El Gobierno, a través de Alfredo Pérez Rubalcaba, criticó ayer al PNV por haber permitido con su estrategia de pactos postelectorales que Bildu aumentase su poder institucional en Euskadi. Lo cierto es que el vicepresidente primero, ayer en su papel de candidato del PSOE, procuró ser lo menos directo posible y obvió las siglas políticas a las que censuraba. Sin embargo, de sus palabras se deducía el reproche a los jeltzales que, al rechazar el guante del PSE y PP, dejaron, en opinión de los socialistas, el camino libre a Bildu.
Otras fuentes del PSOE interpretaron que Rubalcaba, con sus declaraciones, quizá quiso también manifestar su descontento general, de manera indirecta y eufemística, con todo el proceso que ha llevado a la coalición a su legalización y, posteriormente, al sillón presidencial en más de cien ayuntamientos
El líder socialista lamentó el éxito de Bildu y señaló que «podría haber tenido menos poder institucional si se hubiera llegado a los acuerdos que podría haberse llegado y si las cosas se hubiesen hecho de otra manera». «Yo siempre opiné que se debían haber hecho de otra manera», añadió, en alusión a su reiterado mensaje para demandar pactos políticos que permitiesen arrebatar a las siglas independentistas el mayor número posible de instituciones.
El reproche sorprendió a algunos porque, unido al amago de ruptura de relaciones PNV-PSE, no hace sino dificultar que el Ejecutivo central pueda convencer a los jeltzales para que sean los socios que le permitan agotar sin sobresaltos la legislatura. De hecho, el Gobierno tendría prácticamente imposible aprobar las cuentas de 2012 sin la ayuda del PNV. El ministro del Interior aclaró, no obstante, que la importante presencia institucional de Bildu no va alterar la política antiterrorista del Gobierno, que «va a seguir».
EL CORREO, 13/6/11