EL MUNDO 21/02/14
· Alfredo Pérez Rubalcaba lidera el PSOE flanqueado por Susana Díaz y por el PSC.
· Desde ambos lados le tiran del brazo y ayer el segundo pudo con él: el disgusto del socialismo catalán por el apoyo en el Congreso a una moción de UPyD que condena el plan de Mas le llevó a anunciar que no volverá a votar contra el soberanismo.
Aunque el argumento exhibido por el secretario general del partido tiene un sentido político –el llamamiento desesperado al diálogo para solucionar este conflicto–, no puede pasarse por alto que se produjo a instancias de los socialistas catalanes.
Fuentes del Grupo Socialista confirmaron ayer el enfado del PSC por la presentación de una enmienda –que no se les consultó– y que, tras ser aceptada, obligó al PSOE a votar a favor.
El Congreso aprobó de esta manera, a instancias de UPyD, una iniciativa de rechazo a la aventura independentista iniciada por el Parlament catalán, que fue respaldada por PP y PSOE. Con 272 votos a favor y 43 en contra y la abstención de Alfonso Guerra –según él, por error–, la Cámara Baja se pronunciaba por primera vez en contra de los planes de Mas de manera «tajante y expresa». El voto socialista, en principio, no estaba previsto. Los diputados catalanes pensaban que optarían por una abstención.
La génesis de esta moción es muy alambicada. Es consecuencia de una interpelación de Rosa Díez al Gobierno, contestada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que pretendía poner de manifiesto su inacción frente a la convocatoria y la organización de la consulta, y proponía apercibir al presidente de la Generalitat como paso a la suspensión de la autonomía. No era fácil de digerir para el PP pero, a través de una enmienda, su portavoz Alfonso Alonso convenció a UPyD. Matizaba el tirón de orejas al Gobierno y, a la vez, aludía al cumplimiento de las sentencias, en referencia clara a Cataluña y a los fallos sobre la lengua.
La propuesta le gustó a Rosa Díez. Su primera idea era aceptar esta redacción. El PSOE tenía prácticamente decidido abstenerse. Desde el primer momento para, según fuentes del grupo, «no ir a remolque de UPyD». Pese a ello, la portavoz socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, presentó una enmienda: «Instar al Gobierno a seguir utilizando los instrumentos de la Constitución y del conjunto del ordenamiento jurídico para garantizar el cumplimiento de la legalidad». Esa enmienda se redactó sin consultarlo con los socialistas catalanes. Y el problema es que finalmente UPyD la aceptó.
El gabinete de crisis comenzó en el Grupo Socialista el miércoles por la tarde. El debate de la moción había concluido y Rosa Díez no desvelaba el texto definitivo. UPyD abría un plazo de reflexión sobre las alternativas planteadas por populares y socialistas. Por la noche, Rubalcaba, según desveló él mismo, habló con el primer secretario del PSC, Pere Navarro.
Ayer por la mañana, poco antes de la votación, Rosa Díez anunció que aceptaba la enmienda socialista y orillaba la de los populares para que el primer rechazo del Congreso al proyecto independentista catalán saliera adelante por «amplio consenso». Los parlamentarios del PSC no daban crédito. Su enfado creció tras conocer que Guerra se abstuvo y ellos votaron a favor.
Poco después se convocaba una reunión extraordinaria de la dirección del grupo y, al acabar, Alfredo Pérez Rubalcaba comparecía en rueda de prensa acompañado del portavoz de los diputados catalanes, Albert Soler. El líder del PSOE anticipaba que, a partir de ese momento, todas las iniciativas sobre Cataluña deben estar previamente acordadas para su presentación. «No podemos estar cada 15 días diciendo viva la Constitución. Esto no arregla el problema. Pensamos que puede ser contraproducente», señaló. Soler tomaba la palabra para apuntar que «nosotros no somos PP y UPyD; lo de hoy es puntual».
El Partido Socialista desde ayer coge otra vía. Pone por delante su propuesta de modelo federal con una voluntad de diálogo «seria», que ha trasladado a Mariano Rajoy y al resto de fuerzas y sobre la que volverá a insistir el martes en el Debate sobre el Estado de la Nación.
EL MUNDO 21/02/14