Iñaki Ezkerra-El Correo

  • A Feijóo solo le hace falta una trifulca entre sus peones que llene los telediarios

Feijóo planea un congreso de su partido para los primeros días de julio, y Esperanza Aguirre regresa de la tumba política para decir que esa cita del PP consigo mismo debe servir para acordar la derogación de todas las leyes sanchistas. Creo que la antigua lideresa se queda corta en su mensaje ‘urbi et orbi’ a la derecha liberal. Y es que la situación a la que nos ha traído el sanchismo es tan grave que la derogación de esa disparatada legislación que ya aceptamos como algo cotidiano y normal es un paso básico, pero a este hay que sumar la instauración de una larga lista de seguros constitucionales, que impidan que algo lejanamente parecido a la temporadita que nos viene dando esta izquierda populista desde hace siete años se pueda volver a repetir.

Hay un aspecto positivo que tiene el sanchismo, y es el de habernos mostrado con precisión y exhaustividad todas y cada una de las fisuras que tenía nuestro sistema democrático, a base de servirse de ellas para burlarlo. Dicho de otro modo, Sánchez y su equipo nos han dado hecho el trabajo que, sin necesidad de llegar a este extremo, deberían haber abordado todos los partidos respetuosos con la legalidad constitucional. Nos han dado un mapa de todas las grietas que tiene esa legalidad y por dónde puede ser vulnerada ante la insólita inacción y pasividad institucionales a las que venimos asistiendo desde la moción de censura de 2018. Lo que tendría que haber hecho a estas alturas ese Feijóo que en estos días anda diseñando un congreso a su medida es haber formado un equipo de legisladores que trabajen en un programa de taponamiento de esas mismas grietas por donde hace aguas un sistema que no supo prever una amenaza como la presente. De lo que se trataría, en fin, es de hacer de la necesidad virtud y de utilizar a Sánchez como vacuna contra sí mismo y contra posibles, o más bien previsibles, reediciones de una similar o más grave ofensiva anticonstitucional.

Volverá a suceder una vez caído Sánchez si no se crean esos seguros. Abierta la veda de las acometidas antisistema, éstas volverán con renovados bríos. Pasó ya con Rajoy que, en vez de crear los anticuerpos legales e ideológicos contra una nueva versión del derrotado zapaterismo, se dedicó a perpetrar un congreso a la búlgara como el de Valencia de 2008 para neutralizar a sus enemigos internos. El que hoy Feijóo planea llega con el proverbial don de la oportunidad y la catastrófica habilidad de sus expertos en comunicación para ayudar al rival electoral. O sea, para eclipsar mediáticamente el cerco judicial a Sánchez en las peores horas de este. Feijóo está pensando en los peones que quiere mover y sustituir dentro de su partido. Solo le hace falta una trifulca entre estos que llene los telediarios.