EL CORREO 28/01/13
· La cúpula del PP opta por guardar silencio tras las duras críticas lanzadas por la expresidenta del partido.
La reaparición de María San Gil lanzando dardos envenenados contra algunos de su compañeros en el PP por haberse sacado «fotos» con dirigentes de EH Bildu fue respondida ayer por el entorno de Antonio Basagoiti con el mismo silencio que ha utilizado la expresidenta de los populares vascos desde que dejó el cargo en 2008. La estrategia de la actual dirección pasa por no entrar en una guerra pública con San Gil, a pesar del encendido discurso que realizó el sábado en el homenaje a Gregorio Ordóñez con motivo del decimoctavo aniversario de su asesinato, un acto que acabó convertido en una moción de censura contra la hoja de ruta diseñada en los últimos años por Basagoiti y sus principales colaboradores en el partido. «Gregorio no podría estar en estos nuevos tiempos», zanjó San Gil durante el acto.
Su intervención volvió a sacar a la luz el soterrado debate que se vive en el seno del PP, donde algunos sectores siguen considerando que los actuales responsables de la formación están acercándose demasiado a EH Bildu. En realidad, esta aproximación en la mayoría de los casos no deja de ser formal. Sin embargo, para los más ortodoxos es difícil de entender que el alcalde de Vitoria, Javier Maroto, haya alcanzado algunos pactos parciales con la coalición soberanista o que Borja Sémper aparezca sonriente junto a Martin Garitano. Sin mencionarle de forma explícita, San Gil sí lanzó una frase cuyo principal destinatario parecía ser el presidente del PP en Gipuzkoa: «¿Dónde están todos esos dirigentes políticos a los que no les importa reírle las gracias a Garitano, hacerse fotos con él?». En el fondo, para San Gil y sus seguidores cualquier gesto hacia la izquierda abertzale, por muy leve que sea, es una traición al pasado del partido.
Malestar
Por ahora, la actual dirección del PP opta por hacer oídos sordos a las palabras de su antigua líder. Basagoiti y su entorno insisten en que su exigencia hacia EH Bildu y ETA sigue siendo la misma y que los populares mantienen sus principios. A pesar de su mutismo, hace tiempo que los máximos responsables del PP no ocultan su malestar con las declaraciones de este sector del partido, al que se le reprocha el no recordar que también Basagoiti, Sémper, Maroto o Iñaki Oyarzábal han estado durante muchos años en el punto de mira de ETA.
Basagoiti se ha visto obligado a hacer auténticos equilibrios internos para satisfacer a todas las sensibilidades del PP. Por ejemplo, apostar como portavoz en el Parlamento vasco por Arantza Quiroga, cuyo discurso presenta menos matices que el de Borja Sémper. A esto habría que añadir el nombramiento de Carmelo Barrio como portavoz del PP alavés, un nombramiento realizado por el presidente territorial, Alfonso Alonso.
Detrás de todos estos mov imientos hay quien ve el inicio de una carrera por la sucesión de Antonio Basagoiti al frente del partido. Aunque no hay fecha fijada para su salida, se da por hecho que se producirá a cor to o medio plazo. Hay quien no le perdona su apuesta por la «política pop». Ni aquí ni en Madrid, donde los sectores más conservadores no aceptan sus estrategias.
EL CORREO 28/01/13