El nuevo líder del PSOE, Pedro Sánchez, anuncia hoy en un artículo en EL MUNDO que se va a esforzar para «conseguir cuanto antes una amplia mayoría parlamentaria» para «desbancar al PP del Gobierno».
Tras el fracaso de la moción de censura de Pablo Iglesias, Sánchez lamenta que Podemos y Ciudadanos se hayan «peleado a garrotazos» en el Congreso de los Diputados y les insta a levantar sus «vetos» cruzados para sumar apoyos contra el Partido Popular.
En cuanto el 39º Congreso Federal del PSOE elija una nueva Ejecutiva este fin de semana, Pedro Sánchez va a empezar a trabajar «con las fuerzas del cambio y colectivos sociales» para «generar espacios de encuentro» que puedan llevar a un cambio de Gobierno.
El secretario general del PSOE no desvela en su artículo –que se reproduce en la página siguiente– si tiene previsto presentar una nueva moción de censura este mismo año, como plantea Podemos. Pero sí exige a los partidos que dirigen Pablo Iglesias y Albert Rivera que levanten sus vetos cruzados porque constituyen «un muro que sólo sirve al PP para atrincherarse en La Moncloa».
Estos vetos, añade el líder del PSOE, sólo consiguen «malograr cualquier intento para desalojar de las instituciones a una derecha carcomida por la corrupción».
Fuentes muy próximas a Sánchez confirmaron a este diario que el líder del PSOE quiere reanudar de inmediato sus contactos con los principales partidos de la oposición para desmontar las políticas del PP e incluso sacarle del Gobierno. Como añade él mismo en su artículo, si los vetos de Iglesias y Rivera continúan, buscará «decididamente ese apoyo mayoritario al cambio en las urnas».
En opinión de Sánchez, la moción de censura rechazada ayer por el Congreso supone «un ejercicio de expectativas frustradas para los millones de ciudadanos que demandan un cambio» político en España. De hecho, resalta que «seguro que sintieron una gran decepción viendo a la nueva política peleándose a garrotazos mientras Rajoy sacaba réditos del espectáculo».
El movimiento de Sánchez se produce al día siguiente del fracaso de Podemos con su moción de censura a Mariano Rajoy. Un debate en el que Iglesias logró arrastrar al PSOE a la escenificación de un posible frente contra el PP formado fundamentalmente por los socialistas y el partido morado. Sin votos para ganar y con el único respaldo de los independentistas de ERC y Bildu, más sus socios de Compromís, Iglesias se afanó ayer por «tender puentes» con el «nuevo PSOE» de Pedro Sánchez como nunca lo había hecho antes.
El PSOE recogió el guante y se abrió a iniciar una nueva etapa de «entendimiento» que está por ver cómo se concreta, como explicó el portavoz provisional del PSOE en el Congreso, José Luis Ábalos, que va a ser el número dos del partido.
Eso sí, Iglesias metió prisa: quiere otra moción de censura «antes de Navidad». En el PSOE, sin embargo, señalan que no es Podemos el que le marca el ritmo y que, sin descartar nada, tampoco acepta exigencias para conseguir el cambio político.
El Congreso puso ayer fin al sueño de Iglesias de ser presidente con una votación contundente que dejó en evidencia la escasa capacidad de Podemos para buscar aliados. Iglesias sólo logró el apoyo de algunos independentistas y de sus socios. Sus 82 votos se estrellaron con los 170 diputados que votaron en contra –PP, Cs, UPN, Foro y Coalición Canaria– y los 97 –faltó uno– que se abstuvieron –PSOE, PNV, PDeCat y Nueva Canarias–. No obstante, Iglesias reinterpretó el resultado para proclamar «una mayoría suficiente para echar el PP» si se cuentan «votos a favor y abstención», y que utilizó de inmediato para llamar al PSOE a profundizar las intenciones de alcanzar acuerdos.
Por parte socialista, Ábalos aseguró en el debate que el Gobierno del PP merece «la máxima crítica», una «clara reprobación» y «la aplicación de un correctivo político». «Este Gobierno bien merece una censura», aseguró, pero no la de Unidos Podemos, que puede «fortalecer a aquel que dice querer censurar» y «le va a consolidar un poquito más».
El portavoz del PSOE dudó además públicamente de «las intenciones» de Pablo Iglesias al presentar su moción de censura. Y para demostrarlo leyó parte del argumentario interno de Podemos, que apostaba por «no caer en la trampa» de alcanzar un acuerdo con el PSOE porque eso daría a los socialistas el liderazgo de la oposición.
En opinión de Ábalos, Podemos pretendía con su moción «utilizar el sentimiento de la gente para abrirse camino estratégico de carácter partidista» frente al PP y frente, también, al PSOE. De hecho, lamentó que Podemos no haya presentado a los socialistas su programa de Gobierno hasta ayer mismo y preguntó a Iglesias con qué mayoría pretendía gobernar de salir adelante su moción.
El portavoz socialista evitó utilizar un tono agresivo con Iglesias, ya que el líder de Podemos le tendió varias veces la mano para colaborar contra el Gobierno del PP. Eso sí, no dejó de espetarle que «hubo una oportunidad estupenda hace un año» para conseguir que Mariano Rajoy no fuera el presidente del Gobierno. Si Podemos se hubiera entonces abstenido –lo que ayer hizo el PSOE–, hoy «tendríamos un Gobierno progresista de regeneración y no lo tenemos por una razón»: el voto en contra de Podemos. «No ponga excusas. El presidente y los dirigentes del PP son los mismos. Son lo mismo hoy que hace un año».
Una de las claves que explican el nuevo escenario está en el triunfo de Sánchez sobre Susana Díaz en las primarias del PSOE y en cómo esto ha desarmado por completo la estrategia frentista de Podemos, que consistía en golpear al PSOE por formar una «triple alianza» con PP y Cs. De hecho, ese parecía uno de los objetivos cuando anunció la moción de censura.
Un diputado de Podemos comentó en tono distendido a este diario que había presenciado un «cortejo» entre el PSOE y Podemos. Iglesias, al menos, lo buscó descaradamente. Enmendó sus formas, tono y gestos y alabó los de Ábalos. Rindió un «enorme respeto» a los socialistas y su historia centenaria, calificó de «valiente» a su hoy portavoz y hasta se disculpó con el anterior, Antonio Hernando, por si le había «ofendido» cuando José Luis Ábalos le exigió respeto a todo el PSOE.