ABC – 14/02/16
· Los aliados occidentales insisten a Putin en que deje de bombardear en Siria.
· Regreso al pasado: «A veces me pregunto si estamos en 2016 o vivimos en el año 1962, en plena época de la Guerra Fría»
· Terror yihadista: «El terrorismo es un problema de civilización. Es ellos o nosotros. No hay medias tintas».
A pesar de haber comenzado con el éxito de un alto el fuego para Siria, la jornada de ayer devolvió la Conferencia de Seguridad de Múnich a un ambiente tenso, después de que el primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, cri- ticase directamente a la OTAN en suu intervención y comparase su actuall actitud hacia Rusia con la caracterís- tica de la Guerra Fría. «A veces me pre- gunto», dijo, «si estamos en 2016 o en n 1962».
Las palabras de Medvédev con- firmaron lo que diplomáticos vetera- nos alemanes sugieren desde hacee tiempo en este mismo foro sobre la di- ferente percepción del equilibrio geo- político entre Moscú y el resto de Oc- cidente. Rusia se siente «ignorada y menospreciada», ha explicado por ejemplo Hans Dietrich Genscher al criticar pasos occidentales como la exclusión del país de las reuniones del G8. Medvédev dio un paso más y calificó ayer el comportamiento de las potencias occidentales hacia Moscú como «no amistoso», devolviendo al Bayerischer Hof por unos momentos a la bruma de la Guerra Fría.
Pero en su discurso no faltaron los puentes tendidos. Recordó que «es necesario cooperar para evitar una desintegración de Siria por la influencia de Daesh, al que la comunidad internacional debe considerar como principal enemigo común». «El terrorismo es un problema de la civilización, ha advertido. Es ellos o nosotros. No hay medias tintas», sentenció, antes de solicitar poner a un lado las diferencias geopolíticas y mostrar unidad frente al terrorismo yihadista.
Un discurso ante el que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, y el primer ministro francés, Manuel Valls, insistieron en pedir el fin de los bombardeos rusos en Siria. Medvédev, no obstante, aseguró que «no hay ninguna evidencia» de que Rusia esté «bombardeando civiles» en Siria. Y con respecto a las sanciones impuestas a Moscú, advirtió de que son «un camino que no lleva a ninguna parte».
Discurso zigzagueante
Su discurso zigzagueaba astutamente entre el territorio sirio y el ucraniano. Mientras que el alto el fuego en Siria ha apaciguado por el momento el descontento occidental con la estrategia rusa en la zona, la cuestión ucraniana mantiene las heridas abiertas. El anfitrión del encuentro, el ministro alemán de Exteriores Frank-Walter Steinmeier, se ha servido de esta edición de la Conferencia de Seguridad para lograr avances en el plan de paz alcanzado hace un año para el este de Ucrania, durante una reunión que mantuvo ayer con altos cargos de Rusia, Ucrania y Francia. Steinmeier afirmó que espera que Moscú y Kiev «se den cuenta de que no tienen todo el tiempo del mundo para implementar el acuerdo».
Tras charlar en un aparte con sus homólogos ruso, Serguéi Lavrov, y ucraniano, Pavlo Klimkin, Steinmeier insistió en que «no hablar entre ellos en un momento de crisis no puede ser la solución». «Seguimos muy lejos de la puesta en marcha de Minsk», recordó en un comunicado en el que los ministros pidieron nuevas propuestas antes de su próximo encuentro, que Berlín espera que tenga lugar en marzo.
Medvédev dijo más tarde que el pacto de Minsk debe ser respetado por todos, «pero creemos que lo primero es que lo hagan las autoridades de Kiev». Agregó que Ucrania no modificó su Constitución como se comprometió y no «cumplió con sus obligaciones de una amplia amnistía», en una postura de confrontación que efectivamente recordaba a la Guerra Fría.
ABC – 14/02/16