Pablo Sebastián-Vozpópuli

Sánchez no hablará en Pekín con Jinping en nombre de la UE sino en el de España. Y en el de él mismo

Después de homenajear en su mausoleo de Hanoi al líder comunista Ho Chi Minh, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez llega este viernes a Pekín, en pos de potenciar una nueva vía de reforzamiento comercial entre la Unión Europea y China. Y cuando Donald Trump, temeroso del estallido de los bonos del tesoro americano, acaba de rectificar su guerra global de los aranceles aplazando su invectiva durante tres meses y reduciéndola a un porcentaje generalizado de aranceles ‘recíprocos’ al 10 %, Europa incluida.

Pero con la sola excepción de China a la que Trump impuso un arancel del 125% y a lo que Pekín respondió con otro a USA del 84%. Convirtiendo Trump a China en su adversario comercial prioritario lo que no ha causado gran preocupación al presidente chino Xi Jinping quien, entre otras cosas, tiene en su poder 690.000 millones de los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, y a Taiwán en el punto de mira de sus ambiciones expansionistas, además de un pacto militar con Rusia de mutua defensa.

Un escenario en el que  Sánchez va a adquirir este viernes una gran notoriedad internacional durante su encuentro con el presidente chino y su intento de reforzar la relación comercial de Pekín y Bruselas. Lo que llevó al secretario del Tesoro americano, Scott Bessent, a amenazar a España afirmando que la iniciativa de Sánchez es ‘como si España se cortase el cuello’ en su relación con los EE.UU.

Sánchez no hablará en Pekín con Jinping en nombre de la UE sino en el de España. Nuestro pais, que tiene más del 90 % déficit comercial ¡con China! y Sánchez parece dispuesto a asumir el alto riesgo de un enfrentamiento con Trump, circunstancia que forzará a Feijóo a frenar su colaboración con el Gobierno en lo que se refiere al impacto arancelario, aunque convencido  de que la excelente relación del presidente del Gobierno con el régimen chino y la posible tensión con Trump mejorará su peso en la UE (donde solo España y Dinamarca tienen gobiernos progresistas) y también las expectativas electorales del PSOE.

Crecen por doquier los escándalos y corrupciones de la trama de José Luis Ábalos, que ahora llegan al rescate de Air Europa señalando con ello al propio Pedro Sánchez y a su esposa Begoña Gómez

En este escenario, conviene no ignorar que arrecian las amenazas a Sánchez de Puigdemont ante los desistimientos en curso del TC, que preside un Conde-Pumpido, frente a la ley de amnistía que deberá someterse a la Justicia de la UE y cuando el Tribunal Supremo anuncia que no aplicará la amnistía al delito de malversación. Y además, estallan las relaciones de Podemos y Sumar; crecen por doquier los escándalos y corrupciones de la trama de José Luis Ábalos, que ahora llegan al rescate de Air Europa señalando con ello al propio Pedro Sánchez, a su esposa Begoña Gómez y al ‘hermanisimo’ David Sánchez, familiares estos del presidente imputados por corrupción y camino del juicio oral.

De momento, el presidente norteamericano ha cedido en su embestida, aunque no de una manera definitiva sino que solo la ha aplazado la contienda durante 90 días

Estas cuestiones no parecen preccupar al feliz viajero por Asia. Sánchez ocupa un protagonismo estelar en China, que ya veremos si tiene consecuencias negativas para España puesto que se trata de un desafí en toda regla, desde Pekín, a un Trump enfurecido. Acaba de declarar que los dirigentes de medio mundo le ‘están besando el culo’ para que acepte una renegociación de los aranceles. De momento, el presidente norteamericano ha cedido en su embestida, aunque no de una manera definitiva sino que solo la ha aplazado la contienda durante 90 días.

En la UE han tomado nota, donde no se baja la guardia frente a Trump, ni tampoco se renuncia a una mejora comercial con China y en otras latitudes como Mercosur. Porque el botarate de la Casa Blanda ya ha dado pruebas más que suficientes de su deslealtad a Europa a la que había planteado una guerra comercial, mientras mantiene una alianza militar en la OTAN, cuyo comandante en jefe es un alto general americano aunque el secretario general lo sea el holandés Mark Rutte. Preocupado por el devenir de los acontecimientos, Rutte  además no cesa de pedir a los ‘aliados’ que aumenten su aportación económica y a España de insistente y especial manera.

El chantaje nacionalista

No parece Sánchez muy sensible a estas exigencias, incluso en el caso de que el propio Trump adopte represalias contra España (donde los EE.UU. tienen una importante base naval en Rota), porque si lo hiciera la extrema izquierda y parte de los nacionalistas tumbarían de una vez por todas su Gobierno camino de las elecciones generales.

Si, por culpa de ‘las tribulaciones’ del pro chino Sánchez en Pekín, Trump toma medidas contra España, serán Vox Santiago Abascal quienes quedarán en evidencia electoral en el beneficio del PP de Feijóo. Un Partido Popular que deberá andarse con pies de plomo en este resbaladizo y desconcertante panorama internacional. Sánchez ahora presume de protagonista absoluto, en medio del huracarán, con la foto junto Jinping en Pekín donde debería conseguir que sus anfitriones le concedan una mejora sustancial del déficit comercial español de más de 37.700 millones de euros. Lo que también está por ver.

Más daño aún para la Corona, lo que no deja de preocupar en el Palacio de La Zarzuela, al tiempo que demuestra la mala relación entre el Rey Felipe VI y su padre cuando se aproxima el 50 aniversario de su coronación

Y por si algo faltara en el agitado panorama político español hemos sabido que el Rey emérito Juan Carlos I, muy mal aconsejado y de temeraria manera, se ha querellado contra el pintoresco y ex presidente cántabro Revilla, y contra su ex amante Corina y su ex colaborador jurídico Canónica en defensa de su honor.

Todo este episodio derivará en un rotundo fracaso ante la Corte de Derechos Humanos de Estrasburgo por la notoriedad pública del emérito y los datos en los que se basan las descalificaciones de que ha sido objeto. Más daño aún para la Corona, lo que no deja de preocupar en el Palacio de La Zarzuela, al tiempo que demuestra la mala relación entre el Rey Felipe VI y su padre cuando se aproxima el 50 aniversario de su coronación.