JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO
- Los asuntos de mayor confrontación pueden no interesar al ciudadano
El ruido en política, según Pedro Sánchez, es todo menos la subida del salario mínimo, la revalorización de las pensiones o la Constitución. «Todo lo demás es ruido», sentenció en su último mitin. Para acto seguido criticar a saco al PP y Vox por el caso de los protocolos de la interrupción voluntaria del embarazo en Castilla y León. Demostración palpable de que el ruido y la política van indisolublemente unidos. ¿Qué es el ruido en política? Se podría describir como la amplificación deliberada de un tema que presumiblemente perjudica al adversario. La mecánica está ya muy engrasada tanto en el Gobierno como en la oposición, y, una vez elegido el asunto a lanzar, se trasmite a los portavoces, los ministros, los parlamentarios, para que repitan el argumentario.
Por ejemplo, que Feijóo y Vox son lo mismo y que ambos están en contra del aborto. El PP, por su parte, aprovecha la reformas del Código Penal del Gobierno en materia de sedición y malversación para hostigar al Ejecutivo con la acusación reiterada de que Sánchez está en manos de ERC y Bildu. Los temas más susceptibles de entrar en la centrifugadora del ruido son los ideológicos -aborto, identidad de género, unidad de la nación, memoria histórica…-, lo que paradójicamente les acaba restando importancia respecto a la acción de gobierno. Sánchez trata de minimizar su agenda reformista y de pactos con las minorías nacionalistas y populistas reduciendo a ruido el coro de críticas que recibe por sus concesiones en materia de indultos, acercamiento de presos o ‘ley trans’.
En el fondo del mensaje existe la convicción en Moncloa de que, pese a la amplificación, estos temas de confrontación política no interesan a los ciudadanos. De hecho, el contenido de los actos políticos públicos de Sánchez nunca refleja los logros del Ejecutivo en materia de indultos o los acercamientos de presos de ETA o la ley del ‘solo sí es sí’ o la reforma de la malversación para salvar de prisión a los gestores del referéndum ilegal de 2017 en Cataluña. Todo se resume, como mucho, en un brochazo sobre si estamos o no mejor que hace seis años con los independentistas en la calle. ¿Pero el ruido sirve para ganar elecciones? Al PSOE no le sirvió ni en la Comunidad de Madrid con las «alertas antifascistas» contra Ayuso, ni en Andalucía sobre el peligro de un Gobierno de Juanma Moreno con Vox. Porque el ruido confunde sobre el impacto real de determinados asuntos en la calle. Pueden tener un eco muy intenso en los medios y, sin embargo, no interesar al votante.
El ruido engaña a los mismos que lo provocan. De modo que si no le sirvió al PSOE para ganar elecciones, tampoco le podría servir al PP para derrotar a Sánchez.