LA PODEMIZACIÓN del PSOE con Pedro Sánchez ha llegado a tal extremo que su nuevo secretario general ha asumido la tarea de destruir al partido que hace casi 140 años fundara Pablo Iglesias I. Como Pablo Iglesias II no ha logrado sobrepasar al PSOE en escaños y ha perdido un millón de votos desde que se ayuntó con Izquierda Unida, Pablo Iglesias III, o sea, Sánchez, ha decidido coger el toro por los cuernos y, a la manera de los forçados portugueses, poner una retahíla de machotes y machotas, o hembrotes y hembrotas, para pegar primero –o sea, frenar– y doblar después al toro. No es fácil, ya que el pegador debe encunarse entre los pitones para que la esforzada procesión que lo apoya pueda compensar la envergadura y naturaleza asesina del toro, creado y criado para matar a quien se le ponga delante. Pero la ventaja de Sánchez sobre Iglesias es que ya está encunado entre las astas del toro, porque ahora manda, y si no blandea o se corta esa procesión de altos cargos unida a él como los anillos de una lombriz, al final, el toro doblará.
Dejando para el postre a Susana Díaz y con López como mascota, el nuevo mandamás sociata ha empezado a cargarse a los barones regionales empezando por Zaragoza y Valencia, continuando por Madrid y rematando, simbólicamente, la faena en Asturias. Por cierto, que echar al buen Fernández, que ha dado la mejor imagen posible en una situación imposible, es como si Almanzor resucitara en El Ministerio del Tiempo y derrotara a Don Pelayo en Covadonga. ¿Otro siglo? ¿Y qué? ¡Pues no baila flamenco Catalina de Aragón, tres siglos antes del flamenco, en una serie británica?
Pero no es una simple purga soviética, ni siquiera la de un socialismo bolchevizado, que con Largo Caballero y Corto Zapatero ha demostrado ser más peligroso que cualquier partido comunista. Además de vengarse de los desafectos, casi todos, Sánchez quiere crear sobre los escombros organizativos del PSOE una estructura compuesta por sólo dos elementos: él, o sea, el Líder y los militantes de base.
¿Y por qué tanta prisa en decapitar a Lambán o a Ximo Puig? Porque necesita tener al partido a sus pies por si presenta en torno al 1 de octubre una moción de censura para acompañar el golpe republicano catalán. Está tan decidido Sánchez a asomarse a los jardines de la Moncloa, que quiere evitar cualquier veto posible en el aparato, así que va y se lo carga. El Dúo Podemela no lo haría mejor.