Además, el PSC (PSOE) de Miquel Iceta acaba de apoyar la permanencia de Quim Torra como diputado catalán, lo que violenta las decisiones de la Junta Electoral Central y del Tribunal Supremo que han inhabilitado y suspendido a Torra como diputado y, en consecuencia, como Presidente de la Generalitat.
Así empieza el nuevo Gobierno de Pedro Sánchez desafiando a la Justicia para pagar con ello sus compromisos de investidura con ERC. Y ¿por qué el PSC quiere que Torra siga como diputado catalán -lo que no consentirá el Tribunal Supremo- y como presidente de la Generalitat?
Pues la respuesta es muy sencilla: Sánchez no quiere que Torra disuelva el Parlament y adelante las elecciones catalanas. Porque si eso ocurre Pedro Sánchez y su Gobierno tendrán que conceder inmediatamente el indulto a Oriol Junqueras (y resto de golpistas condenados por el Tribunal Supremo), para que Oriol Junqueras, ya ‘habilitado’, pueda ser el candidato de ERC a la presidencia de la Generalitat.
Y esa aspiración de Junqueras y los indultos (a los que Rufián se refiere como la ‘amnistía’) son el capítulo secreto del acuerdo del PSOE con ERC.
Y para poner en marcha los indultos hacen falta los informes previos de las autoridades penitenciarias, del Tribunal Supremo y de ¡la Fiscalía! Y esto último explica el nombramiento de Dolores Delgado como Fiscal General.
Los indultos y no otra cosa, son la pieza maestra del momento político español. Porque si no hay indultos Junqueras no podrá ser candidato a la Generalitat y en ese caso ERC no le aprobará a Sánchez los Presupuestos de 2020. Y si no hay Presupuestos la legislatura habrá llegado a su final en menos de seis meses, en lugar de los 1.400 días con los que Sánchez sueña para Gobernar y desarrollar su programa pactado entre el PSOE y UP.
Y asombra que, ante tan graves hechos, los grandes medios audiovisuales, los diarios nacionales y los partidos de la Oposición no los denuncien. Bien porque no se enteran, bien porque están tocando el violón.