso de los Diputados en futuras votaciones, aunque el partido quiere hacer todo lo posible para evitarlo.
Lo cierto es que las relaciones entre PSOE y PSC están en una encrucijada de la que nadie sabe bien cómo salir, y la preocupación es compartida.
El PSOE es consciente de que sin un PSC fuerte es prácticamente imposible volver al Gobierno en España. El PSC sabe que una ruptura con el PSOE le convertiría en un partido minoritario en Cataluña.
Por ello, ninguno de los dos partidos desea ni una confrontación ni una ruptura traumática, pero las relaciones en el futuro más próximo se antojan muy difíciles.
De hecho, el protocolo de actuación entre ambos partidos, en el que se estaba trabajando antes de la convocatoria anticipada de las elecciones catalanas, está en vía muerta y no hay intención por ninguna de las dos partes de reactivarlo.
No obstante, las relaciones entre Rubalcaba y Navarro son buenas y han mejorado en estos meses, lo que puede ser una tabla de salvación para ambos partidos.Por ello, se aspira a que ambos limen diferencias en su próximo encuentro, y llegar a un punto de acuerdo asumible para ambas formaciones.
¿Y en caso contrario? Habrá confrontación.