EL CORREO 18/06/13
Comieron con otros cinco barones, entre ellos Griñán, para intentar sofocar el incendio que desató Navarro
«Concierto sí, Cupo revisable». Alfredo Pérez Rubalcaba intentó apagar ayer la tormenta desatada en el PSOE por las declaraciones del líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, cuestionando la vigencia del Concierto como un «privilegio», pero también confirmó la disposición de su partido a recalcular el Cupo, lo que Euskadi entrega al Estado por gastos que no son de su competencia. Rubalcaba comió con López y otros cinco barones, entre ellos Griñán, para atajar la polémica. Alfredo Pérez Rubalcaba intentó ayer apagar la tormenta desatada dentro del PSOE después de que el líder de los socialistas catalanes, Pere Navarro, pusiese en cuestión la semana pasada la vigencia del Concierto vasco y del Convenio navarro al considerarlos un «privilegio», pero también confirmó que su partido está dispuesto a revisar el cálculo del Cupo, lo que Euskadi entrega al Estado para sufragar gastos que no son de su competencia, como los referidos a Defensa, Exteriores o materias no transferidas. «Concierto sí, Cupo revisable», afirmó el máximo responsable del PSOE.
La intervención del dirigente del PSC abrió la caja de los truenos y animó a diferentes barones regionales a cuestionar si el dinero que aporta Euskadi a la ‘caja común’ es proporcional a su renta. Pere Navarro fue el que llegó más lejos, pero otras voces procedentes, por ejemplo, de Andalucía o Valencia también abogan por un recálculo. Una postura que, de hecho, no rechaza de plano el PSE. El propio López admitió la semana pasada en una rueda de prensa conjunta con sus compañeros navarros que el sistema fiscal vasco «no está en riesgo ni en cuestión» al estar amparado por la Constitución «sin perjuicio de perfeccionar algunas de sus deficiencias en su aplicación práctica». El PSE está dispuesto a discutir si la aportación de las arcas vascas es la correcta, aunque «siempre con datos». Pero no es tan sencillo porque no es un simple debate técnico, sino político. Salvo sorpresa, ese nuevo cómputo sería negativo para los intereses vascos; es decir, Euskadi tendría que dar más dinero al resto de España. Y eso tendría una muy difícil venta electoral para el PSE. Pero lo más sorprendente de la polvareda generada por Navarro es que, en estos momentos, es una cuestión en la que el PSOE tiene poco que decir, ya que la cuantía del Cupo se fija a través de una comisión bilateral entre el Gobierno vasco y el central, y en ninguno de los dos están los socialistas. Además, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ya dejó claro el domingo en EL CORREO que «el Concierto es un todo, Cupo incluido».
Obligado a intervenir
Aun así, Rubalcaba se vio obligado ayer a intervenir tras la ejecutiva federal y convocar un almuerzo al más alto nivel para intentar sofocar el incendio provocado por Navarro. Una comida en la que estuvieron el propio secretario general del PSOE, la ‘número dos’ del partido, Elena Valenciano, y los seis barones territoriales que también pertenecen a la dirección del PSOE: Patxi López, el andaluz José Antonio Griñán, el asturiano Javier Fernández, el castellano manchego Emiliano García Page, el gallego Pachi Vázquez y la balear Francina Armengol.
Rubalcaba se esforzó en recalcar ante los periodistas que el PSOE no cuestiona los derechos históricos del País Vasco, pero que el Cupo sí «es revisable», aunque recordó que, de hecho, se redefine «implícitamente» cada vez que se revisa el sistema de financiación autonómico.
Con su intervención, el líder del PSOE intentó atajar la irrupción de Navarro, que ha provocado en la mayoría de los socialistas, o al menos en su cúpula dirigente, un profundo malestar. La dirección del partido considera que el líder del PSC ha vuelto a introducir en el debate un elemento que no ayuda a la formación a centrar su mensaje y que, en el caso de López y Eduardo Madina, cuyos nombres figuran en todas las quinielas para participar en las primarias socialistas del año que viene, complica su futuro.
Quizás el más gráfico en las críticas a Navarro fue Madina. El diputado por Bizkaia fue captado la semana pasada por las cámaras de Telecinco a la salida del Congreso charlando con Txiki Benegas. Sin saber que estaba siendo grabado, aludió en estos términos al secretario general del PSC: «Es una locura. Pero que deje en paz al resto. ¿Pero no querían un modelo como el vasco? Yo no entiendo nada… ha perdido la cabeza».
A estos reproches se sumó ayer el anterior lehendakari. En una entrevista publicada en ‘Interviú’, López se mostró convencido de que Pere Navarro «creó un conflicto donde no lo hay» y recordó que el Concierto vasco es un sistema de riesgo. «Si la recaudación cae, como ahora, Euskadi no puede acudir al fondo de liquidez estatal para pagar a los proveedores, como está haciendo Cataluña, por cierto», afirmó.
Pero el problema para López y Madina es que la opinión del político catalán ha encontrado el respaldo de otras federaciones socialistas. El debate llega, además, a escasos cuatro meses de la conferencia política de octubre que fijará la doctrina socialista para los próximos años. El documento base –coordinado por otro vasco, Ramón Jáuregui– defiende un modelo de financiación autonómico en el que se respeten las «especificidades» forales y también será uno de los ejes del consejo territorial socialista del 6 de julio en Granada.