Juan Carlos Girauta-El Debate
  • Es el propio Sánchez quien debería presentar su caso como un nuevo ejemplo de los aciertos de Marx. La esclavitud de hombres jóvenes, demasiado jóvenes incluso, está en la base del régimen que nos han dado. Nos han dado

Quiero saber más sobre los explotadores de jóvenes prostitutos que permitieron al sanchismo su acumulación primitiva de capital, en lenguaje marxista. Entre servicios y sevicias, sodomizaciones contractuales y tráfico de farlopa, entre menoreros y palanganas, los sabinianos levantaron de la nada un nuevo régimen. Al principio no lo sabían, por supuesto, pero tampoco eran conscientes los ingleses de que el tamaño de sus explotaciones agrarias propiciaría la Revolución Industrial. A Marx le gustaba imaginar la acumulación primitiva de capital en forma de esclavitud. Dado el concepto que, sin excepción, dice tener el sanchismo sobre el sexo de pago, es el propio Sánchez quien debería presentar su caso como un nuevo ejemplo de los aciertos de Marx. La esclavitud de hombres jóvenes, demasiado jóvenes incluso, está en la base del régimen que nos han dado. Nos han dado.

Es así sin discusión, es así desde la óptica correcta y ortodoxa del materialismo histórico, es así porque la realidad es cruda. Chaperos, chulos, barandas, mamis, membrillos, y hasta esa contable que acabó ostentando una cátedra de Anís del Mono. Hubo un momento en que los acumuladores originarios de capital se dieron cuenta de su crucial papel en la historia de España, y hubo que empezar a disimular. Así, cuando de repente hubo un tiroteo de camellos acostumbrados a trapichear en locales de marchamo sabiniano, se dijeron: hay que proteger al protopresidente. De algún modo, ya contaba con las complicidades necesarias en la pasma y en los medios para que nadie hablara, ni mucho menos hurgara, en el feo incidente. Me pregunto cómo consigues que ningún medio informe sobre algo. Me respondo que controlando las agencias de noticias.

Me sigo preguntando. ¿Cómo se controlan las agencias de noticias? Pues así, hombre, conociendo y practicando la más atinada vertiente del marxismo, que está en Gramsci y en la consecución de la hegemonía. Esto lo afirmo ahora porque encaja, y los columnistas con vicio no nos podemos resistir a los patrones que aparecen por la cara. Pero lo cierto es que Sánchez debe tener a Gramsci por un ciclista del Giro. Los que sí bebieron a conciencia las aguas de Laclau, afluente gramsciano, fueron los pobres podemitas, cuyo gallo se resiste hoy a caer en el olvido y anda pidiendo pelea. ¡Te reviento! Nadie le hace ni caso porque sus mejores expectativas están en sacar cinco escaños en vez de tres, y tres en vez de ninguno. Como fuere, esos sí se proponían la consecución de la hegemonía o conquista de los cielos, tropo del don Nadie, cuya cara se exhibía otrora en las papeletas de voto por el tirón que tenía. Quién le ha visto y quién le ve, Iglesias.

Al final, Sánchez, que se subió al colchón financiero consorte del puterío masculino, traía más hambre atrasada que sus benefactores. Uno de ellos guarda un millón en metálico y lo dice. No está nervioso porque guardar cash en casa da mucha tranquilidad cuando hay un apagón y se te han acabado los filipinos.