ABC 19/01/17
· El exlíder socialista da a entender que disputará las primarias a Díaz y López
Pedro Sánchez iniciará la próxima semana un recorrido por las distintas federaciones socialistas, como se comprometió el 23 de noviembre al dejar su escaño, según confirmaron anoche a ABC fuentes próximas al ex secretario general del PSOE. Aunque él todavía no ha confirmado oficialmente su candidatura para recuperar el liderazgo del PSOE, todo parece indicar que disputará en mayo las primarias a Susana Díaz y Patxi López. «Pedro se comprometió a dar voz a los militantes cuando dejó el Congreso de los Diputados y lo va a cumplir», añadieron las fuentes informantes.
El movimiento de Sánchez llegó el día en que Patxi López decidió sumarse a la posibilidad de apostar por una «bicefalia» en el PSOE como salida a la crisis tras el 39 Congreso; esto es, que el secretario general elegido en primarias en mayo no sea candidato a la Presidencia del Gobierno. «Hasta ahora ese modelo no nos ha salido bien, pero a otros partidos sí –en alusión al PNV–. Nada es malo por definición, dependerá de cómo lo ejerzamos», dijo el exlendakari, quien aclara que él no tiene decidido «nada más allá» que optar a la Secretaría General en las primarias de mayo. El domingo, durante su presentación, López reconoció que no sabe si será candidato a La Moncloa porque eso se decidirá en otras primarias abiertas del PSOE cuando se convoquen las generales. Asegura que, si consigue ser secretario general del PSOE, estaría «cómodo con quien eligieran los militantes» y simpatizantes como cartel electoral, incluida la que va a ser su rival en mayo, Susana Díaz. El problema es que la presidenta andaluza rechaza la tesis que lanzó primero el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda y que anteayer respaldó nada menos que el presidente de la gestora, el asturiano Javier Fernández.
Una tesis que Díaz rechaza de plano, consciente de que, si abre paso a Patxi López a ocupar el sillón de Ferraz en junio, a ella le quedaría una larga espera en Sevilla hasta que Mariano Rajoy convoque las elecciones generales. Y sin ninguna seguridad de que, una vez instalado como líder de la oposición –él es diputado, ella no–, la presión interna no acabe obligándola a renunciar también a ser cartel a La Moncloa.
«Un cañón mediático»
Ayer, aprovechando su presencia de Fitur, la presidenta andaluza no quiso hablar de temas orgánicos. Y eso que horas antes, en un desayuno del Club Siglo XXI, el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, había dicho de ella que es «un cañón mediático» y que su nombre «suena a ganadora». Lo mismo que el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que, en su presencia, durante el traspaso de la capitalidad gastronómica de Toledo a Huelva, dijo de ella que él valora «a la gente que quiere comerse el mundo, jugar a lo grande».
Lo único que ha respondido la andaluza es que «a Guillermo le quiero muchísimo» y que «no hay nada más bonito que el cariño en una organización», pero no quería usar la feria de turismo porque tocaba hablar de su región y «Andalucía no se merece» mezclarla con los asuntos orgánicos.
Mientras tanto, el tercero en liza, Pedro Sánchez, sigue en silencio, aunque desde su entorno se emiten señales de que puede decir en unos días o unas semanas si finalmente será candidato a la Secretaría General; en cualquier caso, será «antes de que acabe el mes». El exlendakari, principal perjudicado por la candidatura de Sánchez en la medida en que dividiría el voto de los militantes críticos, dijo ayer que le parece «bueno» que haya varios candidatos, porque los militantes «tienen derecho a elegir» y advirtió que es «muy antiguo contar los apoyos» de los líderes territoriales o los que puedan cosechar en el llamado «aparato», porque «ahora son los militantes los que deciden y son suficientemente maduros para hacerlo».
El exlendakari sostiene que no ha «buscado el aval de ex secretarios generales ni de secretarios generales» y que si tiene o no el apoyo de Alfredo
Pérez Rubalcaba es algo que no ha «investigado».
El único precandidato hasta la fecha dijo que lo ocurrido en una asamblea de la agrupación de Valladolid, de donde tuvo que ausentarse la exportavoz del Grupo Socialista Soraya Rodríguez, después de que sanchistas la llamaran «traidora», es un síntoma de que las bases socialistas lo están «pasando mal». «Ningún compañero es traidor por defender aquello en lo que cree», recalcó López.