Editorial-El Correo

  • El socialismo hace un enorme esfuerzo en Sevilla para convencerse de que «no hay caso», que todos los asuntos judiciales quedarán en nada

El PSOE clausuró ayer su 41º Congreso con la satisfacción de haber arropado amplísimamente al reelegido secretario general, Pedro Sánchez, a la ejecutiva federal y a las resoluciones políticas y organizativas aprobadas. Pero del pasado viernes hasta ayer los reunidos en Sevilla tuvieron que hacer un enorme esfuerzo para convencerse de que «no hay caso», que todos los asuntos judiciales que planean sobre los socialistas son obra de «la desinformación y los bulos». La presencia de Manuel Chaves y José Antonio Griñán, tras anularles el Tribunal Constitucional las condenas por los ERE, debió contribuir a ello. Aunque fue la convicción de contraataque que tuvo que mostrar el propio Sánchez en el acto de clausura lo que por un momento permitió a los asistentes sentirse como «un partido de ganadores». La invocación del secretario general al papel de liderazgo que el PSOE desempeñaría en la socialdemocracia europea y mundial da sobre todo cuenta de la comprometida situación en que se encuentra esa corriente ideológica y política. La prioridad fijada ayer por Sánchez es que el socialismo gane las elecciones autonómicas y locales y las generales de 2027. Objetivo para el que no podrá contar con sus socios, a no ser que el PSOE acapare todo el voto que se diluye a su izquierda. Y que precisaría también de la competitividad que a Vox pudieran darle la presidencia de Donald Trump y el auge de la extrema derecha en otros países de la UE. Partiendo de que en las generales de 2023 el PSOE fue primera opción solo en diez de las 52 circunscripciones.

La ponencia política aprobada en Sevilla no brinda, por sí misma, los mimbres suficientes para dar el salto propuesto en menos de tres años. De hecho, en su alocución final Sánchez se refirió únicamente a tres iniciativas cuya efectividad no depende del BOE. La creación de una empresa para la construcción y gestión de viviendas, la dedicación de una parte mayor de los beneficios empresariales a los empleados y la erradicación de la prostitución prohibiéndola. Pedro Sánchez eludió deliberadamente las investigaciones judiciales que le aquejan de muy cerca. Pero no solo restaron ilusión al cónclave y brillo a la reelección del secretario general. Probablemente han impedido la introducción de más cambios en la cúpula socialista, y en el Gobierno. Cambios que no sería extraño se produjesen a la vuelta de los congresos territoriales que estatutariamente deberán tener lugar dentro de los cuatro próximos meses.