Editorial, DIARIO VASCO, 8/6/11
La decisión del PNV de votar a sus candidatos en las investiduras no logra trasladar a PSE y PP la responsabilidad de impedir que Bildu gobierne
La decisión del PNV de votar a sus propios candidatos, tanto en la constitución de los ayuntamientos como en la elección posterior de los diputados generales, sitúa al partido de Urkullu en la posición más ventajosa de las que podía lograr, porque le permite negarse a un pacto previo de exclusión de Bildu, al tiempo que obliga a socialistas y populares a permitir que la coalición independentista se abra paso en el gobierno de Gipuzkoa o impedirlo votando a los aspirantes jeltzales. La llamada realizada por Urkullu a Bildu para que la coalición emplace a ETA al desarme definitivo y así poder relacionarse con las demás fuerzas políticas representaría, en ese sentido, un mensaje ambivalente. Permite al PNV mostrarse exigente para, al mismo tiempo, no aclarar si ésa es una condición que el EBB pone a Bildu de cara a que sus relaciones puedan ir más allá de los encuentros formales mantenidos hasta ahora. Aunque lo verdaderamente importante es que la invitación o emplazamiento de Urkullu no parece que vaya a ser atendida por la coalición que representa Martin Garitano. No solo debido a que la apariencia de neutralidad frente a la persistencia etarra forma parte del código genético de Bildu; también porque no precisará realizar mayores esfuerzos de convicción democrática si las votaciones del próximo sábado en los ayuntamientos responden a lo previsto. La resolución del PNV va acompañada de una posible salvedad en tanto que «concurran otras circunstancias que ahora no se prevén». Hipótesis que parece desvanecerse desde el mismo momento en que socialistas y populares han coincidido en denunciar la supuesta existencia de un pacto de fondo entre PNV y Bildu para acomodarse al frente del máximo de instituciones. Las palabras del vicepresidente Rubalcaba, insinuando que no todo está perdido para impedir que Bildu gobierne, tampoco parecen conectar con el sentir del socialismo vasco, manifiestamente indispuesto a favorecer al PNV en Gipuzkoa a cambio de nada. La «coherencia» jeltzale podrá ser una inversión con vistas a las autonómicas; pero una inversión que sitúa al PNV a expensas de lo que haga Bildu.
Editorial, DIARIO VASCO, 8/6/11